Sistema: El personaje debe gastar un punto de sangre por cada duplicado creado. Éstos se mueven y comportan igual que el original: hablan, huelen y se parecen en todo a él. Si alguien examina las distintas imágenes no podrá distinguirlas del modelo. Los efectos duran una escena. A menos que se le controle de otra forma, la imagen se mueve y habla exactamente como el vampiro. Si éste desea controlar los movimientos específicos de una ilusión, deberá pasar una tirada de astucia + subterfugio (dificultad 6). El número de éxitos determina la complejidad de la acción que puede llevar a cabo la imagen sin revelar su verdadera naturaleza. Si falla, la imagen sigue imitando los movimientos del Ravnos. Si el resultado es un fracaso, la imagen se desvanece. Si el vampiro quiere controlar a más de una imagen a la vez, tendrá que dividir su reserva de dados. Debe poder ver a la ilusión para enviarle órdenes mentales: una vez fuera de su vista, la ilusión seguirá obedeciendo esas órdenes hasta que el Ravnos le permita desvanecerse o le dé otras nuevas. Si una imagen reflejo es atacada, el arma pasa a través suyo. Si el personaje no está presente para ordenarle que actúe de forma apropiada, la imagen no reaccionará, continuando con la acción asignada.
Nivel 07 - Semblante en el Espejo
El vampiro puede crear duplicados ilusorios de si mismo. Los perseguidores del Ravnos pueden encontrarse a la caza de tres o cuatro copias distintas, cada una dotada de movimiento autónomo. Cada imagen duplica al vampiro hasta en los menores detalles, y éste las puede enviar hacia posibles emboscadas, o usarlas para dar una sensación de mayor número. Los Ravnos más sociales pueden hacer que sus duplicados distraigan a los invitados aburridos en las fiestas mientras ellos se dedican a otra cosa.
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