Sistema: el invocador mezcla al menos un punto de su vitae con vino y especias. Es necesario un punto de sangre por cada cinco vasos de vino drogado que desee crear el vampiro. El vino no sabe a sangre y no puede inducir el juramento de sangre ni transformar a los mortales en ghouls. En vez de eso, los mortales que beben el brebaje tienen que lograr tres éxitos en una tirada de Resistencia cuya dificultad dependerá de la cantidad de vino que hayan tomado, de 6 para un trago a 8 para un vaso entero o 10 para cantidades mayores. Si tiene éxito, el personaje no sufriría ningún efecto, aunque quizás sean necesarias tiradas posteriores si sigue bebiendo vino drogado. Un fracaso significa que el personaje cae en un sueño parecido a un coma durante el resto de la noche, mientras que con un fallo permanecerá drogado durante un número de horas equivalente al número de vasos que haya consumido. Un personaje drogado no puede realizar ninguna acción a menos que logre pasar una tirada de Fuerza de Voluntad (que se considera una acción refleja). Como se ha dicho anteriormente, este vino no tiene efecto alguno sobre vampiros u otros seres sobrenaturales aparte de los magos. Los Narradores tienen que decidir cuántos vasos de vino caben en un recipiente concreto, dado que no hay tamaños regulados para los cuernos, escudillas y semejantes.
Ritual Nivel 02 - Lasitud tras el Jolgorio
Este ritual produce una droga que se sube a la cabeza y causa pereza y una sugestiva calma en los mortales. Incluso los magi no son inmunes, haciendo de este ritual un arma sutil en la Guerra Massasa . Los cainitas que se alimentan de mortales que están bajo la influencia de esta droga se sienten agradablemente relajados, aunque el efecto no es suficientemente fuerte como para resultar en una verdadera intoxicación.
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