Un cazador ha de tener una motivación. Ésta representa las razones de su caza, la causa quizá de la larga y oscura noche de su alma. La motivación también da pistas sobre el objetivo de un cazador ya sea éste destruir o interrogar, torturar o esclavizar.
Hay muchos motivos distintos para cazar a las más terribles criaturas sobre la tierra: venganza, odio, sentido del deber, control, poder, curiosidad, búsqueda de emociones y locura son sólo las más habituales.
Venganza: El cálido, el ardiente deseo de la venganza es una de las causas más comunes de la caza. Normalmente se dirige contra un solo vampiro o su prole. Quizás el vampiro mató al amor de su vida del cazado, o quizás a un familiar o a un amigo. En pago de esta terrible acción, el cazador emprende una vendetta contra el vampiro. Estos cazadores son muy peligrosos, ya que están poderosamente guiados por sus sentimientos y su meta es la destrucción. Pero suelen quedarse sin combustible tras cumplir con éxito (si tienen tanta suerte). Normalmente acabarán entonces su caza, pero pueden proporcionar información y consejo a otros cazadores.
Odio: El odio es una motivación más duradera que la venganza. Por lo general se dirige contra todos los Vástagos, independientemente de quiénes sea. Su meta suele ser la erradicación genocida de todos los cainitas. Ésta puede ser la causa de una caza que dure toda una vida, en la que el cazador no descansará hasta que todos los vampiros sean erradicados de la buena y verde tierra. Los lupinos son una raza que alberga tan intenso odio por todos los vampiros. Si bien rara vez los cazan activamente, pobre el Cainita que accidentalmente se meta en sus territorios.
Deber: Un agudo sentido del deber es otro motivo para sentir la llamada de la caza. Se pueden proclamar muchas clases de deber, pero normalmente los cazadores de vampiros llevan a cabo sus acciones en nombre de una religión o de un deseo de salvar a la humanidad de sus depredadores. Con frecuencia es una cruzada para toda la vida y a veces se pasa a otras manos para que "sigan llevando la bandera". Como las causas son elevadas y grandiosas (deber para con Dios, deber para con la humanidad o la vida misma), a estos cazadores rara vez les conmueve la piedad. Pueden sentirla, e incluso pueden herirles profundamente, pero esto rara vez cambia sus acciones. Saben lo que tienen que hacer y lo harán contra viento y marea. La inquisición es un grupo que cree que su deber mortal y cristiano es destruir a todos lo vampiros.
Control: A veces lo que el cazador busca es el control de los Vástagos. Puede haber muchas razones tras de ésta, que involucren una pléyade de planes o usos que pueden tener los vampiros. Con frecuencia el objetivo es confinar a los Vástagos o impedir sus movimientos antes que destruirlos. Tal vez el cazador sea un científico que sueña con la destrucción planificada de ciertos elementos "incómodos" de la sociedad y al descubrir la existencia de los Vástagos planea usarles para que lleven a cabo para él dicha destrucción. A veces un cazador no querrá que los Vástagos conozcan sus motivos personales para cazarles. Ésta es una tarea extremadamente truculenta y peligrosa, pues requiere de una habilidad para la maniobra política verdaderamente maquiavélica. El problema es que pocos tienen esta habilidad mejor desarrollada que los Vástagos. Habitualmente esto acaba siendo una carrera para alcanzar los propios objetivos antes de que los Vástagos descubran cuáles son o que están siendo usados para esos fines.
Poder: Poder, todos lo quieren, aunque sólo sea para usarlo para el bien. Pero quienes cazan vampiros por el poder rara vez hacen esto por razones que no sean egoístas. Con frecuencia esto requiere en primer lugar adquirir control sobre los Vástagos, así que esta motivación esta muy relacionada con la de control que se explicó antes. Por otra parte, destruir a los Vástagos puede ser una manera de adquirir poder, quizá de su sangre. Esto lo convierte en un camino mucho más peligroso que el mero control, pues rápidamente los Vástagos serán conscientes del peligro
Curiosidad: Hay multitud de razones por las que alguien podría sentir curiosidad por lo vampiros, aunque lo más normal es que se reduzca a un mero afán de conocimiento. Se dice que el verdadero conocimiento sólo se consigue arriesgándose, y eso nunca fue más cierto que en este caso. El Arcanum busca ese conocimiento y como amenaza con hacer pedazos la preciosa Mascarada en su búsqueda del mismo, pocos vampiros le ceden voluntariamente sus secretos. Cualquier mortal que se aproxime demasiado debe desaparecer. Los Magos tienen diversas motivaciones, aunque habitualmente involucren una mezcla de control, poder y especialmente curiosidad. ¿Cómo se puede comprender el funcionamiento interno y vital del universo si no se descubren los secretos de esta raza nocturna?.
Diversión: Se tiene que ser un lunático o una persona sin miedo para cazar vampiros intencionadamente por la emoción de hacerlo. Lo que realmente da miedo es que puedes llegar a impresionar a un Malkavian. Y luego él puede invitarte, quieras o no, a una juerga por la inmortalidad. Las personas desequilibradas que viven demasiado en mundos de fantasía pueden llegar a elegir esta senda creyendo que se trata de una nueva versión de policías y ladrones: "Diversión y Colmillos". Tarde o temprano, puede que tengan un brusco despertar (probablemente temprano). Pero hay personas realmente poderosas que salen a cazar vampiros por diversión. Normalmente lo sobrenatural ya les resulta conocido y por tanto les aburre. Algunos ejemplos serían los cazafantasmas o un profesor de parapsicología que ya han visto tantas cosas que nada les sorprende. O quizás son jóvenes punkis buscando marcha, que beben sangre del vampiro y son ghouls por puñetera diversión misma. Normalmente la destrucción no es el objetivo de estos buscadores de emociones, pero sí les hace gracia, posiblemente no se opongan mucho a ella. Sus propósitos pueden ser más bien satisfacer una curiosidad juguetona o demostrar una posición social. En cualquier caso, el resto de los mortales deberían alejarse de estos tipos, pues podrían verse arrastrados a algunos de sus juegos.
Locura: A veces sólo tienes que estar loco para cazar vampiros. Hay algunos cazadores que han perdido el contacto con la cordura, si es que, para empezar, alguna vez lo tuvieron y cazan a los vástagos por las razones más absurdas. Por lo general, un cazador loco también tiene alguna de las motivaciones ya descritas que estimulan la locura. Puede que el intenso sentimiento de venganza haya descabalado la razón del cazador, o que el placer que le produce cazar vampiros le haya hecho perder el contacto con la realidad. Estos cazadores pueden parecer totalmente cuerdos hasta que aparece el resorte de su locura. La visión de la sangre puede provocar que el acaudalado empresario se desbarate, haciéndole correr gritando en medio de la noche con la pata de una mesa en una mano y sus invitados a la cena mirándole embobados. Estos cazadores son un peligro para cualquier otro cazador a quienes enganchen. Su imprevisibilidad supone que pueden ser tan peligrosos como los Vástagos. Quien sabe: puede que enloquezcan tanto como para olvidar quiénes son y qué están haciendo y que justo los Vástagos lleguen a cazar humanos en su lugar. Estos cazadores conversos son muy apreciados por los Malkavian como materia prima para la creación de ghouls. Aunque puedan estar locos, el Vínculo de Sangre que se produce al beber la vitae del vampiro asegura su lealtad.
Obviamente, las citadas no cubren toda la gama de emociones y deseos humanos (o inhumanos), así que un cazador puede también tener una motivación distinta para su caza. Muchos cazadores tienen combinadas varias motivaciones de las expuestas. La venganza puede impeler a una caza, pero el odio eterno puede nacer de esa misma caza. Algunos cazadores tratan de controlar a los vampiros porque sienten curiosidad por ellos, y creen que es necesario controlarlos para que contesten a sus preguntas. El narrador es libre de traer a colación cualquier motivación interesante para los cazadores.
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