Antes de que comiences a jugar con un vampiro Sabbat debes tener algunas cosas en cuenta. Recuerda que estás intentando crear un personaje único e interesante que refleje la oscuridad y el conflicto de los Sabbat no solo por sobrevivir, sino por demostrar su superioridad. El objetivo no es conseguir los "mejores" Rasgos. Además, el Sabbat no es una secta inherentemente malvada. Cree fuertemente en lo que hace y tiene una moral, aunque ésta pueda parecer retorcida y pervertida para algunos. Otro aspecto único de esta organización es que sus miembros funcionan en manadas. Considera cómo se relaciona tu personaje con el grupo, porque si interrumpe la historia por no encajar nadie disfrutará. El Narrador puede pedirte que hagas un nuevo personaje, o el vampiro problemático sufrirá una Muerte Definitiva rápida.
Aunque desees interpretar a un Cainita que trabaje en secreto contra los intereses de la manada, debe ser capaz de ocultarse dentro de la misma, al menos para no ser descubierto de inmediato. Por último, recuerda que el Sabbat no es solo sangre y vísceras. Es una secta violenta que desprecia a los mortales y que igual puede ignorar a una mujer que abrirle la garganta, pero bajo esta depravación y despreocupación se oculta una infraestructura pensante. Si el Sabbat solo consistiera en locos maníacos, habría caído a manos de la Sociedad de Leopoldo o de la Camarilla hace mucho tiempo.
Sus miembros no son solo perversos, sino también fervorosos, astutos e inteligentes; no todos ellos serán salvajes sin cerebro. En realidad, estos "últimos deberían ser una minoría, salvo que el Narrador haya determinado expresamente que la suya será una crónica con mucho combate (e incluso en ese caso, la violencia no tiene por qué carecer de estilo). Se anima a los jugadores a que exploren el mal intelectual del Sabbat, no solo su componente físico.
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