Estos vampiros fueron vitales en la formación del Sabbat, y gran parte de lo sucedido en la Convención de Thorns fue dirigido por los anarquistas Toreador que más tarde guiarían a la secta. Con el esfuerzo organizador de los Lasombra y los Tzimisce, así como el de algunos Ventrue antitribu, los Toreador crearon gran parte de la estructura de la organización, así como la codificación de sus creencias. De hecho, en las primeras noches caóticas, la secta podía haber visto su destrucción de no ser por la maestría de “nuestros estimados artistas de la desinformación”.
Hoy en día, los Toreador antitribu tienen intereses similares a los de sus hermanos de la Camarilla, solo que su aprecio por la estética se ha ampliado para incluir el dolor, el salvajismo, la crueldad y la depravación. ¿Cómo puede una rosa, un soneto o un retrato ser más cautivador que un desollamiento exquisitamente ejecutado, se preguntan?¿Qué es la belleza, sino algo subjetivo? El talento de los Pervertidos para la tortura rivaliza con el de los Tzimisce en dolor y duración. Los jóvenes miembros del clan comienzan practicando sobre mortales, mientras que los más experimentados se “gradúan” con otros sujetos.
Aquellos con mayor práctica han logrado introducir su arte en los salones y Elíseos de la Camarilla, donde logran un gran apoyo Cainita para consternación de aquellos cuya moralidad se siente violada. En los 80, un artista exhibió “La Sumisión de la Mujer a Manos del Hombre”, un vestido fabricado con carne cruda. La exposición viajó por diversas galerías nacionales de la Camarilla y consiguió titulares en todas las ciudades visitadas. Nadie se preguntó nunca por el tipo de carne empleado, ni por el método con el que se creó la escultura.
Los tatuajes, las cicatrices y el piercing corporal representan otra oportunidad para los Toreador antitribu, una que pocos miembros del Sabbat (y nadie ajeno) conocen. Los artistas han creado su propio lenguaje de signos y códigos para transmitir información, tanto en su propio beneficio como en el de la manada. Un cierto pendiente o una piedra particular en un arete en la nariz puede proporcional datos vitales a aquellos capaces de leer el mensaje oculto. Los tatuajes y piercings terminan desapareciendo a no ser que el vampiro los tuviera antes del Abrazo; los Toreador antitribu pueden enviar mensajes diferentes cada noche, disfrutando del dolor exquisito del proceso cada vez que lo hacen.
De todos los clanes del Sabbat, éste es el que se relaciona con los mortales con mayor frecuencia. Se mueven en los círculos humanos más elegantes, haciendo uso de su dominio del arte y la sociedad, y alimentándose de los ricos e indolentes. Como los Toreador de la Camarilla, son letales mariposas sociales, moviéndose visibles pero misteriosos en los círculos mortales. Poco saben los aduladores y admiradores que detrás de cada invitación, indirecta o gesto se oculta el horror del Sabbat.
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