25-Y desde la Oscuridad vino una luz brillante, Fuego en medio la noche. Y el arcángel Miguel se reveló ante mí. Yo no tenía miedo. Pregunté qué deseaba. Miguel, General del Cielo, custodio de la llama sagrada, me habló con estas palabras: “Hijo de Adán. Hijo de Eva, tu crimen es grande, pero también es grande la compasión de mi Padre. ¿No te arrepentirás del mal que has hecho, y dejar que Su compasión te limpie y purifique?”
26-Y yo respondí a Miguel: “No por la gracia de [Aquél en lo Alto], sino por la mía propia viviré, con mi soberbia”.
27-Miguel así me maldijo: “Entonces, mientras camines por esta tierra, tú y tus hijos temeréis mi llama viviente, que morderá profundo y saborear vuestra carne”.
28-Y por la mañana, vino Rafael, con alas cargadas de inocencia, luz sobre el horizonte, el conductor del Sol, el guarda del Este. Rafael habló, diciendo: “Caín, hijo de Adán, Hijo de Eva, tu hermano Abel. te perdona tus pecados. ¿No te arrepentirás y aceptarás la redención del Todopoderoso?”
29-Yo respondí a Rafael: “No por el perdón de Abel, sino por el mío propio seré perdonado”.
30-Rafael así me maldijo: “Entonces, mientras tus pasos pisen esta tierra, tú y tus hijos temeréis el amanecer, y los rayos del sol os buscarán para quemaros como el fuego dondequiera que os escondáis. Escóndete ahora del Sol, pues se alza para alcanzarte con toda su furia”. Pero yo encontré un lugar secreto, profundo en la tierra, y me escondí de la luz del Sol. Dentro de la tierra dormí hasta que la Luz del Mundo se escondió tras la montaña de la Noche.
31-Cuando me alcé de mi sueño diurno, escuché el sonido de gentiles alas veloces. Vi las negras alas de Ariel cubriéndome alrededor. Ariel, segador, Ángel de la Muerte, Oscuro Ariel, quien mora en las tinieblas. Ariel rápidamente dijo: “Hijo de Adán, Hijo de Eva, Dios Todopoderoso perdona tus pecados. ¿Aceptarás la redención y me dejarás llevarte hacia tu recompensa, Nunca más maldito ?”
32-Y dije yo entonces a Ariel, el de negras alas: “No por la redención del Todopoderoso, sino por la mía propia, viviré. Soy lo que soy, hice lo que hice, y esto nunca cambiará” .
33-Y entonces, mediante Ariel, pavoroso Ariel, Dios Todopoderoso me maldijo, diciéndome: “Entonces, mientras camines por esta tierra, tú y tus hijos abrazaréis las Tinieblas, beberéis sólo sangre, comeréis sólo cenizas, seréis como fuisteis en el momento de morir, nunca muriendo, continuando viviendo. Caminaréis para siempre en las Tinieblas, todo cuanto toquéis te desmoronará, hasta el último día”.
34-Lancé un grito cargado de angustia por esta terrible maldición, y lloré sobre mí. Derramé sangre, puse las lágrimas dentro de un recipiente, y las bebí.
35-Cuando alcé la vista de mi cuenco de pesar, el arcángel Gabriel, gentil Gabriel, Señor de la Redención, se apareció ante mí. Díjome el arcángel Gabriel: “Hijo de Adán, Hijo de Eva, observa: La redención del Padre es mayor de lo que jamás podrías imaginar, pues, incluso ahora, hay una senda abierta, el camino de la Redención, Y llamarás a este camino [Golconda]. Habla a tus hijos de él, pues por él volverán a residir en la Luz”. Y después de esto, la oscuridad se alzó cual velo, y la única luz era los ojos de Lilith. Mirando a mi alrededor supe que había Despertado.
36-Cuando mis energías por primera vez surgieron a través de mí, descubrí cómo poder como el rayo moverme [Celeridad], cómo coger prestada la fuerza de la tierra [Potencia], cómo ser cual piedra [Fortaleza]. Éstas fueron como respirar, fue una vez para mí. Lilith entonces me mostró cómo se ocultaba de los cazadores [Ofuscación], cómo exigía obediencia [Dominación], cómo pedía respeto [Presencia]. Entonces Lilith me ordenó que me detuviera, pues había sobrepasado todos mis límites, había ido demasiado lejos, había amenazado mi propia esencia.
37-Utilizó sus poderes y me ordenó parar. Debido a su poder, yo la obedecí, pero profundo en mí, dentro fue plantada una semilla de rebelión. Y cuando me dio la espalda, abrí mi ser de nuevo, lo abrí a la Noche, y vi en las estrellas infinitas posibilidades, y conocí un camino, un camino de poder y Sangre para que yo lo siguiera, así pues abrí en mí esta Senda Definitiva , desde donde otros caminos procederían.
38-Con este nuevo poder, rompí las cadenas que puso en mí la Señora de la Noche. Dejé la reina Condenada ese mismo atardecer, ocultándome en sombras, huí a las tierras de Nod y llegué a un lugar donde no pudieran encontrarme ni siquiera sus demonios.
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Muy interesante
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