La Mascarada está en el corazón de la propia existencia de la Camarilla. El hecho de que los vampiros son reales debe ocultarse a ojos de los mortales. Las violaciones de esta Tradición suelen castigarse con la muerte, o con algo peor.
Todo vampiro de la Camarilla supuestamente debe vigilar las violaciones de la Mascarada, y contrarrestar cualquier ruptura en la que pudiera incurrir. Si no se evita una violación de la Mascarada, o se informa de lo sucedido a las autoridades pertinentes, se incurre en algo casi tan grave como el incumplimiento de la propia Tradición; la Camarilla se toma la Mascarada muy en serio.
Como consecuencia de esto, los sheriffs y sus ayudantes vigilan constantemente la Zona y los yermos en busca de los errores más leves en mantener la Tradición. Aunque las otras leyes de la Camarilla de vez en cuando están sujetas a interpretaciones libres, la Primera Tradición permanece inviolable.
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