Los Baali son una línea de sangre dividida por diferentes religiones y filosofías, pero una práctica permanece constante: la creación y el uso de la carne como faceta central de la tierra consagrada. Tras la construcción de un nuevo templo los Baali cavan un pozo para almacenar los cuerpos desmembrados y las entrañas arrancadas a sus víctimas. Estos pozos se amplían con el tiempo y pueden tener el tamaño de una bañera o el de una inmensa cisterna subterránea. Los más infames son el pozo en las ruinas de Ashur, el Iblii-al-Akbar bajo la antigua Damasco y la "Boca del Infierno" a bordo del Magister Oscuro. Este último es un barco pirata musulmán cuya bodega está llena con dos siglos de víctimas y botín, tripulado por cosarios Baali y Lasombra, el infernal Magister surca la costa mediterránea. Los rumores más frecuentes aseguran que su base se encuentra en el Norte de África, posiblemente cerca de Trípoli.
Algunos Baali se aferran tan fuertemente a la tradición que utilizan estos "pozos de órganos" para Abrazar a su progenie. El sire corta su muñeca y vierte su vitae sobre un corazón humano partido. Este recipiente es después colocado en el centro del pozo, o en el fondo, dependiendo del tamaño. El sire lleva a su presa al borde de la muerte, por lo que el débil humano debe alcanzar el corazón arrastrándose o nadando. Una vez que lo logra puede devorar el premio y convertirse en un vampiro. Si fracasa permanecerá en el pozo como recordatorio para sus sucesores. Esta prueba es tan ritual como selectiva. Los Baali solo Abrazan a los fuertes y a los que tienen determinación para sobrevivir. El acto de alcanzar el corazón es importante para ellos, aunque el momento en el que se devora es aún más significativo. Comiendo el corazón y tomando la vitae almacenada en él, el nuevo Baali se Abraza a sí mismo por pura fuerza de voluntad. En vez de forzar el Beso, convirtiendo a la víctima en un nuevo Cainita, los Baali prefieren cuidar de aquellos que pueden procurarse el Abrazo por su cuenta.
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