La cabeza puede ahondar en su mente para rescatar recuerdos de largo tiempo enterrados en su existencia antes del Abrazo o incluso suprimidos por medios mágicos. Cuanto más lejos esté el recuerdo de la memoria consciente de la víctima, más tiempo tardará la cabeza en dar con él. La cabeza no habla con la voz de la víctima, sino que posee una rudimentaria personalidad propia. La cabeza de Ceoris, bautizada Paracelsus, se muestra obsequiosa, se interesa por la salud de Mendacamina y aprovecha cualquier oportunidad que se le presenta para ensalzar la perspicacia de su creadora. También gusta de hacer chistes de mal gusto a expensas de la víctima y de proclamar información humillante para ella (“Lamento tener que mencionarlo, pero éste y su hermana cometieron algún que otro pecadillo cuando a él todavía le interesaba la carne”) Cuando le cuesta encontrar la respuesta adecuada a alguna pregunta exhorta a los ayudantes a que bombeen con más fuerza o le advierte a Mendacamina que el cerebro de la víctima, ya esponjoso, es probable que no aguante mucho más. A Mendacamina no siempre le hace gracia su cháchara incesante y suele ordenarle que cierre la boca, cosa que hace de inmediato. No hay dos cabezas que posean la misma personalidad, aunque todas comparten una escalofriante indiferencia por el padecimiento de la víctima.
Sistema: el jugador del taumaturgo tira Inteligencia + Ocultismo (como siempre), contra la Resistencia + Fortaleza de la víctima (dificultad 9). Cada éxito le proporciona al taumaturgo un detalle informativo. El contenido exacto de las revelaciones dependerá del Narrador. Un mortal, o un ghoul sin Fortaleza, no podrá sobrevivir al proceso de licuado de su cerebro. Los vampiros, en especial los que posean Fortaleza (y los ghouls con esta disciplina) disponen de una oportunidad de sobrevivir gracias a sus habilidades regeneradoras inhumanas. El jugador hará una tirada de Resistencia + Fortaleza (dificultad 9); se necesitan tres éxitos para que el personaje sobreviva y se suma en el letargo al final de la sesión de tortura. Con cinco éxitos, el personaje quedará incapacitado. Los ghouls no pueden sumirse en el letargo, por lo que necesitan cinco éxitos para sobrevivir. El vampiro que muera durante el ritual puede ser diseccionado y convertirse en materia prima para una gárgola, siempre y cuando se puedan utilizar sus miembros de inmediato o sean conservados por medios mágicos.Apunte histórico: aunque Paracelsus pereció con Ceoris en 1476, el ritual sobrevivió, y varias capillas tremere de renombre construyeron nuevas cabezas de bronce al entrar en guerra con sus enemigos. El ritual sigue en vigor hoy en noche; los detectores de mentiras y los sueros de la verdad no han conseguido eclipsar su capacidad de intrusión.
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