Mucho antes de realizar el ritual, el visir coge un estilo y escribe, en el antiguo tipo de escritura mesopotámica, sobre una pequeña tabla de arcilla aún húmeda, el nombre de un assamita de menor generación.
Una vez se haya endurecido, la tabla se sumerge en ácido para que se reblandezca.
Sistema: Cuando decida comenzar el ritual, el visir coge tiza o pintura para dibujar sobre el suelo embaldosado de su cámara ceremonial la imagen estilizada de un ojo, con su orbe, pupila e iris. El ojo debe ser lo suficientemente grande como para que dentro quepa un gato, perro o roedor. Utilizando un mortero, el visir reduce la tabla a polvo. Lo mezcla con comida, que ofrecerá al animal. Una vez éste haya ingerido la comida, el visir le corta la garganta con un cuchillo y espera hasta que el charco de sangre se haya extendido por al menos cuatro sitios tintos más allá de la línea delimitada del orbe del ojo. Cuando el visir le hable al oído del animal, el assamita cuyo nombre estaba escrito en la tabla podrá oír su voz. Cuando el visir ponga su oreja junto a la boca del animal, podrá oír la voz de su blanco. Esto funciona sin importar la distancia que separa el visir de su blanco. El visir puede proceder a utilizar cualquier otra senda assamita u otro poder ritual para beneficiar al blanco. El visir también puede pasarle al blanco cualquier objeto que le quepa en palma de la mano.
0 comentarios:
Publicar un comentario