Mediante dolorosos experimentos, consiguió refinar el proceso que había seguido para liberarse y vampiras Gangrel de mentalidad similar empezaron a unirse a ellas en un exilio autoimpuesto.
Las Ahrimanes nunca fueron muy numerosas, tanto por las elitistas actitudes feministas de su fundadora como por el ritual de "libertad", que las volvía incapaces de Abrazar. Los Gangrel antitribu de la zona de los Apalaches respetaron sus dominios hasta mediados de 1998. En algún momento de aquel verano, la Línea de Sangre se desvaneció sin más; una manada nómada que investigó el súbito silencio encontró desierto el enclave de Virginia Occidental de las Ahrimanes. Desde entonces, ninguna de ellas ha sido vista en activo en territorio del Sabbat, aunque a veces circulan historias sobre su presencia en Georgia, Carolina del Sur y Florida.
En algún momento durante la Larga Noche Ádísa y su Línea de Sangre se perdieron y se reincorporaron en el Clan Gangrel. Regresaron, en cierto modo, siglos después cuando una Cainita llamada Muricia buscó independizarse de su Clan. Invocando arcanos poderes para alterar su Sangre, sin saberlo prendió en su interior a un remanente de la infame independencia de Ádísa. Desde entonces, las Ahrimanes vuelven a merodear por las noches, aunque bajo una apariencia y líder distintas.
0 comentarios:
Publicar un comentario