De la misma forma, la educación de un Cainita modela su forma de aprender y el modo en que utilizará sus Disciplinas. Los sises de la Camarilla enseñan a sus chiquillos las Disciplinas naturales a su clan, y la Camarilla atesora este conocimiento tan celosamente como cualquier otro bien valioso. Los chiquillos aprenden a utilizar sus habilidades sobrenaturales de forma sobria y con sutileza para no atraer las sospechas de los cazadores de brujas o asustar al rebaño mortal. Los Cainitas del Sabbat creen que sus poderes son unos regalos de Caín, el primer asesino rebelde. Aseguran que la existencia de sus Disciplinas demuestra su clara superioridad sobre la humanidad, por lo que no dudan en poner en práctica esta superioridad de forma flagrante. Las Disciplinas también son herramientas útiles en la guerra sagrada del Sabbat contra la Camarilla, por lo que es muy probable que estos guerreros no muertos acaben enseñándose las Disciplinas que dominan por el bien de la causa.
Las Disciplinas también tienen un papel importante en la existencia nocturna de los anarquistas, aunque la naturaleza de este papel es distinta de lo que es para la Camarilla o para el Sabbat. En los seis siglos que han transcurrido desde la aparición de los primeros anarquistas, han ido surgiendo ciertas pautas de conducta para el uso de las Disciplinas. Este capítulo se concentra en la perspectiva directa que los anarquistas tienen de ellas.
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