A veces la Bestia deja una marca de su paso como un miedo irracional y debilitante. Aunque la mayoría de los Sabbat deteste admitirlo, algunos han adquirido fobias que se relacionan de algún modo con su pérdida de control. En realidad, algunos han reunido varios de estos terrores, símbolos de su conflicto y de la derrota ante su personalidad más brutal.
Una fobia puede adoptar cualquier forma, desde un sencillo miedo a las arañas hasta el temor a un antiguo determinado, a los automóviles o a los demás vampiros. El jugador y el Narrador deben trabajar juntos para crear una fobia que se adapte perfectamente a las circunstancias del personaje.
Cada vez que se encuentre el objeto del trastorno se deberá hacer una tirada de Rótschreck contra dificultad 6 (o bien se puede gastar un punto de Fuerza de Voluntad antes de realizar la tirada), o el vampiro huirá inmediatamente del lugar. Por supuesto, no es necesario que se trate de miedo al fuego (como sugiere el empleo del Rótschreck), pero esta misma tirada sirve para simular el miedo. Si el personaje fracasa o no dispone de ruta de escape alguna, el Narrador puede aumentar a 8 la dificultad de las siguientes tiradas en esa fobia determinada.
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