El Sabbat dispone de su propia Inquisición. Como la organización a la que refleja, emplea la técnica de la tortura y el terror para descubrir a los herejes, en especial a los seguidores de la Senda de las Relaciones Perversas.
La Inquisición del Sabbat proporciona al Narrador la oportunidad de presentar una crónica mística y barroca, ya que este grupo siempre tiene razón, nunca acusa a nadie sin las pruebas necesarias y siempre concluye sus acusaciones con un estilo tenebroso. Se la puede emplear para sacar el mayor provecho de tramas basadas en la intriga y el descubrimiento, pudiendo terminar el clímax con una escena violenta y llena de acción. Además, los autos de fe (las sentencias sobre un Sabbat hereje, y que conllevan la Muerte Definitiva) son más eficaces cuando el Narrador los convierte en el escenario de la conclusión de un capítulo.
Acusa a los personajes. Saca a la luz cualquier acción cuestionable o dudosa que hayan cometido jamás. Retuércela para “demostrar” que los personajes están al servicio del demonio, trayendo después testigos para apoyar las acusaciones.
Construye lentamente la tensión, apilando una prueba sobre otra. Oscurece el juicio con mentiras descaradas y medias verdades. Abre la historia con un auto de fe y, si es posible, ciérrala con otro.
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