A veces, incluso el primogénito más organizado puede tener demasiado trabajo, y no es capaz de atender todas sus obligaciones. Si se suma esto a las lentas discusiones en las reuniones de clan, a los miembros recalcitrantes del mismo y a la lasitud general de los votantes, la tarea del primogénito puede ser incontrolable para un sólo Vástago. Para solucionar estos casos se creó el cargo de látigo.El látigo no es un puesto oficial dentro de la jerarquía de la Camarilla, sino un fenómeno: reciente que parece usarse únicamente en países con una legislatura democrática. Los látigos se emplean en los gobiernos mortales para mantener informados a los miembros de un partido político de las actividades dé los demás, para que los debates sean productivos y para redondear el número de miembros apropiados cuando llega la hora de votar. En las ciudades de la Camarilla, varios clanes emplean látigos con propósitos similares. Los principados del Reino Unido y de los Estados Unidos son los que más emplean este cargo.
Un primogénito puede prescindir de emplear a un látigo si la situación no lo requiere. Después de todo, cuando la rama local de un clan tiene cuatro miembros, y uno es el primogénito, mantener informado al resto es algo sencillo. Por otro lado, en una gran ciudad con ocho miembros del clan, un látigo puede ser muy útil. Algunos clanes a veces han presionado a su primogénito para que nombrara látigos cuando era evidente que el primogénito estaba sobresaturado de trabajo. Los nombramientos de látigos suelen ser condicionales; a menudo el látigo es un Vástago que tiene la influencia suficiente dentro del clan como para ser escuchado, pero no tanta como para eclipsar al propio primogénito. Es probable que se sustituya a un látigo que empieza a brillar más que su jefe. A veces, un puesto de látigo no es una recompensa sino una advertencia. Como se pide que el látigo permanezca cerca del primogénito y comparta su punto de vista, el nombramiento de un agitador puede ser una manera eficaz de meterle en vereda y canalizar sus energías hacia algo más constructivo (o ponerle a la vista de todos hasta que inevitablemente cometa un error). Los látigos en las reuniones de los clanes sirven para aguijonear las discusiones recurriendo a cualquier método necesario. Esto puede ir desde completar detalles que haya olvidado inadvertidamente el primogénito, gritar a los miembros del clan más elocuentes que den la oportunidad de expresarse a los más callados, insultar a alguien para que haga pública su auténtica opinión o lanzar la estrategia incendiaria ocasional para hacer que la pelota siga rodando. Los látigos también pueden acudir a todos aquellos miembros del clan solitarios que no pueden o quieren atender a las reuniones del clan por asuntos propios. En algunas ciudades se ve al látigo como el segundo del primogénito, con la autoridad de sentarse en las reuniones de la primogenitura si su señor está ausente, o permaneciendo a su derecha durante las reuniones, aparentemente para servir de “taquígrafo” para el clan. Con más frecuencia, el látigo está tomando notas sobre cualquier cosa que pasa durante la reunión y que el primogénito no percibe mientras habla o trata con el príncipe, como por ejemplo la ropa que llevan los otros primogénitos, sus gestos y amaneramientos, su tono de voz y las reacciones de aquellos a los que no se dirige la palabra. Un látigo observador puede valer su peso en oro cuando llega el momento de interpretar el significado de la protesta extraña de otro primogénito.
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