Ventrue

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Los Ventrue son la columna vertebral de la Camarilla, el clan más comprometido con el ideal de la secta. Quizá esto sea porque a uno de los suyos se le concede el crédito de imaginar la Camarilla por vez primera, o quizá porque creen honestamente en el bien máximo para la secta, pero la realidad es que los Ventrue son el clan cuya identidad está vinculada más firmemente a la de la Camarilla. Los Ventrue cuentan con más príncipes que ningún otro clan, y parecen deleitarse especialmente en la organización de cónclaves. En realidad, los Ventrue ven la participación en la Camarilla como una obligación, y son capaces de hacer grandes esfuerzos para dejárselo claro a otros vampiros, si creen que no están poniendo mucho de su parte.

Tales Vástagos habitualmente contestan con comentarios acerca del complejo de mártir de este clan, pero los Ventrue se toman con calma tales calumnias. Saben que al noble le toca sufrir la incomprensión. Siempre un clan de la aristocracia, en estos tiempos los Ventrue están realizando la transición de Abrazar a la elite hereditaria a acoger a la elite financiera. El clan siempre se ha arremolinado alrededor del poder, y en estas noches modernas el poder está más que en la sala de juntas que en la corte. Como consecuencia de esto, los Ventrue se han instalado firmemente en los mercados especulativos, las industrias y en otros ruedos financieros. Son conscientes del poder que tiene el dinero, y mediante sus numerosos peones mortales usan ese poder sumamente bien. Ningún otro clan de la Camarilla puede compararse a los Ventrue en este campo; pocos siguen intentándolo. Los Ventrue admiran la educación, y están entre los Vástagos más urbanos, sofisticados y formales. El clan tiene una plétora de tradiciones y costumbres, muchas de las cuales no tienen ningún sentido para otros Vástagos, pero que los Ventrue siguen obstinadamente. Los jóvenes Ventrue que cuestionan su utilidad obtienen la respuesta de sus sires por las malas, que prefieren la iniciativa dirigida a la independencia. A pesar del disfraz de gentileza que adopta el clan, la capacidad para la crueldad y la rapacidad de los Ventrue es ilimitada. Pueden ser corteses, pero aún así son vampiros, vampiros en lo alto de la pirámide de poder de la Estirpe, nada menos. La amabilidad y las demás cualidades admirables no tienen nada que ver con lo que les ha llevado hasta allí; la eficacia despiadada, la ambición sin límite y la dedicación incansable sí.

Fuerza e Influencia

Los Ventrue siguen siendo el clan más poderoso de la Camarilla. En parte esto es porque están mucho más interesados en la secta que sus iguales, pero también por la atracción al poder que parece ser el rasgo unificador del clan. En la mayoría de las ciudades de la Camarilla, la estructura de poder local está plagada de Ventrue. Incluso aquellos que no ostentan cargos oficiales tienen sus manos sobre algún pastel mortal importante; bolsas de valores, instituciones financieras, ayuntamientos y otros similares son las áreas comunes del interés Ventrue. Una de las consecuencias de este dominio completo de la jerarquía local por parte de los Ventrue es que a veces hay poco espacio para que asciendan los Ventrue más jóvenes. Sus maestros inmortales les mantienen en un aprendizaje eterno, y muchos se rebelan bajo este yugo. Como consecuencia de esto, hay una curiosa dicotomía en las pautas de comportamiento Ventrue; los Ventrue normalmente son los vampiros más conservadores y urbanos, pero también tienen la costumbre de enviar a sus compañeros de clan más jóvenes a los territorios recién abiertos (físicos, como una ciudad recuperada al Sabbat, o financieros, como una nueva industria que ha cobrado importancia) con la esperanza de conseguir nuevas posesiones.

Organización

Los Ventrue tienen una organización en el clan sumamente formal, pero esa formalidad tiene un grado sorprendente de flexibilidad de respuesta integrada en ella. La dirección del clan, a la que a veces se llama “el Consejo de Administración”, tiene unos 30 miembros procedentes de todo el planeta, aunque los más importantes están en Nueva York, Londres y París. Las reuniones del Consejo son irregulares pero la asistencia es obligatoria; con el poder que tienen bajo su mando los directores hay pocas excusas que sirvan para justificar una ausencia a una convocatoria del Consejo. Los Ventrue menos importantes cuentan con una estructura de clan que parece una mezcla de una entidad corporativa y un club. Cada ciudad con población Ventrue tiene un cuartel general del clan, llamado Junta que habitualmente se encuentra en un exclusivo club privado o en unas oficinas de alto nivel. La Junta también es una corporación, y es la herramienta mediante la que los Ventrue ejercen gran parte de su control financiero a nivel local. Una de las ventajas inherentes de los Ventrue es  que todo el mundo sabe cuál es su lugar dentro del clan; todos los roles y las cadenas de mando están demarcadas clara y formalmente. El progreso a través de las filas del clan es lento para los Ventrue más jóvenes, salvo en circunstancias excepcionales; los antiguos del clan desaprueban la iniciativa o la excesiva ambición.

Inquietudes

La primera preocupación de los Ventrue es la Camarilla, a saber, cómo mantenerla en marcha tras la marcha de los Gangrel. Aunque los Ventrue nunca prestaron mucha atención a los Gangrel, todos creen que eran extremadamente útiles en la defensa contra el Sabbat. Con su marcha, la Camarilla está debilitada, y los Ventrue piensan que deben cargar aún más con la carga de apoyar a la secta. También existe preocupación ante el éxito de las incursiones del Sabbat en la costa este de Norteamérica, una preocupación que el clan trata de transmitir al resto de la secta. Dentro de la Camarilla, la mayor preocupación del Sabbat es el poder creciente de los Tremere, que parecen listos para intentar arrebatar el mando de la secta a los Ventrue en unas pocas décadas. También existe la inquietud habitual por el incremento de la actividad anarquista, pero la mayoría de los Ventrue descartan este dato como si fuera ruido blanco. Lo han escuchado antes, han visto cómo se desvaneció y no tienen ningún interés en volver a escucharlo.

Prestigio en Clan

Los Ventrue adquieren prestigio dentro del clan como derivado del éxito. Se premian con prestigio las adquisiciones exitosas, las maniobras empresariales, los golpes políticos u otras actividades que beneficien al clan o a la secta, aunque es una práctica común entre los Ventrue que muchos traten de hacerse con el crédito de cualquier actividad que salga bien. Las actividades que se salen de los límites del comportamiento normal del clan se observan con cautela; si salen bien sin afectar a las suertes de otros Ventrue, los instigadores son recompensados generosamente, pero si fallan o dañan al clan, el castigo es severo. Los Ventrue que no se comportan correctamente también arriesgan su posición en el clan, del mismo modo que sus sires y chiquillos. La educación y la sangre van unidas.

El Mundo Mortal

Una de las mayores virtudes de los Ventrue es su profunda relación con el mundo mortal. Interfieren en las instituciones políticas y financieras mortales con la misma naturalidad que respiran los humanos, y como consecuencia tienen más influencia entre los vivos -que cualquiera de los otros clanes. Aunque este comportamiento a veces pone en peligro la Mascarada, también proporciona al clan unos recursos admirables. Los Ventrue también tienen los ghoul más hábiles y mejor situados (y los más numerosos) de todos los clanes, y su pericia al usar sus marionetas mortales es una de las claves de la supervivencia continuada de la secta. Dentro del propio clan, hay un resentimiento creciente contra una supuesta “red de vejestorios” de antiguos, que los Ventrue más jóvenes creen que les niegan posibilidades de promoción. Los Ventrue más jóvenes también piensan que la estructura del clan es ineficaz, mientras que los antiguos se sacuden la cabeza ante el ímpetu de la juventud , y afirman que su experiencia les obliga a mantener las cosas tal y como están.


Prácticas y Costumbres

Las prácticas formales de los Ventrue son demasiado numerosas (y en muchos casos, demasiado puñeteras) como para entrar en ellas; basta decir que tienen muchas. Hay costumbres para definir quién bebe primero, en qué orden se habla en el Consejo, qué clase de clubes pueden emplearse para albergar las Juntas (sólo de caballeros; si no hay ninguno, a menudo se escogen como sustitutos los clubes de alumnos de universidades prestigiosas), qué fiestas se celebran para realizar Abrazos, etc. Cada movimiento está limitado por la tradición y los precedentes; las innovaciones se saludan con una sonrisa mientras que no interfieran la práctica existente. La costumbre más esencial de los Ventrue, no obstante, es la de la ayuda. En todos los aspectos, el clan está primero, y cualquier Ventrue puede solicitar ayuda a la Junta o a un compañero de clan. Por tradición, aquellos Ventrue a los que se solicita ayuda están obligados a acudir en auxilio de su compañero de clan, dejando de lado el riesgo personal o sus preferencias. Un Ventrue que falte a esta obligación queda desprestigiado dentro del clan, y no debe esperar ninguna ayuda de sus compañeros si alguna vez la solicitara. En lo que respecta al Abrazo, los Ventrue son sumamente selectivos. Sólo la flor y nata sirve para los de Sangre Azul, los mejores mortales entre los mejores en los negocios, la política, el ejército, etc. Los Ventrue se cuidan de instruir a sus chiquillos en las cuestiones de la Camarilla, viendo que algún día la tarea de esos neonatos será el mantenimiento de la secta. Los Ventrue nunca se alejan mucho de sus chiquillos a menos que se vean obligados por la sociedad o por la distancia; los fuertes lazos entre sire y chiquillo forman parte de lo que ayuda a unificar el clan. Los Ventrue se reúnen el primer martes de cada mes en la Junta; la asistencia es obligatoria, y aquellos que hacen novillos son buscados por los criados del “Presidente” (el antiguo de la zona y jefe de la junta, que habitualmente también pertenece al consejo de la primogenitura). Las reuniones reciben el nombre de Asambleas del Directorio, aunque los Ventrue más viejos insisten en llamarlas por viejos nombres en francés, latín y griego. Las Asambleas del Directorio se parecen mucho a los consejos de administración mortales, y los datos políticos y financieros ocupan gran parte de la conversación. Las reuniones también se usan para definir la posición en el clan, con “ascensos” y “degradaciones” en forma de elogio público o desprecio por parte del Presidente o de los miembros de los diferentes comités.
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