La mononucleosis es una enfermedad originada, habitualmente, por el virus de Epstein-Barr (EBV), aunque también puede ser causada por el citomegalovirus y muy rara vez por Toxoplasma gondii. Es una patología muy extendida que se conoce también como la enfermedad del beso o fiebre ganglionar. Entre sus síntomas principales están la fiebre, la faringitis y la inflamación de los ganglios linfáticos.
El virus EBV se transmite principalmente por la boca vía salivar (sangre para los vampiros). De ahí su acepción inglesa kissing disease (enfermedad del beso). La mononucleosis se caracteriza por que el virus permanece en la saliva de la persona infectada durante la fase aguda de la enfermedad y meses subsiguientes. En ese tiempo existe peligro de contagio para los que no sean inmunes al virus de Epstein-Barr.
Entre los vampiros se puede afirmar que casi todos han pasado en algún momento de su vida una infección del virus Epstein-Barr (EBV). Después de padecer la enfermedad, lo habitual es volverse inmune a ella, con lo que no se suele volver a desarrollar una mononucleosis.
En los vampiros se manifiesta pasadas entre cuatro y ocho semanas (periodo de incubación). También es frecuente ser portador del virus y no manifestar ningún síntoma de la enfermedad.
Las molestias generales de la mononucleosis son al principio más bien poco específicas, el afectado se siente cansado y agotado. A continuación, se manifiestan los síntomas principales: fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos. Por este motivo su descubridor, el pediatra alemán Emil Pfeiffer (1846-1921), le dio el nombre de fiebre ganglionar.
El tratamiento de la fiebre ganglionar se dirige, en primer lugar, a aliviar las molestias producidas por la fiebre y la inflamación de los ganglios linfáticos, prescribiendo reposo. No es frecuente la aparición de infecciones bacterianas simultáneas. La mayoría de los síntomas desaparecen en 15 días, aunque la fatiga puede persistir durante meses, incluso derivar en un Síndrome de Astenia Crónica. En algunos casos, algunos pacientes pueden desarrollar enfermedades linfoproliferativas como por ejemplo síndrome hemofagocítico, granulomatosis linfomatoidea, entre otros.
Durante cada semana, empezando por la primera que el Vampiro este
infectado, añade uno a la dificultad de la tirada de Virtud para evitar
el Frenesí. También, el Vampiro con la enfermedad tira Frenesí bajo la
menor provocación. Cuanto más común sea el estado de Frenesí, hará que
incluso los Vampiros más amorales pierdan más Humanidad y quizás
obtengan Trastornos.
También pierden la capacidad de utilizar la
sangre libremente. Aumentar los atributos físicos o curar heridas
utilizando un punto de sangre requieren una tirada de Fuerza de Voluntad
con una dificultad que depende de cuanto lleva la enfermedad arrasando
el sistema del vampiro. Durante la primera semana la dificultad es 4 y
aumenta en 2 por cada semana posterior. Así la semana dos es dificultad
6, la tercera es ocho y en la semana final la dificultad es 10. Un
fracaso significa que se gasta el punto de sangre sin conseguir nada.
Un
mes después de que el Vampiro se infecte de esta nueva cepa de
mononucleosis, morirá. No obstante, se puede entrar en un Letargo
prolongado, y si pasan varios siglos sin que el virus se alimente de la
sangre muere, pero puede haber una posibilidad de que mate al Vampiro
primero. El personaje debe hacer una tirada de resistencia cada 50 años
(dificultad 9). Tres éxitos indican que el virus ha muerto, mientras que
un fracaso indica la muerte definitiva.
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