Cualquiera de los métodos mencionados puede empezar a ir mal y llevar al cazador a cometer algún error estúpido. El exceso de confianza es la causa más habitual para el Método del Perdedor. Tan pronto como un cazador empiece a creer que no tiene por qué temer a los Vástagos, tiene todas las cartas para cometer un error. Tan pronto deje de vigilar su espalda u olvidar llevarse la cruz, todo habrá terminado.
Cualquier manera estúpida de trabajar pertenece al Método del Perdedor. Un cazador que se introduzca en una reunión de la Primogenitura con la intención de convencerles de que abandonen sus malas acciones, no es muy probable que salga de esa reunión. Un cazador puede tener cualquier motivación para este método, ya que la estupidez está al alcance de cualquiera. El Narrador puede crear libremente algunos personajes cazadores que empleen el Método del Perdedor y usar sus fallos como advertencias para los jugadores. Si no captan el mensaje, puede que presencien una interesante y dramática escena de muerte: la suya.
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