Reliquias y Artefactos Sagrados

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Otra potente arma en manos de un devoto con Fe verdadera es su centenaria colección de reliquias. Estos objetos están bañados en Númenes, y llevan su marca. La Sociedad ha aprendido a emplear el poder de las reliquias en su Cruzada.
Las reliquias representan el poder tangible del cielo; aunque son objetos transitorios, piezas de madera, hueso o metal, cosas perecederas, también son eternas, pues albergan literalmente el poder del cielo.

Las reliquias eran un componente esencial de la vida espiritual en la Edad Media: El trono de Carlomagno en Aquisgrán tenía diversas cavidades con reliquias en su interior; los reyes llevaban reliquias en sus coronas y en torno al cuello. Las reliquias eran también objetos de cambio y poder en la Edad Media: quien tenía más reliquias tenía más poder. Incluso el hombre común buscaba reliquias, y era capaz de emprender largas peregrinaciones con tal de obtener una astilla de hueso supuestamente de un santo menor.

Por lo general, una reliquia se compone de dos partes: la reliquia propiamente dicha y el relicario. La reliquia suele ser una parte del cuerpo de un santo, por ejemplo un hueso (o una astilla), un órgano momificado, la lengua, un rizo de pelo... etc. Algunas reliquias no son partes del cuerpo, sino propiedades personales u otros objetos que han sido de alguna importancia para el santo o la iglesia, como por ejemplo, una astilla de la “verdadera” cruz.

El relicario es el contenedor de la reliquia, y puede ser tan sencillo como una caja, o tan adornado como un cierre de hierro y pan de oro. Los relicarios suelen estar forjados o soldados en torno a la reliquia, dejándola encerrada permanentemente. Aunque esto tiene la ventaja de evitar que la reliquia se pierda accidentalmente, también la mantiene atrapada: muchas reliquias son imposibles de usar porque están encerradas en objetos que no son portátiles, o son demasiado frágiles, y el riesgo de romper reliquias y relicario es demasiado alto.

Hace mucho tiempo que la Sociedad de Leopoldo conoce el valor y la eficacia de las reliquias en la guerra contra lo sobrenatural. Los primeros Inquisidores y seguidores de Leopoldo solían apartarse de su camino para procurarse reliquias en cuanto surgía la oportunidad. Al llegar el siglo XV, la gran devoción medieval por las reliquias se había desvanecido, y fue fácil para Roma pedir ciertas reliquias a diversas diócesis: el 1486, cuando el pontífice otorgó dinero y propiedades a la Sociedad, gran número de reliquias pasaron también a manos de ésta.

El Gran Relicario

Todas las reliquias de la Sociedad están guardadas en el Gran Relicario, una bóveda de seguridad en San Michele. El Custodio de las reliquias es el responsable de mantener su seguridad: responde directa y únicamente ante el Inquisidor General. Las peticiones de acceso al Gran Relicario deben ser cursadas a través de la oficina del Inquisidor General, y pocas de ellas llegan a ser aceptadas. El Gran Relicario no se dedica simplemente a prestar reliquias a los interesados; algunas de sus piezas tienen cerca de 1500 años (se cree que algunas llegan casi hasta los 2000, datando de los tiempos de los primeros Apóstoles), y tienen un alto valor histórico y material además de su importancia religiosa. Desgraciadamente, se ha descubierto la falsedad de muchas reliquias, que eran simplemente huesos de alguien fallecido hace mucho tiempo y atribuidos erróneamente a un santo.

Se cree que hay poco menos de 50 reliquias en el Gran Relicario, de las cuales aproximadamente el 25% son imposibles de utilizar por una razón u otra. Otro 25% es portátil (se trata, por ejemplo, de altares o estatuas). Se sabe que el Custodio se dedica activamente a la búsqueda de nuevas reliquias para aumentar los fondos de la Sociedad. Algunos intentos de traspasar reliquias a otros relicarios han tenido éxito, mientras que otros han sido verdaderos fracasos que además han provocado la destrucción de la reliquia: tales operaciones son ahora llevadas a cabo con mucho cuidado. Los intentos de construir nuevos relicarios (normalmente en forma de armas) para guardar las reliquias, como se hacía en la Edad Media, han fracasado por alguna razón.

Las Reliquias Como Armas

Las reliquias tienen una puntuación permanente de Fe que puede ser añadida a la del Inquisidor; la puntuación de Fe de una reliquia suele estar entre 1 y 5, dependiendo del santo y de lo venerada que fuera la reliquia. Podría pensarse que las falsas reliquias (las que son fraudes probados) podrían tener algo de Fe en ellas debido a la veneración de que gozan; no es así: el objeto debe haber empezado con algún Numen genuino. La puntuación de Fe de una reliquia se añade a la puntuación del Inquisidor a efectos de combatir lo sobrenatural. Además, algunas raras reliquias, particularmente las que tienen alguna historia militar, son capaces de infligir daño agravado a los seres sobrenaturales. Se sabe que algunas reliquias tienen otras facultades, por razones desconocidas. Las reliquias que han manifestado capacidades especiales suelen ser catalogadas como tales; por lo demás, nadie sabe con certeza si una reliquia manifestará algún efecto inusual en la guerra contra lo sobrenatural. Las reliquias no son genéricas, y cada una parece tener sus propias características.

Las criaturas sobrenaturales pueden intentar destruir físicamente las reliquias; sin embargo, algunos seres, como los vampiros, se muestran reacios a tocarlas por miedo al dolor que les produce. Un vástago que golpee una reliquia sufre daño agravado (tira por la puntuación de Fe de la reliquia a dificultad 6; los éxitos determinan el daño sufrido) pero 5 éxitos en una tirada de Fuerza (dificultad 8) pueden romper el objeto.

También hay muchos objetos sagrados que no son técnicamente reliquias. El agua, el vino y pan sacramentales consagrados por un sacerdote en la iglesia a menudo toman algún grado de santidad sin ser asociados directamente con un santo. Las insignias de peregrinación, aunque vinculadas a un santuario, tampoco son reliquias en sí mismas. Finalmente, en ocasiones los sacerdotes y prelados bendicen las armas de los fieles (especialmente las de los cruzados) lo cual puede otorgar a estas armas poderes especiales contra los engendros de Satán.

Una reliquia suele tener un valor de Fe Verdadera propio que se suma a la Fe Verdadera de la persona que lo porta, incluso otorgando un valor de Fe Verdadera a aquellos que no tienen ninguno (aunque no necesariamente otorgan ningún poder especial que acompañe este valor). Las reliquias múltiples no suman sus valores de Fe Verdadera; sólo se aplica el valor más alto. Las reliquias que se guarden en un lugar particular (tumba, iglesia, etc.) durante un largo período pueden santificar el suelo (creando suelo sagrado). Esto hace que los lugares que albergan muchas reliquias sean incómodos para los Cainitas. Algunos objetos sagrados ni siquiera tienen valores de Fe Verdadera en ellos o por sí mismos, pero otorgan bonificaciones y capacidades (ver la tabla a continuación).

Algunas reliquias también tienen poderes especiales. El Narrador puede asignar a una reliquia cualquiera de los poderes de los benditos descritos previamente, o cualquier otro poder apropiado, utilizando la Fe Verdadera del portador para determinar sus efectos. Algunos reliquias puede tener efectos similares a las Disciplinas Cainitas, en particular Animalismo, Auspex y Presencia. Las reliquias más poderosas pueden ser capaces de realizar milagros, en particular en manos de  alguien con una Fe Verdadera sustancial. El Narrador puede incluir también reliquias pertenecientes a otras religiones. Ciertamente los judíos y musulmanes tienen sus propias reliquias sagradas, y los paganos pueden venerar objetos con la reputación de haber pertenecido a grandes héroes o incluso a los mismos dioses.

Artefactos Sagrados

Las grandes hazañas, los milagros o un increíble sacrificio tienen efecto no sólo sobre las personas, sino sobre cosas e incluso lugares. Las Reliquias y los Artefactos Sagrados nacen del poder de la fe mediante la asociación estrecha con momentos de inspiración o por ser portados por los verdaderamente Fieles. Son raros, únicos y no pueden ser creados; han de surgir de forma espontánea.

• Un lugar o un objeto puede convertirse en un Artefacto Sagrado tanto como resultado de una manifestación de Fe Verdadera como por ser causa de la misma. El borde de un acantilado donde se amplió la visión de un hombre y vio por vez primera la luz puede ser un Artefacto igual que la espada con la que más tarde abatió a cien demonios.

• Los Artefactos Sagrados tienen una puntuación de Fe Verdadera propia de entre 1 y 5. Sostener el objeto o utilizar su espacio (en el caso de un lugar) le concede a alguien ese número de puntos en Fe Verdadera mientras trabaje en pos de la luz y no viole su Conciencia ni su Humanidad. Los Fieles que usan un Artefacto Sagrado suman los puntos del mismo a su propia Fe Verdadera. En teoría, esto puede hacer que la Fe Verdadera efectiva de un personaje sea mayor de cinco, hasta un máximo de diez.

• Utilizar un Artefacto Sagrado con éxito es una razón válida para adquirir Fe Verdadera. Es una experiencia drástica que puede cambiar la propia vida.

•  Hay una serie de milagros, históricos o mitológicos, que se relacionan con un Artefacto Sagrado. Esto influye en los milagros que pueden ocurrirle a su portador o alrededor de éste en el futuro.

Algunos ejemplos de Artefactos Sagrados son:

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