Mucho antes de que la Revuelta Anarquista
desgajase la sociedad vampírica , un culto de magos de
Oriente Medio se consagró a los secretos de la tumba. El culto, llamado la Tal’mahe’Ra y que acabaría
convirtiéndose en la Tradición Eutánatos, centraba
sus creencias, prácticas y magia en la muerte, los espíritus y el miedo mortal. En su búsqueda del conocimiento, pretendía enseñar a los vampiros lo que sabía
de la vida después de la muerte.
Ayudando a los que estaban dispuestos a intercambiar los secretos del vampirismo, los miembros de
la Tal’mahe’Ra descubrieron cuanto les fue posible.
Los magos quedaron sorprendidos al descubrir que
los Vástagos sabían todavía menos de la muerte que
ellos mismos, pues los no muertos se relacionan poco
con los Sin Reposo.
El culto proporcionaba víctimas a
la Estirpe, refugios seguros, armas y ghouls, pidiendo
poco a cambio. Finalmente, los vampiros fueron admitidos en el culto.
A lo largo de los siglos, la Tal’mahe’Ra consiguió
abundante información sobre el vampirismo por medio
de disecciones, torturas y análisis mágicos. Los magos
usaban la sangre mezclada de muchos vampiros para
mantenerse como ghouls sin desarrollar Vínculos de
Sangre. Corre el rumor de que un miembro de la Verdadera Mano enseñó a los jóvenes conspiradores Tzimisce a romper sus Vínculos por un medio similar.
Los magos intentaron enseñar a sus aliados las
creencias y magia de los Eutánatos. Los vampiros
aprendieron su ideología, pero fueron incapaces de
beneficiarse de sus enseñanzas mágicas. Se dijo que
algunos habían aprendido la magia , pero eran muy especiales. Algunos magos buscaron el Abrazo, aunque
al hacer lo perdieron su poder de hacer magia .
A lo largo de gran parte de sus primeros años, la
Tal‘mahe’Ra siguió siendo muy reducida, raramente
con más de 20 miembros en todo el mundo. Al principio, eran magos en su mayoría , más interesados en
conseguir conocimientos que poder. Pero cuando se
unieron más vampiros, esto cambió creciendo el énfasis de la secta en los Antediluvianos.
No se sabe si los Eutánatos fueron traicionados o si
aceptaron voluntariamente el cambio en el poder, pero
alrededor del año 500 a.C. los Vástagos se hicieron con
el control de la Tal‘mahe’Ra. Incluso antes de ello, los
vampiros estaban usando el culto para asegurarse el poder en el mundo mortal. Cuando tomaron el control,
la Tal’mahe’Ra se extendió a Europa , y los miembros
establecidos allí perdieron el contacto con la Tradición
Eutánatos. No obstante, los Vástagos de Oriente Medio conservaron los lazos con los Eutánatos.
En Europa, la Tal’mahe’Ra creció, creando conexiones con las brujas llamadas Verbena. Compartiendo una relación similar a la de la Estirpe con los
Eutánatos, los Verbena estudiaron los secretos de la
vitae vampírica. Aunque intentaron enseñar su magia a los vampiros, éstos no pudieron aprender más
que su filosofía.
Un cisma conocido como la Guerra de los Traidores tuvo lugar en torno al año 450, dividiendo la secta
en dos mitades, Este y Oeste. Aunque muchos miembros de la Mano Negra creen que la guerra estalló a
causa de la cuestión del papel de la Secta en el Mundo
Subterráneo, otros acusan a los Setitas de haber instigado el conflicto. La guerra se libró principalmente en
la región del Mundo Subterráneo conocida como las
Tierras de la Sombra. Aunque tanto Este como Oeste
acordaron finalmente una tregua , ninguna de las partes mostró mucho interés en restaurar sus antiguos lazos de paz, hermandad y fidelidad.
Durante el período de separación, Este y Oeste se
alejaron en sus métodos, prácticas, creencias y políticas. La facción Oriental se mantuvo fiel a las guías
originales de la Tal’mahe’Ra, aunque muy influida por
Assamitas y Setitas. El Oeste empezó a desarrollar sus
propias perspectivas, aunque los demás Vástagos de
Europa y los Verbena tuvieron mucha influencia.
Ambas mitades mantuvieron una orientación primariamente mística , aunque la facción Occidental fue
interviniendo cada vez más en la política mortal. Tras
la Guerra de los Traidores, la secta empezó a tomarse
menos interés por el Mundo Subterráneo, centrándose
en su propia Ciudadela.
La revuelta Anarquista cambió esto. Los miembros
de la Tal‘mahe’Ra provocaron problemas entre los Tzimisce, Brujah y Lasombra, pues los clanes habían crecido mucho en estructura e influencia entre los mortales. Fomentando el poder de la Iglesia, la mayor institución mortal de Europa, la Tal’mahe’Ra pensó que
debilitaría lo bastante a los Cainitas como para facilitar
el regreso de los Antediluvianos. Pero el plan salió mal.
En lugar de perder sus posiciones en la sociedad
mortal, los antiguos aumentaron la presión temiendo
por sus no vidas. Los jóvenes vampiros destruidos eran
débiles y poco significativos para la Tal’mahe’Ra: eran
los ancianos los que debían morir.
Cuando los jóvenes
lanzaron su Revuelta Anarquista, la Tal’mahe’Ra se
unió a ellos como la manus nigrum, ayudando a destruir
a sus antiguos.
La conexión con los Verbena disminuyó durante
esta época. Más y más Verbena rompían sus lazos con
la Mano negra , temiendo a la Inquisición y a los extremos a los que llegaban los vampiros de la secta para
destruir a los suyos. Más de un verbena se había con
vertido en un chivo expiatorio Vinculado, ardiendo
para salvar a su amo vampiro.
La Tal’mahe’Ra tuvo sólo un papel limitado en la
formación de la Camarilla, lo que ha llevado a muchos de la Mano Negra a preguntarse si el Inconnu o
algún otro grupo estaba involucrado. Los miembros de
la Tal’mahe’Ra se unieron a la Camarilla, planeando
provocar su caída, pero pronto se dieron cuenta de que
la secta era necesaria para contrarrestar la atrocidades
de los jóvenes Vástagos del Sabbat. La Mano Negra
descubrió que podía usar a la Camarilla para crear una
continua discordia, provocando el caos entre los vampiros como nunca había hecho.
La Mano Negra permaneció junto al Sabbat tras la
Convención de Thorns, cuando los Vástagos “civilizados” aceptaron la vuelta de muchos de los anarquistas.
Desde entonces, la Verdadera Mano ha manipulado a
la Camarilla y el Sabbat a su antojo.
Durante la Revuelta Anarquista , la porción
Oriental de la Mano Negra , que seguía haciéndose
llamar Tal‘mahe’Ra, se mantuvo fuerte. No obstante,
comenzó una política de aislamiento consciente del
Oeste, eliminando más lazos con la rama europea.
Durante las guerras Camarilla Sabbat, los líderes
de la Verdadera Mano vieron en la Falsa Mano del Sabbat la oportunidad de desarrollar su propia colección
de peones. Formaron una fuerza de combate de élite
con los más poderosos y letales Sabbat. En su servicio
al Sabbat, pero bajo la autoridad directa del serafín, estos Vástagos trabajan sin saberlo para la Mano Negra.
Durante el tiempo de paz relativa, cuando las Sendas de Iluminación del Sabbat empezaban a florecer, los
miembros de la Verdadera Mano formularon la Senda de
la Muerte y el Alma. La Mano Negra observaba a quienes aprendían bien lo secretos de la muerte y el asesinato, captando a los que eran dignos de ello. Finalmente,
algunos eran introducidos en la Verdadera Mano, pero
sólo tras varios años de servicio en la Falsa . Además,
algunos de los miembros más viejos de la Verdadera
Mano nunca entraron a formar parte de la Falsa, sino
que escalaron posiciones en el Sabbat como miembros
comunes de la secta.
Aunque nunca hubo un regente
que perteneciese a la Verdadera Mano, ha habido varios
miembros entre los cardenales, arzobispos y prisci.
En el siglo XVII, la Tal’mahe’Ra del Este estaba
sufriendo sus propios problemas. Controlaba Enoch, la
patria ancestral de la Tal’mahe’Ra en las Tierras de la
Sombra, pues los miembros de la facción Occidental
habían renunciado a su control limitad o durante la
Revuelta Anarquista. Poco después, la Tal’mahe’Ra
empezó a impedir la entrada a los miembros de la porción Occidental, poniéndose en una situación ventajosa por si se reanudaban las hostilidades. Pero la
Mano Oriental había perdido tamaño y poder a causa
de su concentración en el Mundo Subterráneo y sus
constantes batallas con los Assamitas y los Seguidores
de Set.
Los señores wraith de la Umbra Profunda supieron de la debilidad de la secta y ordenaron un ataque, haciéndose con la ciudad.
En el oeste, la verdadera Mano manipulaba al Sabbat, obligándole a actuar contra la Camarilla. Todo
ello mientras mantenía al Sabbat lo bastante desorganizado como para que no pudiese volverse contra la Mano
si descubría el juego. La Mano Negra dirigió también al
Sabbat contra los líderes de la Camarilla que estuviesen
en el camino de los miembros de la Mano en esa secta.
Este y Oeste no volvieron a unirse hasta el siglo
XVIII. La Tal’mahe’Ra rogó a la Mano Negra que volviese a incorporarse y ayudase a arrebatar de nuevo
Enoch a los wraiths. Los líderes occidentales aceptaron, insistiendo en que se les reconociese como copropietarios y líderes de Enoch.
Se firmó un acuerdo, el Tratado de Enoch, por el
que los más viejos, poderosos y sabios de los vampiros
de la secta elegirían al Del’Roh, el líder supremo de la
Mano. Este vampiro dirigiría la secta entera.
Recuperar Enoch costó algo más de tres años. A
partir de entonces, las relaciones entre Este y Oeste florecieron. Ambas facciones intercambiaron dominios, y
los líderes llevaron valiosos secretos a sus hermanos.
A
fina les del siglo XVIII, Este y Oeste emprendieron la
reconstrucción de Enoch, estrechando más sus lazos.
Desde ese momento, la secta pasó a ser comúnmente
conocida como la Mano Negra, o la Tal’mahe’Ra entre
los miembros más viejos.
La Mano Negra del Sabbat niega su responsabilidad en la Guerra Civil de esa secta, afirmando que
apenas pudo mantener unida la Falsa Mano. Sólo los
esfuerzos de los miembros de la Mano de la Camarilla
desviaron la atención de la Camarilla de su enemigo
caído y permitieron sobrevivir al Sabbat. La Mano Negra se las arregló para salvar poco a poco la situación e
impedir la caída del Sabbat.
Salvar al Sabbat tuvo un efecto adverso en la Falsa
Mano. Por primera vez, los líderes de la secta se dieron
cuenta del poder de su propia subsecta, disparándose
su paranoia. Nuevos y fuertes líderes emergían por
todo el Sabbat, eliminando a los viejos y responsables
del colapso de la secta. Los nuevos líderes querían la
Mano Negra debilitada , si no disuelta . Usando a sus
eliminadores, la Verdadera Mano acabó con las voces
más fuertes de la oposición, impidiendo el desmantelamiento de la Falsa. Pero el daño estaba hecho, y la
Mano Negra nunca volvería a disfrutar de la misma
libertad de acción.
Además de los peligros impuestos por el Sabbat,
había una amenaza desde el interior de la Falsa Mano.
Un dominio llamado Julian, que no pertenecía a la
Verdadera Mano, sospechaba de una conspiración en
la orden, o quizá en toda la secta. Julian reinstauró la
Inquisición particular del Sabbat, creyendo que los
conspiradores eran infernalistas. La nueva Inquisición
emprendió la caza.
La Verdadera Mano sabía que las sospechas de Julian podrían llevarle hasta la Mano Negra, y los serafines ordenaron en secreto que Julian fuese asesinado
por un grupo de élite de la Mano, que fue a su vez
eliminado. Se creyó que el conocimiento de la conspiración había muerto con Julian, pero recientemente
algunos líderes de la mano descubrieron pruebas de
que Julian había llevado un diario de sus investigaciones, en poder ahora de unos pocos y vigilados miembros de la Inquisición. A la muerte de Julian, algunos
dijeron que había sido asesinado por Infernalistas, pero
otros reconocieron la obra de la Mano Negra y tienen
todavía más sospechas.
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