Ferales e indómitos, los Gangrel antitribu muestran un lado animal al Sabbat. Habiendo crecido alejados de la herencia Gitana de los Gangrel principales, han regresado a su lado bestial, convirtiéndose en letales cazadores con una habilidad sin igual para perseguir a sus presas. El clan dispone tanto de asesinos sutiles como de bestias salvajes, y su capacidad para eliminar a sus enemigos es una gran fuerza para la secta. Sin embargo, los Gangrel antitribu no son matones sádicos como los Brujah, o autómatas sin cerebro como los Hermanos de Sangre. Son criaturas instintivas y depredadoras que disfrutan de la emoción de la caza casi tanto como de la exaltación de la sangre.
Los Gangrel del Sabbat han recibido en los últimos tiempos muchos defectores de la Camarilla, aunque no parecen querer compartir los motivos de este éxodo. Muchos hablan entre susurros sobre “horrores durmientes” que han despertado, y dicen que el Sabbat “no ha tenido problemas”. La secta parece frustrada por este giro de los acontecimientos y por la negativa de los nuevos reclutas a hablar sobre sus motivaciones, pero sea lo que sea lo que asusta a estos depredadores urbanos, debe ser de una escala épica.
Los Gangrel antitribu se dividen en dos sub-clanes, según una desviación en la sangre del clan que se cree se produjo a finales del siglo XVIII. Los Gangrel “originales”, conocidos en el Sabbat como Rurales, son similares a sus hermanos de la Camarilla, rechazando la sociedad y buscándose la no vida como cazadores solitarios. Recuerdan a los monstruosos vampiros de las leyendas mortales, pues poseen la capacidad de asumir formas animales e invocar a las criaturas menores de la naturaleza. Los Gangrel Rurales apoyan al Sabbat como exploradores y guerreros, empleando sus contactos animales para obtener información y capacidad combativa para hacer pedazos a sus enemigos.
Se dice que los Gangrel Urbanos se convirtieron en una línea de sangre diferenciada en la época de la Revolución Industrial, cuando las ciudades se hicieron mayores y menos dependientes de los recursos del extrarradio. En vez de buscar alimento en los campos, algunos construyeron refugios en las urbes, convirtiéndose en monstruos de leyenda y extendiendo el terror con sus orgías de sangre. No son menos bestiales que sus hermanos Rurales, y se ocultan entre la basura de los callejones de las ciudades, no en los bosques infestados de Lupinos. Sin embargo, estos vampiros comprenden mejor que sus hermanos la importancia de vigilarse las espaldas durante las tumultuosas noches que preceden a la Gehena.
Las ciudades y campos albergan muchos peligros, y una manada tiene una mejor oportunidad de encargarse de ellos que un cazador solitario. Por este motivo los Gangrel del Sabbat se consideran más en contacto con su lado animal que los de la Camarilla o los independientes, emulando a los lobos y leones.
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