La mera existencia de este mundo es una afrenta, un gesto de burla de un Creador que se considera tu superior.
Bien, si Dios ama su creación tanto, veamos qué le parece si lo reduces a cenizas.
Nada agrada tanto a tu alma retorcida como la destrucción sin sentido (excepto la destrucción deliberada de algo valioso para otra criatura).
Ver la pérdida en el alma de los demás hace que la carnicería que desatas sea mucho más exquisita.
-Recuperas 1 punto de Fuerza de Voluntad cuando destruyes por completo un objeto valioso o útil, ya sea un artefacto inapreciable o una relación de amor.
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