un mortal en una burla cadavérica de sí mismo.
Sistema: a medida que la muñeca pierde sus rasgos la víctima se volverá fría y pegajosa. El pulso se hará débil e intermitente y la piel palidecerá. No se podrá hacer nada por impedir que se convierta en una razonable copia de un muerto viviente. No hace falta decir que este estado tiene ciertas repercusiones en la vida social (+2 a la dificultad de todas las tiradas sociales). Los efectos de este ritual sólo empiezan a pasar cuando se permite endurecer a la cera de la muñeca. Si ésta llegar a bullir, el conjuro también se rompe.
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