Hay quien dice que el Sabbat ha madurado especialmente bien a lo largo de los años. No hay duda de que se ha convertido en una fuerza a tener en cuenta en las noches modernas controlando o reclamando ciudades en poder de la Camarilla desde hace mucho tiempo, y empleando asedios y cruzadas con eficacia mortal. Esta visión singular parece haber superado al menos parte de la desorganización de la secta. Además, se trata de un grupo más joven y ágil que la Camarilla, y es capaz de adaptarse con mayor facilidad a los usos del mundo moderno.
Sea cual sea la causa, en los cuarenta años que han pasado desde la finalización de la última Guerra Civil Sabbat, la secta ha asestado golpes asombrosos y se ha convertido en legítima aspirante al poder descompuesto de la Camarilla. No sorprende que ejerza una gran influencia sobre las naciones del Tercer Mundo y las ciudades más pobres del planeta. Allí, en colmenas de indigentes y bolsas de zumo anónimas, los vampiros del Sabbat se alimentan con impunidad y construyen sus propios imperios privados. Sin la amenaza de las fuerzas organizadas del orden y los medios de comunicación, pueden, dedicarse a la violencia y la sangría desatada exigidas por muchos de los vampiros más jóvenes y caóticos.
En las zonas más modernas del mundo, el Sabbat se cuida de cubrir sus huellas. Aunque se burla de la Mascarada de Camarilla (al menos en teoría, que no en práctica), sus líder comprenden que la amenaza de la resistencia humana organizada y tecnológicamente avanzada es demasiado peligrosa. Por tanto, en ciudades de Europa y Norteamérica hacen todo posible por ocultar sus huellas, aunque sus métodos (la intimidación y el asesinato) son mucho más bastos que las (normalmente) sutiles manipulaciones de la Camarilla. Con su influencia limitada en los círculo mortales, el Sabbat sufre en el mundo moderno. El poder de sus rivales sobre muchas instituciones humanas le impide extenderse con facilidad.
América del Norte
Canadá y los Estados Unidos son, probablemente, las zonas en las que el impulso de la secta tiene un mayor éxito. Recientemente se han redoblado los esfuerzos en la guerra a lo largo de la Costa Este estadounidense, solidificando el dominio sobre Miami, Washington DC, Baltimore, Filadelfia y Atlantic City. Sin embargo, algunos Sabbat preocupados ven estas victorias como tigres de papel, ya que la supremacía de la organización, dada por hecha en Nueva York, empieza a estar en duda. Los partidarios de la guerra se aprestan a señalar que ciudades como Atlanta, Richmond, Boston y Raleigh-Durhanm han dejado de ser únicamente feudos de la Camarilla. Evidentemente, el Sabbat es consciente de que Norteamérica representa una base de control financiero internacional de increíble poder, por lo que no ceja en sus esfuerzos por lograr avances en la región. Por la noche cierra su puño sobre el Medio Oeste estadounidense, esperando romper a la Camarilla como una nuez entre el poder combinado de Méjico y los territorios de la Costa Este.
El Sabbat pisa con cuidado en Norteamérica, ya que es consciente de que una población muy tecnificada puede convertirse rápidamente en un serio problema si llega a enterarse de sus actividades. Los enloquecidos medios de comunicación de los Estados Unidos representan una posibilidad demasiado grande de ser descubiertos por todo el país, y por tanto se evita en la medida de lo posible la guerra abierta contra cualquier enemigo. Por desgracia para la secta, esto significa que la guerra se libra principalmente mediante la influencia, una de las principales fuerzas de la Camarilla. Del mismo modo, la dificultad para obtener armas en Canadá limita las cruzadas, que suelen convertirse en discretos asaltos directos. Norteamérica obliga al Sabbat a adoptar nuevas tácticas y a encontrar usos creativos de los recursos disponibles y escasos para sus rivales.
Detroit; Michigan, en su día un núcleo de la industria automovilística de los Estados Unidos, se ha convertido en una cáscara de su antiguo poderío fabril. Es un territorio valioso para el Sabbat a pesar de su débil economía, por lo que se trata de revitalizar la ciudad mediante un cambio en su enfoque industrial. Con uno de los mayores índices de asesinatos de los Estados Unidos (ha llegado a ser conocido como “capital del crimen de los EE.UU.”), proporciona grandes zonas de caza para sus habitantes vampíricos. Al contrario que algunos de sus hermanos del sur, los Sabbat de Detroit no se concentran en la captura de las ciudades vecinas de la Camarilla, sino que tratan de recuperar la riqueza de su propio hogar. Después de todo, hasta el Sabbat necesita disponer de los recursos adecuados si quiere lanzar un ataque con éxito...
Montreal: Como parte del martillo que mantiene a raya a Ottawa al sudeste (el yunque es Detroit), Montreal dispone de una población Sabbat de poder excepcional (ver el suplemento Montreal Nocturno). Las manadas de la ciudad, muy religiosas y organizadas, se deleitan en su monstruosidad. El comercio y el turismo de la zona significan que la secta no tiene dificultades
para cazar, y aquellos que se involucran en los asuntos mortales pueden llevar no-vidas adineradas y desahogadas. Sin embargo, la misma fuerte que hace lucrativa y abundante la ciudad para el Sabbat alimenta su propia descomposición interior: se sospecha que muchos miembros de la secta en Montreal son infernalistas, y sin las pruebas constantes que caracterizan a la secta en otras zonas, los vampiros de la ciudad caen en la podredumbre espiritual. La Inquisición del Sabbat está muy interesada en los asuntos de esta ciudad, y ya son muchos los Cainitas que han caído acusados de herejía y de traficar con demonios.
América Central
La principal fortaleza del Sabbat es Méjico, y en la capital de este país tiene la secta su corazón espiritual y político. No hay un solo lugar en Centroamérica (salvo algunos tristes territorios en la península del Yucatán) que no obedezcan el puño de la organización. Monterrey y Guadalajara, Acapulco y Oaxaca, toda la región hierve de vampiros del Sabbat.
La secta ejerce desde aquí una presión constante contra los Estados Unidos y tantea Sudamérica, estableciendo una pequeña presencia entre los diferentes estados de la zona. Entre los suburbios de Méjico, económicamente deprimido, el Sabbat encuentra zonas de caza abundante y carne de cañón para la Yihad.
Combinando los ritae de la secta con las antiguas prácticas de los pueblos indígenas, los Sabbat de América Central están entre los más ritualistas y fervientes defensores de la política oficial. El fanatismo, combinado con el acceso sencillo a las armas, mercenarios y bandas criminales, significa que estos vampiros son brutales y guerreros.
De hecho, en muchas zonas se muestra abiertamente la condición vampírica, y las manadas ambulantes combaten las unas con las otras por diversión o por territorios.
El alto índice de delitos con violencia significa que las situaciones que se escapan de las manos son fácilmente cubiertas u olvidadas, mientras que los guetos atestados proporcionan un suministro ilimitado de sangre. No es extraño, por tanto, que los Sabbat de estos territorios adopten la fachada de brutales líderes de bandas o aristócratas recluidos.
Ciudad de Méjico: El centro de Méjico tiene una población de más de veinte millones de habitantes, pero la mayoría vive en la pobreza. La densa polución y el agua contaminada hacen de la ciudad uno de los lugares más insalubres de la Tierra. Pueblos enteros construidos sobre escombreras albergan a generaciones que nunca conocerán la electricidad, la escritura o los números. Entre estas masas de ganado ignorante y moribundo el Sabbat disfruta. La actual regente, una Toreador antitribu de la quinta generación, tiene su refugio en Ciudad dé Méjico, desde donde piensa en los objetivos de la secta y ejerce su influencia sobre la Mano Negra. Los vampiros que buscan el verdadero poder político dentro del Sabbat deben viajar allí en un momento u otro para ser reconocidos (o ridiculizados) entre los cientos de vampiros que luchan por el prestigio y la posición. De hecho, los vampiros son tan numerosos que ni siquiera los guardias los reconocen a todos. Cualquiera que dé las contraseñas apropiadas es bienvenido. Es posible que una manada entera entre, se desvanezca en los suburbios y se marche sin que nadie haya llegado a saber de su existencia. Ciudad de Méjico epitoma al Sabbat de muchos modos; aquí los vampiros presumen de sus poderes abiertamente ante el ganado (aunque solo sea para asustar a las bandas callejeras). Siempre hay sangre disponible (de los moradores anónimos de las zonas más bajas, a los que nunca se echará de menos). Los vampiros compiten entre ellos en pruebas de fuerza y astucia, mientras la industria y el comercio pueden ser influidos por cualquier Cainita lo bastante audaz como para ejercer su voluntad. Algunos vampiros creen que puede haber unos 1.000 refugiados en la ciudad, formando una comunidad infernal de depredadores urbanos que actúa siguiendo sus caprichos. Así se construye el poderoso y enfermo corazón del Sabbat.
Tijuana: Localizada justo al otro lado de la frontera de San Diego, California, Tijuana es una ciudad costera concentrada en el turismo, especialmente del tipo "chavales de instituto que quieren emborracharse". Como ocurre con muchas otras ciudades sumidas en la crisis económica, Tijuana se enfrenta a problemas de contaminación y pobreza. Gran parte de la ciudad se ve sumida en una atmósfera de carnaval decadente, con calles serpenteantes que atraviesan aglomeraciones de bares y locales de mala muerte. Como plataforma del Sabbat contra la ralea del sur de California, Tijuana alberga a un número desproporcionado de Cainitas. La alta cantidad de turistas y barrios empobrecidos permite a la ciudad sostener a más Cainitas de lo que es habitual. El Obispo Cicatriz se enfrenta a una guerra de dos frentes, organizando Partidas de Guerra para tantear las defensas de los anarquistas al tiempo que trata de ejercer su influencia a través de la frontera hasta San Diego, a menudo mediante el uso de inmigrantes y conflictos políticos.
América del Sur
En un continente cuajado de dominios vampíricos feudales y balcanizados, el Sabbat solo tiene una influencia limitada. La mayoría de los Cainitas de Sudamérica apoya dominios privados respaldados por pequeñas cuadrillas o aliados influyentes. Como estos potentados vampíricos no tienen muchas ganas de arriesgar sus posición participando en la Yihad del Sabbat, la secta no logra muchos conversos en este continente. Además, aunque las principales ciudades son siempre objetivos prioritarios, la economía de los países sudamericanos no tiene el atractivo de Norteamérica y Europa, de modo que a menudo se los considera objetivos secundarios debido a la falta de poder financiero y a la (supuesta) escasa importancia para la Yihad. En realidad, la actitud neutra de Sudamérica convierte a muchas de sus ciudades en terreno perfecto para celebrar reuniones con miembros de otras sectas y organizaciones; cuando la Camarilla o los vampiros independientes necesitan cerrar acuerdos con el Sabbat, lo más probable es que las reuniones se celebren aquí, a menudo codo con codo con criminales de guerra, expatriados y otros exiliados del mundo mortal.
Los vampiros del Sabbat en Sudamérica están desorganizados y divididos. Las ciudades de la zona son principalmente independientes, y la presencia de la secta suele limitarse casi siempre a una única manada. Además, dada la relación antagónica con los aparentemente omnipresentes cambiaformas, que parecen inmersos en una guerra propia, el Sabbat encuentra el continente demasiado problemático para cualquier viaje.
Europa
Como hogar de los antiguos de la Camarilla y cuna del Sabbat, los países de Europa son campo de batalla prioritario en la guerra sutil. Aquí la secta sigue luchando para derrocar a los decrépitos “Vástagos” de las noches finales. Por desgracia, la presencia de muchos enemigos tan poderosos como paranoicos hace difícil incluso asediar las ciudades, y la Camarilla actúa rápidamente para vengar cualquier ataque. Como resultado, el Sabbat ostenta una influencia limitada en la zona, limitándose básicamente a España e Italia, donde el clan Lasombra aún conserva su poder.
Por lo general, Europa es fuertemente tradicional y conservadora. Muchos de sus vampiros (incluyendo a algunos Sabbat) viven desde la Edad Media y antes incluso, y aún se aferran a las viejas costumbres. Para lograr éxitos contra criaturas de esta edad, poder y astucia es necesario proceder de forma lenta y cauta. Además, con los pies firmemente anclados en el mundo moderno (gracias a la inducción de muchos jóvenes Cainitas), el Sabbat hace uso de la tecnología y las instituciones modernas que están más allá de la comprensión de algunos antiguos anacrónicos. El resultado es una lenta guerra fría en la que la secta sacrifica a sus débiles peones en un intento por socavar los pilares centenarios de la fuerza que apoya a su enemigo en Europa. Como incluso los más viejos entre los Sabbat tendrían problemas para competir con las luminarias de la Camarilla, deben contentarse con esperar el cambio inevitable o el error fatal que les permita atacar una ciudad y conquistarla con un solo golpe.
Como ya se ha mencionado, muchos de los Sabbat en Europa son muy antiguos. De hecho, algunos vampiros que aseguran haber estado involucrados en la famosa Revuelta Anarquista aún aconsejan a las diferentes naciones. Como resultado, la movilidad vertical dentro de la secta es muy limitada. A pesar de los gritos de libertad e igualdad, los jóvenes Cainitas de la zona se ven incapaces de aumentar su posición debido a los vampiros más viejos y astutos que manejan las riendas del poder. Solo mediante los más arriesgados y disparatados planes puede un joven vampiro esperar ascender.
Como resultado, las manadas de la zona suelen ser grupos antiguos y establecidos conocidos como cofradías; los más jóvenes suelen marcharse para encontrar zonas más propicias en otras partes tras un breve periodo de “aprendizaje” con sus sires. La Europa del Este, con los territorios rusos y las antiguas provincias otomanas, se trata prácticamente de un continente separado en lo que respecta a los vampiros. Los vetustos Tzimisce siguen sus antiguas costumbres, llegando algunos a seguir operando como señores feudales desde sus castillos derruidos.
Los vampiros que visitan la zona harían bien en respetar las tradiciones si no quieren verse decorando las paredes como un tapiz. En las zonas montañosas y rurales hay pequeñas aldeas dominadas por manadas del Sabbat, imitaciones en miniatura del sueño de la secta. Los vampiros del Viejo Mundo suelen ver a los americanos con desprecio, considerándolos a menudo groseros e indignos. Como dice un ductus europeo (un líder de manada), “¿Qué importancia puede tener la libertad para un Cainita cuyo mayor conflicto moral está en decidir si captura a sus presas en el Burger King o en el McDonalds?
Madrid: Gobernado por un antiguo y retorcido Lasombra, el Arzobispo Monçada, Madrid sigue siendo un bastión del poder y el prestigio del Sabbat. Aquí vienen los Lasombra en busca de confesión y para participar en los ritae más antiguos del clan. Ningún Vástago de la Camarilla se atrevería a atacar la ciudad (¿Qué insensato se enfrenta a la serpiente en su propia guarida?), de modo que el control de la secta sobre el territorio circundante es absoluto. Desde Madrid, los vampiros del Sabbat se extienden por toda la Península Ibérica, encargándose de sus negocios neutrales en Barcelona o viajando al resto de Europa para enfrentarse a los antiguos de la Camarilla con planes tanto abiertos como soterrados. Madrid no solo es mayor que Barcelona, sino que también es la capital de España, de modo que concentra el poder político. Los Lasombra elaboran aquí sus juegos de intriga, aunque Monçada no tolera el menor reto a su gobierno. Debido a la belleza arquitectónica de la ciudad, Toreador y antitribu se reúnen para estudiar los edificios y pinturas. Los Cainitas inclinados a ello acuden a las corridas de toros nocturnas; algunos llegan a criar a sus propios toros ghoul para observar sedientos cómo los toreros se convierten en víctimas. En Madrid, los Sabbat más aristocráticos satisfacen todos sus caprichos depravados. ¿Quién se atrevería a detenerlos?
Milán: En su día fortaleza del Sabbat en el centro de Italia, ha cambiado hace poco de manos. Giangaleazzo, antiguo arzobispo de la ciudad, orquestó una purga maestra de elementos leales a la secta y juró lealtad a la Camarilla en un golpe repentino. Enfurecido, el Sabbat ha jurado destruirle, convertirle en cenizas y recuperar la ciudad. Sin embargo, como Milán está rodeado por elementos Giovanni y de la Camarilla, un asalto directo es, como poco, difícil. Parece que el antiguo arzobispo puede salirse con la suya.
África
Considerando la feroz rivalidad entre los Seguidores de Set y las Serpientes de la Luz, África ocupa buena parte de la atención del Sabbat. Sin embargo, por lo general los Seguidores están demasiado atrincherados en su hogar natal como para poder enfrentarse directamente a ellos. Además, a pesar de su devoción corrupta a un Antediluviano, los Setitas no son una amenaza tan grande como la Camarilla.
El resto del continente africano está aparentemente vacío de gobernantes vampíricos, aunque existen rumores sobre extraños Cainitas nativos, llamados “Laibon” o de muchas otras formas. Por supuesto, si se puede emplear la pérdida de agentes del Sabbat (y de la Camarilla) en Sudáfrica como indicación, estos vampiros nativos (si es que son vampiros) pueden no ver las cosas del mismo modo. Oriente Medio, que comprende la zona norte de África y parte de la Europa Oriental, es una excepción a la mínima presencia de la secta en el Continente Negro. Como hogar tradicional de los Assamitas, países como Turquía y Arabia Saudí son fortificaciones para la Mano Negra. Las alianzas cambiantes y las divisiones religiosas también convierten la zona en terreno abonado para los reclutamientos. Una vez involucrada la Sangre, suele ser sencillo convertir una ferviente lealtad a una causa sagrada y mortal en una impía e inmortal.
Australia
Como territorio independiente y marginal, el Sabbat encuentra frustrante esta zona. Los príncipes son oficialmente leales a la Camarilla o gobiernan ciudades totalmente independientes. Como respuesta, la secta ha enconado sus ataques, lo que queda evidenciado por el crimen creciente y el malestar político. Sin refuerzos exteriores, las ciudades de Australia podrían caer pronto ante el Sabbat, aunque algunos puntos importantes (Sydney y Melbourne en particular) están limpios de cualquier influencia.
Con sus grandes extensiones de terreno salvaje, Australia es un lugar perfecto para Carnitas nómadas y solitarios. Al menos seis manadas vagan por los campos, aunque se sabe que dos de ellas como mínimo han desaparecido cruzando el desierto. Los nigromantes de la secta aseguran que espíritus inquietos surgen de los sueños para asaltar a los intrusos, pero aún no se ha logrado invocar magia alguna para llamar o atar a estos espíritus. Algunos vampiros eruditos aseguran que el centro del continente podría ser hogar de un antiguo enemigo de los Nosferatu que puede haber despertado... hambriento.
Asia
El Lejano Oriente sigue estando envuelto en el misterio para el Sabbat. Los vampiros nativos apenas tienen interés en el contacto o la cooperación, y ninguno parece temer a los Antediluvianos. Los pocos capturados parecen bastante capaces de soportar la privación durante un tiempo increíblemente largo, y apenas revelan secreto alguno, ni siquiera cuando los más retorcidos Tzimisce les aplican sus torturas.
Lo peor de todo el que la Vaulderie no parece tener efecto en los Catayanos, como quedó de manifiesto cuando un “converso” regresó con algunos asociados y destruyó a toda su manada. Incluso empleando a los contrabandistas que se dignan a transportar Cainitas (a precios exorbitantes), el Sabbat es detenido por los enigmáticos nativos y su deprecio por la naturaleza despiadada de la secta.
Debido a la enorme población mortal de Asia (concentrada principalmente en China y la India) y a sus mercados financieros (el comercio con Japón y Corea), el Sabbat está bastante interesado en establecer una base de poder en la región. Por desgracia, aparte de un único agente en Hong Kong y una manada en Tokio, no hay miembros activos en el continente.
Los intentos por influir en la zona han fracasado estrepitosamente, desapareciendo o muriendo muchos emisarios antes de lograr objetivo alguno. Los asaltos directos con grandes manadas de carne de cañón sufren derrotas espantosas, ya que los Catayanos aparecen de las sobras con terribles poderes desconocidos. Asia es una trampa mortal, y la secta se enfurece ante cada fracaso.
El único asomo de penetración puede encontrarse en Adonai, líder oficial de los Salubri antitribu, que alude a las antiguas leyendas del fundador de su clan sobre sus viajes a Oriente. El descubrimiento de unos antiguos e indescifrables símbolos en un templo en ruinas en Camboya produjo un gran revuelo, ya que Adonai los reconoció como una forma primitiva de la escritura secreta empleada por su clan en las noches de antaño. Sin embargo, incluso al enfrentarse a ellos directamente, los diplomáticos Catayanos se niegan a hablar de la “familia de Zao-lat el traidor”.
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