Un Segundo sirve a un Dominio o Serafín como su mano derecha de confianza y como el Segundo al mando (El segundo de un Serafín tiene el rango de Dominio), cuya responsabilidad es ver que las órdenes de su superior se lleven a cabo.
En cierto sentido, un Segundo actúa casi como un templario, actúa como guardaespaldas, asistente y mensajero; se presume también que un segundo habla con la autoridad de su superior, su nivel de autoridad esta relacionado directamente con la autoridad de quien él sirve.
Un Segundo es un miembro de una Manada Sabbat y sirve a su Dominio (si es que tiene uno), y comparte un Vínculum con él (y es probable que con la Manada también).
Un dominio puede tener un Segundo; aunque este debe ser aprobado por los Serafines. Un Serafín puede tener un máximo de tres Segundos (el número de la segunda generación, los chiquillos de Caín). El Segundo puede ser un chiquillo o un compañero de Manada leal, pero el derecho no puede ser impuesto; debe ser aceptado libremente.
Lealtad
Se espera que un Segundo sea absolutamente leal, para dar toda su energía y atención a la seguridad de los negocios y cosas personales de su Dominio, y para que este dispuesto a dar su no-vida con mucho gusto por su Dominio o Serafín.
Esta devoción es muy superior a la engendrada por un vínculo de sangre tradicional. La base de su extrema dedicación reside en las tradiciones orientales de servicio desinteresado, donde un sultán le puede ordenar a un criado saltar desde lo alto de un minarete y ser obedecido, mientras que otro sirviente podría tomar una flecha destinada a su señor o incluso con mucho gusto beber veneno, como la manifestación suprema de su entrega.
Se presenta un grado similar de lealtad, un Segundo también demuestra la lealtad de un chiquillo a su Sire, o la lealtad que los mismos Antediluvianos deberían haber mostrado su maestro, Caín. De este modo los Segundos demuestran la dignidad que tienen de los suyos y a quien sirven para la noche final ,de juicio de Caín a todos sus chiquillos.
En la larga y violenta historia de la Mano Negra, se conocen dos Segundos que se inmolaron frente al sol en lugar de enfrentar la vergüenza de su fracaso al proteger la no-vida de su Dominio.
Muerte
Un Dominio cuyo Segundo a muerto en su defensa, está obligado a responder al Consejo de los Serafines en cuanto a las causas de la muerte final de ese fiel servidor; sólo si es borrado de la culpa es que se le permite tomar otro.
Un segundo que sobrevive cuando su Dominio ha perecido, es juzgado, si se encuentra culpable, se ejecuta como un traidor a su voto.
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