Impundulu fue un poderoso necromante en vida, despo-
sado con una igualmente poderosa bruja de vida llamada
Bomkazi. Un día Impundulu invocó a un espíritu demasiado
poderoso para contenerlo y la criatura lo mató. Bomkazi plañó
a su marido y lo enterró, pero Impundulu se alzó la noche
siguiente, pues el espíritu había dejado parte de su poder en
él. Entusiasmado con su nuevo poder, pidió a Bomkazi que se
le uniera en la no-muerte, pero ella lo rechazó, diciendo
que debían ser ahora como el Sol y la Luna.
Aun
así, accedió a quedarse con él; aunque admitía
que se había convertido en un monstruo,
Bomkazi lo seguía amando y el corazón
desea lo que desea.
Con el paso de los años, Bomkazi
empezó a desear tener hijos, los cuales
Impundulu ya no le podía dar. Consideró
la posibilidad de abandonarlo por un hom-
bre mortal, pero su corazón estaba con
él. Así que buscó otra vía. Invocando su
poderosa magia de vida, Bomkazi realizó
un gran ritual que les permitió, a ella y a
Impundulu, engendrar descendencia.
El
resultado fue una hermosa niña, pero el
ritual tuvo un precio. Justo después de
la concepción, ambos notaron que algo en
su hija era diferente. Como producto de la
vida y la muerte, la niña (a la cual llamaron
Esona) era un Aparecido. Es más, la esencia de
Impundulu y Bomkazi se había entremezclado
tanto que Bomkazi y sus descendientes serían
para siempre inmunes al Vínculo de Sangre,
a la vez que el linaje de Impundulu ya no
podría alimentarse de nadie más.
Cuando Esona fue lo suficiente mayor, se ofreció
para alimentar al Chiquillo Laibon de su padre, a
quien ella veía como su propio hermano. A partir de
esta pareja inicial se forjaron fuertes lazos entre la estirpe
mortal de Esona (a la que ella llamó Bomkazi en honor a su
madre) y el linaje de Impundulu.
Los Impundulu como linaje reclaman como dominio el
Sureste de África. O, mejor dicho, las Bomkazi lo hacen. Esta
zona es árida y está escasamente poblada en comparación
con otras regiones del continente, y muchos de los que viven
aquí se vieron obligados a abandonar África central debido al
exceso de población. Las Bomkazi, sin embargo, prefieren este
relativo aislamiento, pues les permite dedicarse a sus artes sin
interferencias. Los Impundulu viajan con ellos.
Los Impundulu y las Bomkazi a menudo abandonan sus
territorios para viajar a lo largo de la costa y
las cañadas de los pastores en busca de otras
gentes con conocimientos de magia y de
necromancia.
Un problema reciente los ha
impulsado a salir en busca de conocimientos.
El linaje Bomkazi está llegando al punto en que
las brujas sufren los efectos de la endogamia
o su sangre se ha diluido tanto que ya no
proporciona sustento a los Impundulu.
Unos y otros han buscado la respuesta entre
sus filas sin encontrarla y ahora buscan inter-
cambiar información con hechiceros Cainitas.
Sobrenombre: Embrujados, Familiares
(peyorativo).
Apariencia: Un Antiguo Impundulu,
procedente del extremo Sureste, a menudo
es alto y de tez oscura. Los más jóvenes,
Abrazados en los recientes viajes del Clan,
muestran orígenes más variados. Todos
pueden ser reconocidos por las herramientas
de su oficio, que cargan en forma de artefactos
y abalorios personalizados.
Refugio y presa: Cada Impundulu vive con
una o más brujas Bomkazi en la residencia que
escoja. Las Bomkazi usan su magia de vida para
curarse, por lo que se necesita un Rebaño muy
reducido para cada Impundulu (a veces de sólo
una Bomkazi). Debido a que los Impundulu sólo pueden
alimentarse de Bomkazi, y éstas son invinculables además
de poderosas hechiceras, se trata de una relación consen-
tida. De hecho, un Retoño Impundulu que cometa el error
de tratar a una Bomkazi como una sirvienta se encontrará
pasando hambre hasta que pida disculpas y sea perdonado.
Impundulu y Bomkazi suelen unirse de por vida, aunque
a veces el conflicto de personalidades hace que cada cual
siga su camino. En tales casos, a menos que un Impundulu
fuera realmente ofensivo, las Bomkazi lo ayudan a encontrar
otra compañera. Las relaciones entre los Impundulu y las
Bomkazi son variadas y pueden ser las de amantes, padres,
hijos o simplemente amigos.
Abrazo: Un Sire Impundulu busca Chiquillos en dos
lugares: entre los que están demasiado enfermos para vivir
pero aún no están preparados para morir y los mortales que
posean Poderes necrománticos. Proceda del grupo que proce-
da, el Chiquillo contribuirá a las capacidades necrománticas
del Clan, pues habrá estado cerca de la muerte o tendrá la
habilidad de manipularla. Ninguna Bomkazi, ni siquiera en
el lecho de muerte, ha pedido el Abrazo.
Disciplinas de Clan: Fortaleza, Necromancia (Senda
del Cenotafio y del Embrujo principalmente), Presencia.
Debilidad: Los Impundulu sólo obtienen sustento de las
Bomkazi. Debido a que las brujas son poderosas e indepen-
dientes y su relación es voluntaria, los Impundulu se cuidan
de tratarlas como iguales en vez de como criados, con todas
las complicaciones que eso pueda conllevar.
Organización: En la unión de Impundulu y Bomkazi
poco hay para lo que no puedan estar preparados, por lo
que no tienen mucha necesidad de una organización mayor.
Aun así, les gusta reunirse con sus pares para discutir sobre
sus trabajos de magia. Los Impundulu también se reúnen
cuando muere una Bomkazi para asegurarse de que el alma
de la bruja llega a salvo a la otra vida. El mismo Impundulu
hace tiempo que no dirige a su Clan, pues incluso las brujas
de vida acaban muriendo y el Laibon rechazó alimentarse
de Esona o sus descendientes tras la muerte de Bomkazi.
Cita: "Tengo la muerte en mis manos. Venid, os la mostraré."
Estereotipos
Cainitas: El concepto de Altos y Bajos Clanes me
es extraño. Los Impundulu se convierten en Antiguos
según sus méritos, no su nacimiento, y las Bomkazi
son nuestras iguales por derecho propio. ¿Por qué los
Altos Clanes son Altos y los Bajos Clanes, Bajos?
Bonsam: Cuidaos de los Bonsam, pues se aferran a un territorio como los muertos a los recuerdos.
Si os piden que os vayáis, tomáoslos en serio.
Capadocios: Al igual que nosotros tienen
la muerte en sus manos. Podríamos aprender
mucho de ellos, y ellos de nosotros, si estuvieran
dispuestos a un intercambio.
Seguidores de Set: Hechiceros más preocupados por su Dios Serpiente que por cualquier
otra cosa. Sus palabras zalameras son veneno.
Me pregunto cuál es su objetivo.
Ramanga: Nobles, aunque humildes. Fuertes,
aunque serviciales. Se comunican con tanta facilidad
con los vivos como nosotros con los muertos. Sólo si
dejas que te engañen, por supuesto.
Tremere: Sus hermanos los desdeñan como
advenedizos y traidores. Sin embargo, parecen
poseer magia poderosa. Debiéramos hablar con
ellos, aunque con cuidado, no sea que su reputación
fuera cierta.
Tzimisce: Estos hechiceros tienen una siniestra reputación y normalmente los evitaría,
pero los mendigos no pueden ser quisquillosos;
intercambiaré conocimientos con ellos.
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