Sistema: el ritual sólo funciona con gárgolas de 8ª generación e inferior. El personaje tremere invierte un punto de Fuerza de Voluntad y lanza la tirada habitual. Necesita al menos 10 puntos de vitae gangrel. Si la tirada de ritual fracasa, la gárgola perderá indefinidamente un punto de Resistencia (que podrá volver a comprar con puntos de experiencia). Si todo marcha como debería, la criatura recibe un punto permanente de armadura (sin la correspondiente penalización en Destreza), además de eliminar un punto de penalizaciones por daño en todos sus niveles de salud. Además, la gárgola sufre sólo la mitad de daño por el fuego (antes de aplicar la absorción). Una vez completado el ritual, su piel se asemeja muchísimo a la piedra, hasta tal punto que pierde parte del tacto (pierde un dado de Percepción en todas las tiradas que impliquen tacto). El ritual supone un riesgo para el hechicero tremere: debe hacer una tirada de Fuerza de Voluntad a dificultad 10; si consigue un éxito, los efectos del ritual serán permanentes; si no consigue ningún éxito, pero tampoco obtiene fracasos, el ritual durará hasta el siguiente solsticio o equinoccio; pero si el resultado es de fracaso, el tremere pierde un punto de Fuerza de Voluntad de forma permanente (aunque la gárgola sigue beneficiándose de los efectos del ritual hasta el siguiente solsticio o equinoccio).
Ritual Nivel 05 - Transformar la Piel en Piedra
Mediante este ritual, la gárgola es resistente a casi cualquier tipo de daño; armas contundentes, cortes, perforaciones, dientes y garras e incluso al fuego. No es efectivo contra la luz del sol (para ello, consúltese Don de la Forma Inmóvil, ritual de nivel seis). Para realizar el ritual, el tremere reúne una gran cantidad de vitae gangrel; debe proceder de al menos tres miembros distintos que no compartan sire. La vitae se guardará en unas botellas de barro especiales hasta que dé comienzo el proceso; en ese momento la sangre se mezcla en un caldero y se pone a calentar a fuego lento durante tres días y tres noches. Las propiedades del caldero impedirán que la mezcla hierva, se evapore, o convierta en polvo; aunque deberá mantenerse fuera del alcance de la luz o de cainitas sedientos. Transcurrido este tiempo, la gárgola deberá digerir la vitae casi hirviendo en menos de un minuto. Si lo consigue, será impermeable al daño.
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