Assamita

Hasta las últimas noches del siglo XX, los Assamitas fueron un misterio impenetrable para el resto del mundo cainita, recubiertos de una capa de acero y amenazas apenas veladas. Sin embargo, los recientes acontecimientos han sacado a la luz aspectos del clan que antes pocos hubieran considerado posibles. Aunque los asesinos a sueldo del clan y su ralea no dejan de ser formidables, no son en absoluto los únicos Assamitas. El clan tiene una estructura tripartita única que pocos extraños han llegado a contemplar conscientemente a lo largo del milenio pasado. Este peculiar "árbol familiar" tiene sus raíces en la Segunda Ciudad y se ha conservado relativamente inalterado hasta la actualidad. Los eruditos en historia y fisiología cainita no se ponen de acuerdo en las razones por las que la estructura de castas de los Assamitas ha logrado sobrevivir a lo largo de los siglos.

La teoría más conocida, propuesta por el notable Malkavian Dr. Douglas Netchurch, tiene que ver con la presión evolutiva. Durante aproximadamente un mileno después de la caída de la segunda ciudad, muchos Assamitas se establecieron en Oriente Medio, una zona del mundo que los otros clanes mayoritariamente despreciaban. Este les concedió al principal grueso de la población del clan un grado de aislamiento nunca visto entre los vampiros de Europa, que tenían que competir con los miembros de cerca de una docena de otros clanes por territorio y posición social. En comparación, los Assamitas tenían pocos vecinos para llenar los diversos nichos que genera inevitablemente la sociedad de la Estirpe: los Seguidores de Set, que eran más competidores que aliados y unos cuantos Nosferatu, Toreador, Gangrel y Tzimisce esparcidos que tendían a ocuparse de sus propios asuntos. A falta de competencia para ciertos roles, el clan conservó su separación de tareas a lo largo de un milenio, en lugar de especializarse en un modo de existencia en particular. Los visires se ocupaban de los rebaños mortales, los jueces (ahora llamados guerreros) se encargaban de la defensa del clan y los hechiceros administraban sus secretos.

Esta asignación de tareas permitió a los Assamitas triunfar solos en una situación en la que un clan que se enorgullece de su especialización, como los nobles Ventrue o los sociables Toreador, hubiera fracasado. Algunos eruditos Cainitas creen que el sistema de castas interno del clan evolucionó paralelamente al empleado por las culturas mortales de la región. No es necesario decir que esta teoría cuenta con numerosos detractores, particularmente entre los Cainitas que consideran que han escapado de los roles sociales que se le atribuyen a sus respectivos clanes. Algunos de sus opositores más preeminentes son los Ravnos y los Gangrel, que, como era de esperar, abogan por la idea de la adaptación de los Cainitas a los nuevos retos y algunos Caitiff, que lo utilizan para apoyar sus afirmaciones de que la singularidad pertenece a cada vampiro en particular. Extrañamente, no se conoce a ningún Assamita que opine sobre el tema. Tal vez esto no resulte una sorpresa si uno considera el asunto desde la perspectiva independiente del clan. Los hijos de Haqim simplemente existen (aunque en las Noches Finales, incluso este antiguo principio se pone en duda).