Después de todo, muchos de ellos buscaron refugiarse en el Movimiento para escapar de la represión de sus propias creencias. Generalmente, aceptamos tratar como universalmente ciertos sólo aquellos principios que se pueden observar y son susceptibles a la Razón. No obstante, la Razón es maleable. Así, existir como Anarquista es estar preparado en cualquier momento para defender en público las elecciones propias. Es nuestro derecho, pero también nuestra carga (algo de lo que se quejan los recientes conversos de la Camarilla siempre que alguien recurre a ellos para justificar las “verdades” recibidas gracias a las cuales suelen zanjar disputas de un modo rápido y limpio).
Dicho eso, uno puede aplastar todos los ídolos el lunes y despertar el martes con un nuevo panteón. Incluso los vampiros jóvenes y temerarios acaban cayendo en hábitos y compromisos, los cuales se consolidan en tradiciones, la manera en que “siempre se han hecho las cosas”. Podemos cuestionar el fanatismo del Sabbat, la gerontocracia de la Camarilla y los axiomas raquíticos que apuntalan sus preceptos, pero nosotros tenemos los nuestros. Y el sucio secretito es que el resultado, en muchos lugares, es parecido.
Asuntos de la Sangre
Las Tradiciones no cubren explícitamente algunas cuestiones muy importantes de la conducta vampírica, como el uso adecuado de los Vínculos de Sangre, la Vaulderie o la Diablerie considerada como un asunto separado de la Destrucción. Afortunadamente, las Tradiciones, o la falta de ellas, nunca han evitado que los Anarquistas se formen sus propias opiniones.
Vínculos y Vinculi
Muchos dominios considerados “auténticamente Anarquistas” ilegalizan todos los Vínculos de Sangre no consensuados, incluyendo los Vinculi, dado que son la forma de opresión específica que conduce a muchos Vástagos al Movimiento. Un Anarquista descubierto mientras impone Vínculos a otros tendrá mucha suerte si no termina linchado por los Anarquistas fieles, y sus colmillos y su pelo expuestos públicamente como advertencia. Unos pocos dominios emplean Vínculos parciales o totales como castigo para crímenes graves, aunque ni siquiera los Barones más osados pueden llenar el cáliz con su propia Sangre. El reinante es elegido por votación, no puede ser un oficial del dominio ni el reinante de nadie más y a veces es alguien bien visto por los demás chupópteros, pero no siempre. Con frecuencia, el deber suele imponerse sobre el vampiro más ermitaño, menos ambicioso y asocial de la región, en lo que los Anarquistas han bautizado como “dar lo que le corresponde al Viejo Scratch” [N.d.T.: “Scratch” es una de las formas de referirse al demonio en el folklore estadounidense] (el reinante reluctante, por supuesto, es el “Viejo Scratch”). Esta práctica es muy criticada por los puristas.
En cuanto a Vínculos consensuados, hay un encendido debate. Algunos sospechan de todos los Vínculos, especialmente los individuales, dado que una vez instituidos son extremadamente difíciles de revocar y sin duda distorsionan el juicio del receptor. Es más, un Vinculado puede ser fácilmente coaccionado por su reinante a afirmar que su condición es libremente elegida. No obstante, otros Anarquistas consideran una opresión ilegalizar o censurar los Vínculos consensuados, especialmente aquellos Vástagos que desean formar un Vínculo mutuo romántico o simbólico.
La Vaulderie es igual de controvertida, aunque no desconocida, especialmente en regiones influidas por el Sabbat y entre pandillas y manadas. Un número relativamente pequeño de Anarquistas saben cómo oficiar el rito, muchos de ellos son conversos del Sabbat sobre quienes recae la sombra de la sospecha, mientras que el resto son herederos de una tradición educativa Anarquista que se remonta a la Primera Revuelta. Esta rareza, junto con el origen koldúnico o sacerdotal del rito, lo imbuye con un misterio que muchos Anarquistas de mentalidad secular encuentran incómodo. Por otro lado, la Vaulderie es el único método rápido conocido para romper un Vínculo individual y llevarla a cabo suele ser un requisito necesario para aceptar reclutas de la Camarilla, por lo que debe ser tolerada al menos bajo esas circunstancias.
Por otro lado, los Vínculos parciales en su primer nivel no sólo son extremadamente comunes sino alentados indirectamente. Muchos consideran aprender y enseñar Disciplinas no de Clan no sólo la marca de un Anarquista plenamente evolucionado, sino una fuente de gratificante terror para la Camarilla, cuyos Vástagos suelen ser capaces de saber qué esperar de un vampiro de un Clan concreto y, de hecho, a qué Clan pertenece un vampiro. La etiqueta Anarquista exige que estos intercambios únicos de Sangre sean mutuos, al igual que el consiguiente tutelaje, como una guarda simbólica contra la desigualdad (otras colaboraciones o intercambios significativos pueden solemnizarse también con un único trago). No obstante, algunos cascarrabias se niegan a participar en este aspecto del Movimiento, temiendo las sutiles maniobras por las que un trago podría convertirse en dos, y dos en tres.
El Amaranto
La Diablerie es algo que genera fuertes emociones. Por un lado, obtener la Sangre del corazón de un Antiguo es un antiquísimo acto de rebelión y apostasía, inmortalizado en poesías, himnos y canciones Anarquistas. En los Frenesíes en tiempos de guerra, el Amaranto suele ser algo que “sencillamente ocurre” y muchos idolatrados Veteranos portan vetas negras en sus auras. Por otro lado, ningún Anarquista quiere ser asesinado por su Sangre (o privado de toda esperanza de otra vida, tanto si intenta creer en eso o no). Como resultado, la facción radical anti-Diablerie entre los Anarquistas ha crecido enormemente en las últimas décadas, animada de forma sutil por las generaciones más viejas. Muchos dominios han ilegalizado toda Diablerie, excepto la de enemigos de la Secta y traidores (estos últimos convenientemente descritos de un modo vago) y, más raramente, criminales cuya Sangre se concede como compensación a la parte ofendida.
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