Sistema: Una vez por capítulo, el Guerrero puede activar este Poder sin coste alguno. Cualquier activación subsiguiente requiere el gasto de tres puntos temporales de Fuerza de Voluntad, cinco puntos de Sangre y una oración (Carisma + Interpretación a dificultad 7) para poner voz abiertamente a las dudas y miedos del Guerrero, dándoles vida para que así pueda matarlas. El éxito significa que entra en un estado de trance durante el resto de la escena, cantando ruidosamente acerca de la victoria sobre sus enemigos y sus miedos, y sus ojos resplandeciendo más brillantes que el Sol. Sus Atributos Físicos aumentan hasta su máximo por Generación. Un halo arde a su alrededor, incapaz de ser amortiguado por Disciplinas de menor nivel y haciendo imposible el Sigilo. El resplandor incrementa la dificultad de cualquier ataque contra el Salubri en 2. Mientras esté en este trance de batalla, obtiene inmunidad frente a Dominación, Presencia y otras Disciplinas mentales (salvo los efectos de Canción de Rayzeel). El trance termina cuando cada enemigo está muerto al igual que sus miedos o cuando encuentra la Muerte Definitiva en el campo de batalla.
Nivel 09 - Canción de los Sangrados
Las palabras de Samiel fueron escuchadas sólo por sus Chiquillos. Sólo
ellos conocen las dudas secretas que mencionó en alto, purgándolas de su
corazón para así poder enfrentarse a sus enemigos con todo su potencial
sin trabas. El limpio corazón de un Guerrero Salubri es un corazón
furioso, la pureza de su rabia brilla visiblemente. Las dudas se recitan
como una oración, adquiriendo cadencia y ritmo y definiendo a quien las
recita como un ángel vengador de un Dios furioso («Préstame tu rabia, oh Señor, pues yo soy Miguel, General de la Hueste»).
Es por esta razón que la Casta Guerrera suele tomar los nombres de los
ángeles judeocristianos; incluso si no pueden usar este Poder, el
simbolismo tiene mucho peso.
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