Durante la Edad Media la manus nigrum de Europa se instaló entre la Iglesia y la nobleza, como muchos
otros Vástagos supervivientes de la caída de Roma. La
dicotomía resultante sólo terminó con el nacimiento
de la Edad Moderna, causado por la Reforma... y la
Revuelta Anarquista.
Los vampiros de la manus nigrum que se ocultaban
entre la nobleza fueron los responsables de muchas
penalidades impuestas a campesinos y villanos, pero
los demás Vástagos fueron incluso peores. La Estirpe
aportaba algo de estabilidad entre el caos del colapso de la civilización romana en el Oeste, pero muchos
vampiros se ocupaban sólo de sus necesidades.
Muchos Vástagos “nobles” se volvieron muy independientes, disfrutando de completa autoridad sobre
sus dominios. Había varios que apoyaban abiertamente
a la Orden de Hermes, viendo a los magos como útiles
herramientas para proteger sus territorios de amenazas
exteriores. Vinculaban a muchos de sus mejores (y con
frecuencia más crueles) vasallos, dándoles mansiones
a cambio de protección.
Los menos humanos dieron
pie a las numerosas y horribles leyendas del vampiro.
Los Vástagos que acechaban en el seno de la Iglesia tuvieron pocos problemas, pues la Fe Verdadera
era todavía difícil de encontrar. Muchos descubrieron
que la Iglesia ponía límites excepcionales a su libertad,
pero al mismo tiempo albergaba los escritos de los más
grandes pensadores... de hecho, muchos Vástagos proporcionaron a la Iglesia libros y cartas.
Aunque la política entre las autoridades eclesiásticas de la Estirpe seguía siendo traicionera, muchos
aprendieron a resolver los conflictos de forma pacífica: manus nigrum, Capadocios, Lasombra, Brujah, Toreador, Malkavian e incluso Tzimisce compartieron su
conocimiento. Mientras el mundo a su alrededor se
desarrollaba a un ritmo mucho más lento, su propio
conocimiento de sus orígenes creció al ir uniendo sus
cartas y fragmentos de tablas.
Hubo mucha actividad sobrenatural en aquella época, pero pocas amenazas graves. Como no había Camarilla ni Sabbat, los miembros de la manus nigrum se
reunían muy raramente, salvo cuando Baali, Setitas u
otras peligrosas criaturas intentaban abrirse camino en
Europa. Incluso entonces, los señores feudales vampíricos de la región afectada resolvían la mayor parte del problema.
Muchos clanes afirman haber ejercido influencia
sobre Carlomagno, pero la Mano Negra cree que había
un poderoso Brujah tras el trono. Los eruditos dicen que
los merovingios que precedieron a Carlomagno estaban
bajo la dominación de los Ventrue, pero que los carolingios eliminaron a la débil dinastía sin ayuda sobrenatural.
Esta asombrosa propuesta significa que una familia de
mortales pudo unificar Europa bajo su propio reinado,
y que los Vástagos no son los responsables de todos los
acontecimientos históricos de importancia.
Se dice que algunos reyes carolingios tenían Fe
verdadera, incluyendo a Pipino el Breve, Carlomagno
y Luis el Piadoso. Puede que las leyendas de los “poderes taumatúrgicos” de los reyes y emperadores derivase
de aquí. Ciertamente, la piedad de Carlomagno no fue
cuestionada cuando ejecutó a 4.500 paganos sajones
tras un levantamiento.
La manus nigrum puede haber tenido alguna in
fluencia sobre Alcuino, el gran erudito y hombre de la
Iglesia que enseñó a Carlomagno. Algunos marids de
la secta tuvieron contacto con el mortal. Los Verdaderos Brujah pudieron haber ayudado a Carlomagno y su
maestro en el Renacimiento Carolingio, sobre todo en
el renovado auge del aprendizaje.
Los descendientes
de Brujah se habían hartado del mundo en su estado
ignorante y su persticioso, y ansiaban los días en que
muchos hombres libres pudiesen leer y escribir por sí
mismos.
Pero durante este período, Los Ventrue se hicieron más influyentes, y los Brujah, Toreador y Lasombra conservaron su poder. Este delicado equilibrio se
añadió a la oscuridad y violencia características de la
época. Muchos mortales se vieron atrapados en las luchas y la manus nigrum hizo lo que pudo para impedir
que los chispazos de una región saltasen a otras... con
limitado éxito.
A pesar de los continuados esfuerzos de los Verdaderos Brujah y otros Vástagos con cultura, la educación generalizada no se extendió hasta el siglo XVIII.
Incluso durante la propagación del Humanismo y el
Renacimiento, el aprendizaje estaba reservado a una
clase privilegiada.
La Peste Negra fue la gran igualadora, afectando
tanto a mortales como a Vástagos. Con cerca de un
tercio de la población muerta por las plagas y pueblos y
aldeas barridos por completo, los vampiros vieron que
el mundo se desmoronaba a su alrededor. Algunos quedaron infectados por la terrible enfermedad, y como no
sabían nada de sus causas, estaban tan a oscuras como
los mortales.
Aunque conscientes de que la flagelación
y otras prácticas eran insalubres, no encontraban otro
medio más seguro para evitar el contagio. Ni siquiera
los Matusalén de la manus nigrum o el Inconnu podían
ayudar a la gente a pesar de todo su increíble poder. La
ilustre Orden de Hermes también fue humillada por la
Peste Negra y sufrió sus efectos.
De las profundidades de una verdadera “Edad Oscura” los mortales buscaron a Dios, desarrollándose
una profunda piedad. Durante ese tiempo, los Vástagos en la Iglesia se encontraron, como les había ocurrido en diversos períodos de la Edad Media, frente a
autoridades eclesiásticas con Fe verdadera. La Inquisición era sólo su manifestación más famosa. En breves
ocasiones, se formaron otras sectas místicas que también atraían a los dotados de fe verdadera. Los Vástagos hicieron todo lo posible por evitar a esas sectas.
Como resultado, aumentó la presión sobre los mortales, haciendo la situación más desesperada.
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