A pesar de su inmunidad a los estragos del tiempo, los ghoul pueden enfermar como cualquier otro mortal. La vitae no implica una inmunidad innata a la enfermedad, y un ghoul puede ser víctima de una dolencia transmitida por la sangre como el VIH, contagiada por un domitor descuidado. Les aconsejo humildemente que tengan cautela a la hora de alimentarse, mi señor, ¡aunque sólo sea para evitar la innecesaria mengua del servicio doméstico!.
Por supuesto, los ghouls no están indefensos frente a las amenazas patológicas. Pueden usar la Sangre para curarse de los síntomas físicos de muchas dolencias, tal y como podrían curarse de laceraciones o contusiones. No obstante, las enfermedades que provoquen un deterioro prolongado pueden ser mas difíciles de resistir. Por ejemplo, muchas variedades de cáncer no pueden ser superadas por medio de la vitae. Felizmente, la conversión en ghoul detiene el progreso del cáncer y lo transforma en benigno. Pero si cesa el suministro de sangre, el cáncer vuelve a crecer al mismo ritmo (con frecuencia frustrantemente impredecible) que el envejecimiento. De nuevo, puede resultar fatal.
La hemofilia y otras enfermedades hereditarias de la sangre pueden ser contrarrestadas fácilmente asegurándose de que el ghoul no tenga sangre propia en su sistema circulatorio. Por supuesto esto requiere una constante alimentación, si hace uso frecuente de la vitae y puede resultar problemático. Cada domitor debe juzgar si su siervo vale o no las molestias.
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