39-Dejadme contaros el cuento de Zillah , primera amante de Caín, primera esposa de Caín, la más dulce sangre, la más suave piel, los más claros ojos. Sola entre sus nuevos hijos, a Ella amó Caín.
40-Y Ella desconocía su amor, girándole la espalda. Ni regalos, ni sacrificios, ni perfumes, ni palomas, ni bellos bailarines, ni cantantes, ni bueyes, ni esculturas, ni bellas ropas, nada transformaría su pétreo corazón en dulces frutos.
41-Y Caín tiró de su barba , y lloró sobre su cabello, y erró por la naturaleza, de noche, pensando en ella, Quemándose por ella. y una noche se encontró a la Bruja, cantándole a la luna.
42-Caín dijo a la Bruja: “¿Por qué cantas así?” y la Bruja contestó: “Porque suspiro por aquello que no puedo tener...”
43-Dijo Caín a la Bruja: “También yo suspiro. ¿Qué puede uno hacer?” La Bruja sonrió y dijo: “Bebe mi sangre esta noche, Caín, padre de Vástagos, y vuelve mañana, de noche. Entonces, te mostraré el saber de la Luna”. Caín entonces bebió del desnudo cuello, y se fue.
44-Bajo la siguiente noche, Caín encontró a la Bruja durmiendo sobre una roca. “Despiértate, Bruja”, Díjole Caín, “He vuelto”.
45-La Bruja abrió un ojo y dijo: “Estoy soñando con tu solución. Bebe de mi otra vez, y vuelve mañana, de noche. Trae un cuenco de cerámica. Trae un cuchillo afilado. Tendré entonces tu solución”. Otra vez más Caín bebió la sangre de la Bruja, quien, inmediatamente, cayó en profundo sopor.
46-Cuando Caín volvió, a la siguiente noche, la Bruja lo miró, y sonrió. “Felicidades, señor de la Bestia ”, dijo entonces la Bruja. “Tengo el saber que buscas. Toma algo de mi sangre, en el cuenco que traes, mézclalo con estas bayas, y con estas yerbas, y bébete el elixir. Serás irresistible. Serás potente. Serás dominante . Serás ardiente. Serás candente. El corazón de Zillah se fundirá, como la nieve en primavera”.
47-Y Caín bebió el elixir, pues estaba enamorado de Zillah, la de claros ojos, y tanto deseaba su amor. Y la Bruja se rió, se rió alto y claro. ¡Ella lo había engañado! ¡Ella lo había atrapado! Caín estaba furioso, más allá de todo límite, quería desgajar a la Bruja. recurrió a sus poderes para obtener toda su fuerza. La Bruja se rió otra vez, y dijo: “No lo hagas”. y Caín no pudo hacer nada que fuera en su contra. La Bruja se rió otra vez, y dijo: “Ámame”. Y Caín no pudo hacer nada excepto contemplar sus ancianos ojos y desear su curtida piel. La Bruja se rió y dijo: “Hazme inmortal”. Y Caín la Abrazó, y ella rió de nuevo, rió con el puro éxtasis del Abrazo, pues no le dolió.
48-“Te he hecho poderoso, Caín de Enoch, Caín de Nod, pero siempre estarás atado a mí. Te he hecho señor de todos, ¡pero jamás me olvidarás! Tu sangre, potente como es, ahora atará a quien la beba, al igual que tú hiciste, una vez cada noche, durante tres noches. Serás el señor, serán tus esclavos, como tú eres el mío. Y aunque Zillah te amará, como tú deseaste, tú me amarás, para siempre. Ve ahora, y reclama tu amada concubina. Yo te esperaré en los lugares más oscuros, mientras preparo más pócimas para tu salud”.
49-Y así, muy deprimido, Caín volvió a Enoch, y cada noche, durante tres noches, Zillah bebió de su Sire, aunque no lo supo. Y, la tercera noche, Caín anunció que se casaría con Zillah, su más dulce Chiquilla, y ella aceptó.
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