Parte 16: Prodigios Ghoul

Finalmente, preguntaras qué ocurre al convertir en ghouls a magí, lupinos y otras criaturas sobrenaturales. Lamento comunicarte que, por el momento, mis estudios en este campo están muy incompletos. No obstante, he hecho algunos progresos en los últimos años. Debido a la dificultad de conseguir prisioneros lupinos vivos, me vi obligado a recurrir al subterfugio para experimentar con ellos. Las ventajas de tener vinculada a una de estas máquinas de matar y además con Potencia... pero por desgracias, no es fácil. Los lupinos parecen ser violentamente alérgicos a la vitae, vomitando de inmediato tras ingerir la Sangre. Al menos ocurrió así con los lupinos observados; quizá esta alergia sea un rasgo genético, ausente en hombres lobo de otros linajes. De nuevo, la imposibilidad de disponer de sujetos tratables, incluso para Cainitas de mis recursos, limita la experimentación.

Por supuesto, proseguir cualquier estudio genético requiere más tiempo del disponible. En su lugar dediqué mis estudios a otros propósitos paralelos, incluyendo la posibilidad de convertir a un ghoul a uno de los "sabios". El mago al que observé (asociado de un Toreador local, y perteneciente a una especie de escuela epicurea y dionisíaca) respondió a la Sangre como cualquier otro mortal. Esto refuerza mi teoría de que los magos no son más que mortales, aunque tienen algunos conocimientos arcanos.

Al principio consideraba risible la idea de convertir en ghoul a un fantasma, algo como intentar coger la niebla con una gasa. Pero un ancilla Samedi pudo persuadirme de que algunos fantasmas son capaces de adoptar forma física durante un breve tiempo, comiendo y bebiendo como una persona normal. Pero hay que decir que un espíritu materializado carece de la biología de un ser vivo. Una forma ectoplásmica puede imitar la carne sólo hasta cierto punto y reproducir adecuadamente el sistema digestivo sería inútil, si no imposible. Parece que los fantasmas son completamente ajenos al reino biológico, en mi campo de interés, por lo menos lo dejaré así.

¿Y que pasa con las hadas? podrás preguntar. ¿O con los lacayos demoníacos de los satanistas Sabbat? Me temo que, careciendo de acceso a especímenes identificables, o incluso a pruebas de su existencia, debo confesar mi ignorancia.