Sistema: el jugador gasta cinco puntos de sangre y tira. El sirviente creado por el ritual mide 30 cm y aparece como una forma vagamente humanoide compuesta de todo lo que absorbió el ritual. Dura una noche por cada éxito obtenido. Al final de la última noche, el ayudante se mete en el cuenco usado en su creación y se desmorona. El ayudante puede ser reanimado mediante otra aplicación de este ritual, si el taumaturgo así lo desea, vuelve a formarse a partir de los mismos materiales con los mismos recuerdos y personalidad. Un Ayudante tiene una Fuerza y Resistencia de 1, y la Destreza y Atributos Mentales iguales a los del invocador. Empieza sin Atributos Sociales dignos de mención, pero obtiene un círculo por noche de Carisma y Manipulación hasta que sus valores sean los mismos que los del invocador. Tiene todas las Habilidades del invocador pero con un círculo menos. Un Ayudante Sanguíneo es una criatura tímida por naturaleza y huye si es atacado, ya que sólo tiene cuatro niveles de salud, aunque tratará de defender la vida de su amo sacrificando la suya propia. No tiene Disciplinas, pero cuenta con una comprensión absoluta de todo el conocimiento taumatúrgico de su amo, y puede instruir a otros, si así se le ordena. Un Ayudante Sanguíneo es insensible a cualquier magia o Disciplina basada en el control mental, tal es el lazo que lo une a la voluntad de su amo.
Ritual Nivel 03 - Ayudante Sanguíneo
Los tremere a menudo necesitan ayudantes de laboratorio en los que poder confiar. Como los tremere a menudo no confían en nadie que conocen, ni tampoco en nadie que no conocen, este ritual permite a un intrépido taumaturgo conjurar un sirviente temporal. Para realizar este ritual, el vampiro se corta en su brazo y sangra en un cuenco de barro especialmente preparado. El ritual absorbe y anima cualquier objeto aleatorio y sin importancia que el hechicero tenga tirado por su taller (pipetas de cristal, herramientas de disección, lápices, papeles arrugados, piedras semipreciosas) y une todos los materiales en una pequeña forma humanoide animada por el poder del ritual y la sangre. Extrañamente, este ritual casi nunca coge una herramienta que el taumaturgo vaya a necesitar mientras viva el ayudante, ni tampoco los componentes de cualquier otro ritual, ni ningún ser vivo. Al principio, el ayudante no tiene personalidad, pero poco a poco adopta los hábitos y procesos mentales que el taumaturgo busca en un sirviente ideal. Los Ayudantes Sanguíneos son creaciones temporales, pero algunos tremeres cogen cariño a sus pequeños cómplices y crean el mismo cuando surge la necesidad.
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