Con el tiempo, algún cazador alcanzará su objetivo, ya sea la destrucción, el control o saciar su curiosidad. Cuando esto sucede, debe imponerse nuevas metas. Pero puede que esto signifique el retiro. Cuando a lo que durante años ha perturbado tus sueños, al fin le haces descansar para siempre, quizás sea el descanso lo que también estás buscando. A veces el objetivo es conseguir la prueba que mostrarle al mundo. Es difícil entregar el cadáver de un Vástago, ya que se convierten rápidamente en cenizas. Pero un vampiro incapacitado con una estaca puede mostrarse a los demás. Conseguir uno es la parte difícil y sacarlo luego en un periódico serio o en la televisión puede ser más difícil todavía.
El que los personajes de una Crónica de Cazadores puedan aportar suficientes pruebas como para barrer la Mascarada, será el Narrador quien lo decida. Puede que consigan que el jefe de policía local admita sus pruebas, pero de repente agentes del gobierno en limusinas negras se lo llevarán todo y le dirán a los personajes que si cuentan algo acabarían en la cárcel de máxima seguridad. Puede que su misión esté condenada al fracaso, desde el principio, o puede que sea la chispa que prenda las furiosas llamas de la Gehena. Otro problema al que el cazador se enfrentará tarde o temprano es el que no todos los Vástagos sean los malvados monstruos que el cazado pudo pensar que eran al principio. El cazador busca el refugio de una vampira y la destruye, y luego encuentra el diario en el que ésta narra sus desesperados intentos de vivir como vampira sin hacer daño a los mortales. Al leer más y más de su coraje y su amor por la humanidad, el cazador no puede evitar darse cuenta de que tan sólo ha destruido a una víctima trágica e inocente y que en esa misma situación quizás él no hubiera sido capaz de reunir el coraje que aquella tuvo. Se da cuenta de que su enloquecida furia, su ansia de destrucción, le han hecho ser más inhumano que lo que nunca lo fue ella.
Esto puede hacer que el cazador abandone su caza, para retirarse cansinamente reconociendo su derrota ante las fuerzas de la noche, olvidando el hecho de que, aunque ha descubierto la bondad en los vampiros, eso no anula la maldad. Sin embargo, normalmente la caza nunca acaba del todo. Puede que alguien abandone, pero eso no significa que los Vástagos hayan dejado de actuar en el mundo y siempre habrá otros que les cacen. Al final, la autentica recompensa para un cazador es el drama de la caza, los intensos momentos en los que él o ella puedan suponer la diferencia y, por sí solos o con otros cazadores, puedan impedir que las oscuras fuerzas sobrenaturales se ceben en la humanidad.
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