Sistema: el ritual convierte un punto de sangre del hechicero en un cocimiento venenoso y vibrante que se abre camino a través del cuerpo del objetivo. Cada éxito en la tirada normal para rituales extrae una frase del sujeto que sólo el hechicero puede entender, proporcionando información que el hechicero no conoce y que no podría obtener fácilmente. La adivinación está restringida a hechos presentes o pasados, ya que los espíritus que transmiten el conocimiento no son conscientes de lo que puede traer el futuro. Por ejemplo, el hechicero puede averiguar que el arma favorita de su enemigo es débil en la empuñadura, o que un cargamento de grano destinado a Colonia marcha con tres semanas de retraso debido al mal tiempo y un eje roto, pero no que un caballo morirá de cansancio en tres días. El hechicero no tiene control sobre qué secretos revelan los espíritus; se dejan a criterio del Narrador. Al final del ritual, el médium mediante el que los espíritus han hablado tiene que absorber siete niveles de daño contundente menos el nivel en Hechicería Assamita del invocador. Si la tirada del ritual resulta en un fracaso, entonces el daño es letal. Como mejor funciona este ritual es con mortales; sin embargo, un ghoul puede cumplir la misma función con un + 1 a la dificultad para el hechicero. Los médium cainitas imponen un + 3 a la dificultad y quedan profundamente afectados por la experiencia durante el siguiente mes lunar. El foco tiene que estar físicamente asociado con el objeto de la adivinación, sean limaduras de un objeto o un poco de pelo de una persona. El Narrador tiene que definir qué tipo de foco funciona. Los hechiceros que llevan a cabo este ritual más de una vez por mes lunar sufren una penalización de + 1 por cada intento debido a que cada vez más espíritus siguen al hechicero, luchando los unos con los otros por la oportunidad de atravesar la barrera.
Ritual Nivel 02 - Fervor Glosolálico
Los balbuceos de los locos y los necios parecen desestructurados y caóticos, pero para aquellos capaces de aprehender las pautas de locura comprenden la lógica subyacente de los espíritus. Mediante este ritual, el hechicero puede adivinar una verdad universal sobre un tema en particular usando a otra persona como recipiente. El invocador tiene que situar un foco (ver más abajo) sobre la lengua antes de realizar el ritual sobre un sujeto físicamente restringido, pero aun así voluntario. Los sujetos sufren convulsiones mientras los espíritus llenan su ser. Gritan retahílas aleatorias de sílabas que el hechicero puede interpretar como verdades sobre el tema.
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