El mundo sublunar en que vivimos es un lugar inestable y agresivo que nos agrede a cada momento: virus, bacilos, enfermedades, bichos, parásitos que tratan de succionarnos la vitalidad, enfermedades, agresiones mentales y físicas, accidentes, dolor físico, ruido, calor, frío... el sol quema, la noche hiela, el fuego, el hielo...
Esta realidad hace que los seres débiles sucumban y no soporten el peso y las circunstancias de la vida. El débil cede y cae ante el embate de los agentes del mundo, siendo invadido y atrapado por la enfermedad crónica físico-mental y dándose a medicamentos, drogas y vicios con los que trata de amortiguar la terrible sensación de enfermedad, angustia, sufrimiento y dolor que su existencia en mundo, le provoca. De esta forma entra en un círculo vicioso del que ya le será casi imposible salir.
Aún así los hay que habiendo caído muy bajo en la miseria del mundo están dispuestos a fortalecerse, endurecerse, recuperar la no vida y vencer al mundo y a la muerte. Si lo consiguen tendrán un gran poder.
El trabajo mágico y las runas no es para los débiles, sino para los Fuertes.
Fuerte es aquel que se sobrepone al mundo y le somete al poder de su Voluntad. El Fuerte es consciente, sincero e implacable consigo mismo. Sólo así es capaz de reconocer la verdadera naturaleza de las cosas y de sí mismo. El Fuerte busca la Salud, desarrolla el vigor físico, conoce y trabaja la mente para despertar las capacidades psíquicas superiores.
Hay un lenguaje que viene directamente del mundo de los dioses.
Es Odín quien, a través de océanos de tiempo trae las runas desde el mundo de los dioses. Las runas son poderosos ideogramas que sostienen el poder esotérico perdido y forman parte de toda una ciencia espiritual. Su poder mágico actúa sobre los elementos que determinan el flujo del tiempo y de la manifestación material. Sabiamente dirigidas, las runas permiten al Vampiro Snorri (mago, chamán) proyectar su voluntad sobre el mundo material y sobre el “más allá”.
Las runas son el vínculo entre el macrocosmos y el microcosmos del vampiro y posibilitan la comunión mística con Odín. Según la ciencia rúnica esotérica, las distintas formas de cristalización mineral son proyecciones sólidas y geométricas de las runas, su materialización cósmica
Las runas son líneas rectas que se estructuran en formas angulares según diferentes principios creadores. Algunos estudiosos modernos afirman que la forma rectilínea de las runas está motivada por facilitar su grabación sobre la roca o la madera. No obstante el verdadero sentido de sus líneas rectas lo encontramos en la energía creadora y estructurante que generan y transmiten. Hay numerosos trabajos de la misma época de las runas que están realizados con formas curvas y espirales, por lo que es evidente que la forma rectilínea de las runas tiene un sentido y una intención específica.
En el transcurrir del tiempo se ha producido en diversos casos una pérdida del sentido rúnico esencial, dándosele a una misma runa diferentes significados, según las variadas tradiciones locales. Existen así mismo diferentes alfabetos rúnicos. No obstante, Guido von List, conocido investigador y autor del libro: “El secreto de las runas”, trató de reencontrar las runas originarias de las cuales surgieron todos los alfabetos rúnicos posteriores y darles su sentido correcto originario.
Actualmente los alfabetos rúnicos más conocidos son los siguientes:
• El Futhark Antiguo.
• El Futhork Anglosajón.
• El Futhark Joven o Escandinavo.
Todos estos Futharks tienen a su vez numerosas variantes.
La palabra Futhark toma su nombre del sonido de las primeras runas, igual que la palabra Abecedario toma su nombre de las primeras suyas (a, be, ce).
Cada runa es mucho más que una letra y tiene su propio significado simbólico y su poder estructurante mágico sobre la materia. La palabra antigua alemana “runa” significa susurro y lleva la connotación de “sabio”, es decir, el Futhark es el susurro de los dioses y su poder creador. Las runas provienen de Hiperbórea, la tierra del norte.
Su origen es anterior a la Edad del Bronce y según diversos estudiosos son la muestra más antigua de escritura de la que derivarían alfabetos posteriores.
La tradición rúnica se da principalmente entre los pueblos de la Celta, en Germanía y en Escandinavia. Además podemos hallar numerosos signos rúnicos en escrituras antiguas como en las de íberos y tartesos. Las runas tienen diversos aspectos: cultural, decorativo, estético, religioso, mágico...
La magia rúnica era en la antigüedad algo reservado al vampiro Snorri (mago o chamán). En su sentido esotérico, las runas tienen relación con la magia, posturas de meditación y rituales. Las runas se labran en los diversos materiales: piedra (por lo general cantos rodados), en arcilla, en madera...
Como hemos dicho, las runas son instrumentos mágicos, portadores de secretos y generadores de Poder. Cada runa es un símbolo del que emana una energía. Además las runas son oráculos que sabiamente utilizadas permiten al vampiro Snorri conocer el pasado, el presente y el futuro, así como contactar con los antepasados y con los dioses.
Al secreto de la runa se accede por la meditación y por el desarrollo de la intuición mágica. Detener el mundo, la respiración del ser inmortal y la mente y entrar en contacto con el sentido de la runa. Para ello se hace necesario morir al mundo, tal y como Odín lo hiciera en su “auto sacrificio” en el Árbol del Espanto.
Guido Von List (“El secreto de las Runas”)relata en el siguiente texto el conocimiento de Odín y la revelación de las runas:
“El mítico relato Rúnatáls tháttr Ódhins (La Sabiduría Rúnica de Odín) otorga la más clara visión sobre la filosofía vikinga original concerniente a la relación entre el espíritu y el cuerpo, entre Dios y el Todo, el macrocosmos y el microcosmos. (...)
El “ego” en perpetuo y progresivo desarrollo siempre se mantiene a través de la eterna alteración, desde el “aparecer”, al “ser”, hasta el “pasar hacia el no-ser”; y en esta eterna alteración evolutiva Odín, como el Todo y como cada individuo, se mantiene eternamente. Este “ego” se halla indisolublemente ligado tanto a lo espiritual como a lo físico, a la díada bífida-biúnica, y es constante e inmutable. (...)
Odín vive en el cuerpo y para poder descender: “se consagró el mismo a sí mismo”, se consagra para “pasar y morir” y así poder surgir nuevamente. (...)
La sabiduría sólo le llega por completo en el momento del crepúsculo, cuando se hunde en “Ur” (el origen) del cual resurgirá nuevamente. En el momento del crepúsculo o muerte, da uno de sus ojos en prenda para obtener un conocimiento más elevado. Sin embargo este ojo sigue siendo de su propiedad, aunque haya sido así empeñado. Es recuperado después de su regreso del “Ur”, al renacer, ya que es en realidad su cuerpo físico, mientras que su otro ojo que ha mantenido como suyo, es su espíritu. El “ojo físico” (en realidad el cuerpo físico) que había abandonado sólo temporalmente –pero seguía siendo de su propiedad– se re unifica al momento de su regreso del “Ur” –en el renacer– con su otro “ojo espiritual” (su espíritu). Sin embargo, la sabiduría primigenia generada por el Pozo de Mine sigue siendo de su propiedad, de propiedad del Todo (...).
Así la sabiduría de Odín es exaltada en la muerte; la enriquece con el elixir del Primigenio pozo de Mine (...).
En la “vida nocturna” –en la aparente no existencia– él gana el conocimiento de su vida eterna. (...).
En los días primeros los videntes y sabios definían las ideas que simbolizan expresiones a partir del aún limitado lenguaje, liberando así concepciones similares concebidas por ellos en su visión espiritual. Complementaban así mismo su lenguaje con movimientos físicos –los gestos mágicos–y lo reforzaban con ciertos signos simbólicos, que eran vistos como “susurros” (raunend), es decir, como transmisores de significado, y así fueron llamados “runas” (runen). El misticismo de la ciencia rúnica de Odín dice todo esto en “La canción del Altísimo”, que muestra el sacrificio de Odín, y que nos recuerda el misterio del Gólgotha (Gol-Goth) en más de algún aspecto:
“Yo sé cómo pendí del árbol helado por el viento
Durante nueve eternas noches,
Herido por la lanza consagrada a Odín
Yo mismo consagrado a mí mismo
En aquel árbol que esconde
El lugar de donde sus raíces crecen.
No me ofrecieron pan ni hidromiel;
Luego me torcí hacia abajo mirando;
Con un grito de lamentación las runas se me hicieron conocidas,
Hasta que del árbol caí”.
Después de sucesivas estrofas explicativas, la canción presenta caracterizaciones de las dieciocho runas con interpretaciones místicas. Al poner estas estrofas junto con los nombres de las runas, nos iluminan de una manera especial, dándonos esencialmente la solución para el “secreto de las runas”. Los siguientes versos preceden aquellas caracterizaciones de las runas, después de los cuales el skald procede inmediatamente a las canciones rúnicas mismas:
Antes de la creación del mundo estaba el conocimiento de Odín
De donde quiera que él viniera, hacia allá él volvería;
Ahora yo conozco los cantos como ningún otro hombre,
Y como ninguna mujer de príncipes”.
La runa determina aquello que está por venir y es un eficaz arma espiritual. Trabajadas ritualmente dan protección e imprimen poder allá donde son proyectadas: personas, armas, embarcaciones, edificios, lugares geográficos, rocas, cruces de caminos... El poder y la Fuerza de La Runa está contenido en la diversidad de todas las runas. Tómala y con Ella vencerás al caos y a la muerte.
Sólo el vidente entiende los signos. Los diferentes estados de la naturaleza del mundo sobre los que se proyecta el principio creador de la Vida dan lugar a la diversidad de todas las runas. Mediante el sentido esencial comprendido en cada runa el iniciado incomunicara su mundo con el de los dioses. Habla el lenguaje de los dioses creando un puente Bifröst entre los dos mundos.
El iniciado trabaja las runas interiorizando su forma y su estructura para proyectarla en la dirección de su Voluntad. Podemos trabajar con las runas principalmente creándolas en trabajos de piedra o en madera. Luego procederemos a visualizar la runa que primeramente hemos creado sobre materia para cristalizarla y “solidificarla” sobre nuestra propia mente. De esta forma hacemos nuestro el poder de la runa. Según el principio o la Fuerza estructurante que necesitemos generar, escogeremos en cada caso una o varias runas y las proyectaremos a través de un ritual.
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