01-Sueño los primeros tiempos de la más larga memoria.
02-Canto los primeros tiempos de todos más viejo Padre. Canto los primeros tiempos y el claro amanecer de toda la Oscuridad.
03-En Nod, donde la luz del Paraíso alumbra, el azabache nocturno y gotas de nuestros padres mojan y ablandan el suelo.
04-De nos, todos y cada uno, decidimos poder como quisiéramos vivir y coger nuestros alimentos de las entrañas de la tierra.
05-Yo, primogénito Caín, con útiles puntiagudos, Planté semillas oscuras, las regué dentro de la tierra, las cuidé, las vi crecer.
06-Yo lo amaba, a mi hermano. Él, él era el más brillante, El más dulce, el más fuerte.
07-Él era la prima parte de toda mi alegría.
08-Entonces, en un día de abril, nuestro Padre dijo: «Caín, Abel, un regalo a Aquél en lo Alto debéis hacer, un sacrificio. Un don de la prima parte de todo cuanto tenéis».
09-Yo, primogénito Caín, recolecté tiernos brotes, y los frutos más brillantes, Y la yerba más fresca. Y él, segundogénito Abel, Sacrificó el más joven, el más fuerte, el más tierno de todos sus animales. Sobre el altar de nuestro Padre posamos los sacrificios y prendimos fuego so ellos, y el humo se los llevó hacia Aquél en lo Alto. El sacrificio de Abel, segundogénito, olió dulce a Aquél en lo Alto, y Abel fue bendecido.
10-Yo, primogénito Caín, fui golpeado desde lo lejos por una severa palabra y una maldición, pues indigno resultó mi sacrificio. Miré el sacrificio de Abel, todavía humeante, la carne, la sangre. Lloré, me tapé los ojos, oré de día y de noche.
11-Y cuando nuestro padre dijo: «El tiempo del sacrificio ha llegado ya de nuevo». Y Abel condujo su más joven, su más tierno, más amado hacia el fuego sacrificial. Yo no llevé mi más joven, mi más tierno, pues sabía que Aquél en lo Alto de ningún modo los querría. Y mi hermano, querido Abel, me dijo: «Caín, no has traído un sacrificio, un regalo de la prima parte de tu alegría, para quemarlo en la ara de Aquél en lo Alto».
12-Yo lloré lágrimas de amor cuando, con mis útiles puntiagudos, sacrifiqué aquello que era la parte primera de mi alegría, mi hermano. Y la Sangre de Abel cubrió el altar, y olía dulce mientras ardía.
13-Pero mi Padre dijo: «Maldito estás, Caín, quien mataste a tu hermano. Como yo fui expulsado, así lo serás tú»
14-Y Él me exilió a vagar en la oscuridad, la tierra de Nod.
15-Me precipité en la Oscuridad. no vi ninguna luz y estaba asustado.Y solo.
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