Verdad Revelada
Este rito asegura la honestidad de una afirmación (como el juramento de un testigo en un juicio, no “obliga” a decir la verdad de forma “mecánica”). Si un sacerdote duda de la sinceridad de un vampiro, éste escribe con su propia sangre la afirmación en un papel entregado por el acusador. Después el sacerdote quema la hoja, normalmente en un incensario. Si el humo es negro, se ha mentido. Si es blanco, se ha dicho la verdad. En realidad, el poder de la confianza de la manada en su compañero determina el resultado, y el rito no suele emplearse en los asuntos realmente graves.
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