Política y Posición Personal

La salvación no puede alcanzarse sólo por la virtud. Un musulmán honesto debe acometer grandes hazañas para el bien de la religión y la comunidad si desea purificar su alma y ganarse la entrada al Paraíso, pero no se pueden emprender expediciones y conquistas en solitario, y para construir grandes edificios como las universidades y los hospitales hacen falta grandes sumas de dinero y muchos años. Hace falta una posición destacada dentro de la comunidad con el fin de reunir el apoyo y recursos necesarios para hacer realidad estas empresas. Incluso en una secta dedicada a buscar la santidad, el toma y daca de la política es una de las cosas a las que tienes que acostumbrarte en la exigencia nocturna. El honor y reputación personales de un Ashirra son la base de su posición dentro de la secta. Deben mantener en toda ocasión una semblanza de virtud y desafiar sin vacilación a cualquiera que alegue lo contrario. Si peca, debe ser honesto en su deseo de redención, pero sobre todo, debe hacerse famoso por sus esfuerzos heroicos a la hora de defender la religión y aumentar la prosperidad de la comunidad local.

Un Ashirra ambicioso tiene muchas maneras de obtener renombre y reunir influencia entre sus iguales. Puede ponerse al servicio de sus antiguos, ofrecerse para guiar grupos de nuevos conversos, emprender misiones de castigo contra criminales en el nombre del qadi difundir la fe a otros Cainitas en las regiones vecinas. Ganarse el respeto y amistad de los líderes de la ciudad es una forma segura de hacerse con aliados entre los Ashirra de menor posición, y obtener apoyo del imán para hazañas aún más ambiciosas en el futuro.

Algunos Ashirra afirman su influencia haciéndose un hueco como traficantes de influencias dentro de una ciudad, poniendo en contacto a Cainitas ambiciosos con otros que compartan agendas similares. El poder de voto del populacho supone la posibilidad de que varios grupos de vampiros de menor posición se agrupen en bloques políticos para aumentar su influencia, y un Cainita (o grupo de Cainitas) que logre construir alianzas dentro de la comunidad Ashirra puede ostentar un poder considerable.

Con diferencia, la manera más común de que un joven vampiro se forje una reputación es implicarse en las llamas de la guerra, bajo el estandarte de la yihad contra los infieles. Los grupos de vampiros jóvenes se unen para emprender asaltos de castigo contra bastiones de los infieles en Palestina y el norte de España, ganando renombre mediante el saqueo, la trata de esclavos y la destrucción de los enemigos del Islam. Recientemente, varios jóvenes Ashirra se han independizado de sus sires y viajado a Jerusalén o a Sevilla con la esperanza de aumentar su honor y gloria al servicio de Alá.

En estos tiempos de oscuridad, Alá necesita muchas manos y corazones. Aunque gran parte del territorio del Islam ha sido unificado de nuevo por los ayúbidas, el califa de Bagdad sigue siendo una marioneta de los turcos, y de nuevo se están colando Cainitas infieles de Persia. Los Cainitas occidentales de Palestina aún se aferran con celo a Jerusalén, conspirando para debilitar a la desgastada colonia de Ashirra que se refugia en la ciudad santa. En el sur de Iberia los fieles se afianzan en las joyas en decadencia de Al Andalus en previsión de la Reconquista española. Suleiman y los miembros de la secta trabajan a marchas forzadas, esforzándose por mantener la cohesión de sus dispersas bases de poder en El Cairo, Alejandría, Damasco y Sevilla. El Islam se encuentra en una encrucijada: en las próximas décadas o bien se fragmentará en mil pedazos, ahogando la gloriosa visión del Profeta en una ola de malestar civil y anarquía, o bien se alzará de nuevo.