Las manadas son la respuesta de la secta a las familias nucleares, y como tales pelean. Luchan entre ellas, son leales, se gustan, se desprecian, se aman y se odian. A veces las lealtades son tensas, y son estas relaciones las que proporcionan conflictos dramáticos. La manada, la menor unidad de organización del Sabbat, está dirigida por un ductus y siempre consta de un sacerdote y un número variable de Sabbat Auténticos.
Cada miembro dispone de habilidades diferentes, tiene su propio lugar en la estructura y no siempre está de acuerdo con los demás. Cada uno tiene una lealtad personal hacia todos sus camaradas, e ideas diferentes sobre lo que significa pertenecer al Sabbat. El Narrador puede emplear estas diferencias para crear rivalidades, alianzas y desacuerdos filosóficos tanto dentro de la manada como entra ellas.
Las relaciones de estos camaradas suelen reflejar vagamente la vida normal. Algunos se gustan y otros no pueden verse. Aunque están atados los unos a los otros por el Vinculum, los efectos del mismo varían de uno a otro. Aquéllos que no se portan bien pueden intentar poner la zancadilla a los demás o darse puñaladas en la espalda (o provocar pérdidas de prestigio dentro de la propia manada). Esta tensión da al Narrador la oportunidad de desarrollar algunos de los aspectos más interpersonales de estas unidades. Las rivalidades permiten a los jugadores dar voz a la personalidad de sus personajes, proporcionándoles antagonistas con los que darse de cabezazos.
Además, igual que las facciones políticas enfrentadas, las manadas del Sabbat suelen tener problemas para relacionarse las unas con las otras. Aunque todas siguen los mismos preceptos, no siempre colaboran para alcanzar un bien superior, y todas pretenden tener siempre la razón. Las rivalidades entre manadas proporcionan al Narrador los elementos básicos necesarios: conflictos dramáticos.
Cada vampiro y cada manada dispone de aliados, no solo de rivales y enemigos. Esta dinámica permite a los jugadores cuidar de estas alianzas e intentar lograr sus objetivos mediante la lealtad. También proporcionan conflicto dramático, pues, como dice el proverbio, “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Las manadas del Sabbat están totalmente de acuerdo.
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