Silhouettes stand against the sky
One in front with a cross held high
Come to wash my sins away
Once hombres amortajados como santos,
Siluetas que se levantan hacia el cielo
Una en frente agarrando una cruz en lo alto
Viene a expiar todos mis pecados
Iron Maiden – The Sign of the Cross
La Inquisición del Sabbat
Imitando a la Inquisición de los mortales españoles, la del Sabbat es una facción política encargada de purgar a los herejes y los Infernalistas. Creada en principio para combatir a los seguidores de la Senda de las Revelaciones Perversas que se habían ocultado dentro de la secta, ha logrado tremendos éxitos en los últimos años con notables actuaciones en Detroit y Montreal (así como entre varias manadas nómadas). Por supuesto, la facción también recuerda a la Inquisición mortal en otros aspectos: si acusa a alguien de infernalismo es muy difícil defenderse, y tiene la costumbre de emplear tácticas tan tortuosas y terribles como su contrapartida histórica.
Los Inquisidores prefieren aparecer sin anunciarse, ya que el conocimiento de su llegada permite a aquellos que tienen algo que ocultar escapar de su ira. Al visitar una ciudad interrogan a todo el mundo, desde los miembros a prueba hasta a los arzobispos y cardenales. Consideran las pruebas contra todos los Cainitas y aceptan acusaciones de cualquier miembro de la secta. Por supuesto, de las acusaciones sin fundamento no suelen obtenerse pruebas. En estos casos, la Inquisición prefiere dejar a los falsos acusadores, avergonzados, en manos de aquellos encausados injustamente.
Pertenecer a la Inquisición
Por supuesto, para un Inquisidor,
es todo un honor pertenecer a la Inquisición. Para un futuro aspirante, es todo
un sueño. El poder de la Inquisición es inmenso si se sabe usar bien, aunque
todavía queden muchos idealistas en ella que opinan que ese gran martillo que
es dicha facción sólo debe ser usado para aplastar herejes.
La pertenencia a la Inquisición implica una serie de detalles a tener en cuenta: El apoyo de la facción, la posibilidad de emitir autos de fe (si se es un miembro de los escalafones altos), la obligación de purgar la secta de Infernalistas y el deber eterno para con la Inquisición. Se presupone, además la imparcialidad del Inquisidor (lo que no implica que se cumpla siempre).
Lo más importante para un aspirante es el periodo de selección y el de posterior iniciación. El periodo de selección no difiere mucho de un Abrazo bien planeado, el futuro mentor del Inquisidor en la facción le observa durante el tiempo que le parezca oportuno y si cumple sus cánones es invitado a la ceremonia de iniciación.
Los clanes más numerosos son el Lasombra (todos conocemos el pasado religioso de este clan) y el Ventrue antitribu y la senda favorita es la del Acuerdo Honorable. Entre las habilidades favoritas están casi todas, pues suele ser necesario todo tipo de habilidad, aunque se enfatizan la Empatía, Subterfugio, Intimidación, Tortura, Liderazgo y Teología. Las disciplinas favoritas suelen ser Dominación, Fortaleza y Auspex, además de su propia senda taumatúrgica, Malleus Maleficarium. Dicho sea de paso, el conocimiento en esta senda está restringido a la posición del Inquisidor. Hasta el tercer círculo del trasfondo, la progresión es aritmética, un Inquisidor con Miembro de la Inquisición a 1 sólo puede tener Malleus Maleficarium a 1, otro con el trasfondo a 2 tendrá la senda a 2, etc. A partir del 4 círculo en el trasfondo se pueden aprender el 4º y 5º nivel. Además, dicha senda suele ser la primaria de Taumaturgia. Como la única manera de avanzar en la senda es aprendiendo de un mentor, se garantiza que no haya excepciones a esta regla.
Miembro de la Inquisición
Ceremonia de Iniciación
Un Suceso; Montreal, 1910
La pertenencia a la Inquisición implica una serie de detalles a tener en cuenta: El apoyo de la facción, la posibilidad de emitir autos de fe (si se es un miembro de los escalafones altos), la obligación de purgar la secta de Infernalistas y el deber eterno para con la Inquisición. Se presupone, además la imparcialidad del Inquisidor (lo que no implica que se cumpla siempre).
Lo más importante para un aspirante es el periodo de selección y el de posterior iniciación. El periodo de selección no difiere mucho de un Abrazo bien planeado, el futuro mentor del Inquisidor en la facción le observa durante el tiempo que le parezca oportuno y si cumple sus cánones es invitado a la ceremonia de iniciación.
Los clanes más numerosos son el Lasombra (todos conocemos el pasado religioso de este clan) y el Ventrue antitribu y la senda favorita es la del Acuerdo Honorable. Entre las habilidades favoritas están casi todas, pues suele ser necesario todo tipo de habilidad, aunque se enfatizan la Empatía, Subterfugio, Intimidación, Tortura, Liderazgo y Teología. Las disciplinas favoritas suelen ser Dominación, Fortaleza y Auspex, además de su propia senda taumatúrgica, Malleus Maleficarium. Dicho sea de paso, el conocimiento en esta senda está restringido a la posición del Inquisidor. Hasta el tercer círculo del trasfondo, la progresión es aritmética, un Inquisidor con Miembro de la Inquisición a 1 sólo puede tener Malleus Maleficarium a 1, otro con el trasfondo a 2 tendrá la senda a 2, etc. A partir del 4 círculo en el trasfondo se pueden aprender el 4º y 5º nivel. Además, dicha senda suele ser la primaria de Taumaturgia. Como la única manera de avanzar en la senda es aprendiendo de un mentor, se garantiza que no haya excepciones a esta regla.
Miembro de la Inquisición
• Un simple soldado de la Inquisición que difiere poco de un Templario
normal y corriente. Cuentas con el apoyo de la facción y seguramente acabes
ascendiendo tras varias misiones exitosas. Aún no puedes asumir tus propias
investigaciones.
•• Se te conoce y respeta en la Inquisición. Ya eres capaz de promover tus
propias investigaciones e incluso de acusar (aunque no a alguien con mayor
Posición en el Sabbat que la que puedas tener tú en la Inquisición, puede que
tus compañeros no apoyen tal osadía. A partir de aquí se aplica esta
restricción siempre que se vaya a acusar).
••• Eres un miembro valorado en la Inquisición. Probablemente seas ductus de
tu propia manada de Inquisidores y ya tienes permiso para conceder autos de fe.
Tu palabra suele ser ley en tu manada y todos sus miembros confían en ti al
cien por cien.
•••• Los mayores Inquisidores, héroes que posiblemente han participado en incidentes
como el de Montreal en 1910 (ver más abajo). El respeto y miedo que infundes es
enorme y tu nombre es susurrado entre las cofradías cuando apareces por su
ciudad. Simplemente, tu palabra es la ley, y la Inquisición te respalda.
Probablemente te otorguen escolta en cada ciudad para que no tengas que
preocuparte de tu seguridad y puedas centrarte en tu trabajo. A partir de aquí
tienes la capacidad de iniciar a otros en la Inquisición. Tratamiento:
Excelso Señor.
••••• Si no eres uno de los miembros fundadores, has llegado hasta aquí y te
has convertido en un ser legendario. Puedes dirigir tropas hacia los objetivos
que consideres oportunos, formar manadas e incluso acusar Priscus si quisieras.
Líderes así suelen estar bajo la mira de los más poderosos miembros del Sabbat,
si contasen con su apoyo...Tratamiento: Muy Reverendo Señor (igual que
un Priscus, a todas luces lo son).
Ceremonia de Iniciación
Posiblemente el ritual de iniciación en la Inquisición pueda ser
llamado autorictas ritae, aunque no está entre los trece reconocidos, no
hay duda de que es un rito poderoso que ata al Inquisidor y le confiere de la
capacidad de desarrollar la senda Malleus Maleficarium. La ceremonia consiste
de dos partes, y por lo general suele durar una semana. En la primera parte, en
la que por tradición debe estar presente un Priscus y un Arzobispo como
testigos del acto se le recitan al aspirante estos pasajes del Nuevo
Testamento:
MATEO
6:22-23
La
lámpara del cuerpo es el ojo; así que,
si
tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
Pero
si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que
si
la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
MATEO
5:29
Por
tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti;
pues
mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo
sea
echado al infierno.
MATEO
5:30
Y si
tu mano derecha te es ocasión de caer, Córtala y échala de ti. Porque es mejor
para ti que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado
al infierno.
Mientras se recita cada oración, el Inquisidor que celebra el rito
procede a arrancar el ojo y mano derechos del aspirante, tras lo cual utiliza
un ungüento que impedirá regenerar dichos miembros durante una semana. Esta
parte del ritual requiere del gasto de dos puntos de Fuerza de Voluntad para
soportar el dolor.
Finalizada esta parte se lleva
al aspirante a una habitación (en este momento, dependiendo del Inquisidor que
oficie el rito, se le puede entregar la Biblia u otro libro o no).
Una vez
allí, se le otorga al aspirante un látigo y se le conmina a azotarse (no seamos
bestias, el látigo duele, pero en ningún momento hará daño) durante el día
entero cada vez que piense en algo “maligno”, y si no lo hace, que se azote
igualmente para erradicar el posible mal latente. Al día siguiente se le dice
que haga lo mismo, pero esta vez azotándose con cada pensamiento “benigno” o
con la ausencia del mismo. Todo esto con lecturas intercaladas del libro
sagrado que le haya sido entregado (o meditación si no se le ha dado el libro).
El tercer día debe repetirse lo que el primero, y el cuarto lo que el segundo.
Entonces se abrirá la puerta (hay que recalcar que estos cuatro días se han pasado
en ayuna).
El aspirante habrá adquirido la capacidad de sintonizarse con el
“mal” latente (ha aprendido el primer nivel de Malleus Maleficarium, eso sí,
hay que pagar los puntos de experiencia para poder obtenerlo.) tras todo este ritual. Entonces se
le dice que tiene 3 días de plazo para volver con un Infernalista (el ritual se
procura realizar en una zona donde ya se sepa de antemano de la existencia de
Infernalistas). Si cumple el plazo, el ritual se da por terminado y se
considera Inquisidor en toda regla al aspirante, podrá regenerar sus miembros
perdidos y volver a alimentarse (a partir de ahora Miembro de la Inquisición
a 1). Si por el contrario falla, no tendrá segunda oportunidad. Será
decapitado.
Un Suceso; Montreal, 1910
Uno de los sucesos más famosos de
la historia de la Inquisición se produjo en 1910 en Montreal. Si bien lo que
allí sucedió es desconocido por casi todos, los Inquisidores saben la verdad
sobre la noche del 15 de Febrero.
Un culto ancestral (aunque la
Inquisición lo atribuye a un único Infernalista enajenado) ubicado en varios
subterráneos excavados a partir de sótanos de viviendas de las afueras había
conseguido, tras propagar una plaga por ese mismo barrio que se cobró las vidas
de unas 40 personas; convocar a un Señor de la Plaga, una poderosa y antigua
entidad. Por supuesto, se les fue de las manos.
De todas maneras, hasta allí habían
llegado cuatro Inquisidores y otros cuatro Templarios que los escoltaban. Todos
ellos de renombre, todos ellos poderosos. Sólo un Cainita sobrevivió a aquella
noche, y ese horror indescriptible se le quedó grabado a fuego en la mente. Uno
por uno, todos sus compañeros habían caído, su sire pereció delante de él
salvándolo de la acometida de la criatura. Esa noche nació una nueva leyenda en
la Inquisición. El único Inquisidor superviviente, el que desterró a la
criatura de nuevo a los Infiernos, Guy Dirac.
Este éxito en Montreal fue el
culpable, en parte, de que la popularidad de la facción haya ido aumentando, de
manera directamente proporcional al respeto (o temor) que infunde en todo el
Sabbat.
Al parecer, el mismísimo Guy se
encargó de que todos los cultos a esa antigua criatura desapareciesen. Sin
cultos que la recordasen, no volvería a ser invocada de nuevo. Sin embargo,
cada vez se suceden mayores rumores sobre la existencia de libros apócrifos que
desvelan secretos sobre dicha criatura y que relatan maneras de servirla. Si
los rumores fueran ciertos, la Inquisición deberá actuar de nuevo. Pero tras la
pérdida de aquellos tres poderosos Inquisidores, quizá las tornas hayan
cambiado de lugar...
Perdido en las escarpadas montañas
de Rumanía se halla un viejo castillo del siglo XII que actúa como “sede” de la
Inquisición. Se cree que el mismo castillo fue regalo de un Tzimisce a su
Chiquillo hace varios siglos. El Chiquillo pereció, acusado de Infernalismo
hace dos siglos, y desde entonces el castillo ha quedado “confiscado” con el
permiso del sire del antiguo propietario, actualmente en letargo. Por supuesto,
antes del establecimiento de los Inquisidores en él, se vio sometido a
complicados ritos de purificación, pues en realidad el castillo estaba casi
corrupto debido a los rituales que allí realizaba el Tzimisce. Las cámaras de
tortura (las salas favoritas de Joana Graves) se conservaron, al igual que los
calabozos. El resto del castillo se ha ido reestructurando con el paso de los
tiempos, aunque los últimos avances informáticos aún no han llegado a él.
Aparte de los calabozos cuenta con varios aposentos, una enorme biblioteca, un
salón, varias salas de entrenamiento, una sala de armas, una capilla, una sala
de juicios y la “Sala del Fin del Tormento”, el lugar donde se le da la Muerte
Definitiva a los pocos Infernalistas que se traslada al castillo. Se encuentra
constantemente vigilado por ghouls, y a dichos ghouls se les vigila de la misma
paranoica manera.
0 comentarios:
Publicar un comentario