La historia de las Ahrimanes empieza con Ádísa,
una valquiria e hija de Freyja. En sus viajes
por el mundo atrajo la atención de un rey
persa llamado Ahrimán. El rey le ordenó
que luchara por él en su ejército, pero
ella se negó a que la controlaran
de ese modo. Furioso, Ahrimán
envió a sus fuerzas para que
la subyugaran y, pese a ser
increíblemente poderosa,
la valquiria no pudo hacer
nada contra fuerzas tan
abrumadoras. Dispuesta
a no ceder ante ninguna
circunstancia, seguía en
pie cuando al tercer día un
guerrero la mató. Cuando Freyja vino a
llevarse a su hija a Fólkvangr
Ádísa se negó. No guardaba
rencor a ese guerrero, pues
la había vencido en combate
justo, pero aborrecía al rey por su
arrogancia al declarar una guerra contra
una única mujer. Viendo la aflicción de su
hija, Freyja consintió a esconder a Ádísa de
los demás dioses durante tres noches,
aunque no de día, para que
buscara venganza.
La primera
noche, Ahrimán y su corte
huyeron de ella en grandes carruajes y barcos. Sin embargo, la madre de Ádísa la había
enseñado a hablar con los animales de la
tierra cuando era joven, y éstos le dijeron
dónde habían huido. La segunda noche, aún
más temerosos de Ádísa, Ahrimán mató a
todos los animales a su alrededor para que
no pudieran traicionarlo.
Pero ella ya no era
una niña pequeña: ahora estaba muerta y
podía hablar con los espíritus de los animales.
La tercera noche Ádísa llegó al castillo de
Ahrimán, donde el rey había tapiado todas
las puertas y ventanas. Enfurecida por su cobardía,
destruyó el castillo con sus manos desnudas
hasta que encontró al rey. Tras matarlo,
tomó su nombre como castigo, para
que para siempre vagara perdido
en la otra vida.
Cuando Freyja regresó a
buscar a su hija, la valquiria
volvió a rechazarla. Ádísa
había cumplido con su
propia venganza, pero
otras mujeres también
habían sido afrentadas
y ella las ayudaría. Las
reunió bajo el nombre
de Ahrimanes, el cual le
pertenecía por derecho
de conquista, como un
recuerdo a su propósito.
Desde entonces ha hollado
la noche como su líder.
El linaje de Ádísa se ha
difundido principalmente
por las costas de Escandinavia, Escocia, Irlanda y,
en menor medida, Inglaterra y Normandía. Una
Ahrimán normalmente
comparte la obstinada
independencia de Ádísa y,
aunque reconoce a Freyja
como su madre divina, no
se arrodilla ante dioses ni
reyes. Esta actitud no se
considera bien vista a ojos
de los Príncipes de Europa,
aunque raramente siente la
necesidad de formar parte
del territorio de nadie. Es
apasionada con todo cuanto hace, ya sea disfrutar de
los pequeños placeres del
camino o la búsqueda sin
piedad de la venganza.
Sobrenombre: Valkyrjer, Hermanas (entre ellas).
Apariencia: La mayoría Abraza guerreras; la típica Valkyrje es alta y de músculos torneados. Normalmente son de raza
blanca, con una mezcla normal de rubias, morenas e incluso
pelirrojas. Debido a que valoran la utilidad práctica muchas de
ellas llevan el pelo corto o trenzado para que no moleste. Dan
poco valor a las riquezas materiales, pero cuidan que ropas,
armas y armadura sean adecuadas para el combate y el viaje.
Refugio y presa: La existencia de una Ahrimán es a
menudo nómada y pronto aprende a procurarse refugios
para pasar el día dentro de árboles o en pequeñas cuevas.
No suelen permanecer en las ciudades y cuando están en
ellas buscan lugares abandonados como refugio.
No suelen discriminar presas y se alimentan por igual de
hombres, mujeres y niños. Sólo las madres lactantes, los niños de
pecho y las embarazadas parecen quedar excluidas como presas
para las Ahrimanes, quizás como deferencia a
Freyja, quien es también la diosa de la fertilidad.
Abrazo: La Línea de Sangre de
Ádísa está formada íntegramente por
mujeres. Circulan algunos rumores de
Ahrimanes que han Abrazado hombres,
pero éstos suelen terminar con la pareja renegada perseguida y ejecutada. Si el género
físico de una persona entra
en conflicto con el género
espiritual, Ádísa da preeminencia al espíritu.
Tras el Abrazo, estas
Ahrimanes reciben el
mismo trato que cualquier otra Hermana.
Las Sires buscan mujeres fuertes e independientes
para otorgarles el Abrazo.
Saber cazar y luchar es un punto
a favor, pero las Sires saben que
es más fácil enseñar habilidades que
actitudes. El estatus social
no les importa, pues la vida
nómada rara vez confiere elevadas posiciones. Su profunda
independencia parece tener también un componente místico
y no es rara la Ahrimán que sea también Invinculable.
Disciplinas de Clan: Animalismo, Potencia, Spiritus.
Debilidad: La Sangre de una Ahrimán rechaza las
ataduras y es incapaz de crear Vínculos de Sangre o Ghouls.
Organización: Las Valkyrjer están sorprendentemente
bien organizadas para ser un grupo nómada diseminado por
las costas de Europa. Normalmente aprenden una escritura
rúnica de sus Sires que sólo usan ellas, pudiendo dejar así
mensajes para las demás Ahrimanes. Estos mensajes
sólo pueden transmitir significados sencillos como
“Cainitas hostiles” o “buena Caza”, pero basta
para darle una advertencia a una Ahrimán que
entre en un territorio desconocido. No suelen
tener una meta común ni hay una líder entre
ellas, pero normalmente tomarán siempre
partido por sus hermanas.
Cita: "Tengo el cielo, la tierra y el mar. Puedes quedarte con tu ciudad."
Estereotipos
Altos Clanes: Clanes que gobiernan a los demás por gracia de...
¿qué exactamente? Pero decidme,
¿qué los hace mejor que los demás?
Bajos Clanes: No tengo palabras
para quienes permiten que los demás los
pisoteen. Despreciables cobardes.
Capadocios: Libros y muerte. Hay
cierta simetría poética en ello. Me quedo
con la libertad y la vida.
Gangrel: Comprenden el valor de la
vida y del cielo abierto. Escucha sus
historias, pues hay poder en ellas.
Lasombra: Titiriteros de sombras
que creen que pueden controlar a los demás. Ten cuidado de los
hilos que manejan y, si no los puedes cortar, córtales el cuello.
Ravnos: Los Vagabundos dan buena compañía, pero ten
cuidado porque no son de fiar. Si aun así buscas experiencias
interesantes, es un buen lugar por dónde empezar.
Salubri: Orgullosos guerreros con un noble código.
Apenas se ven ya y se les echa de menos.
Ventrue: Conocí a un Principito una vez y le expliqué
la historia de Ádísa y el rey cobarde. No le gustó.
La Conexión de las Ahrimanes
En algún momento durante la Larga Noche
Ádísa y su Línea de Sangre se perdieron y se
reincorporaron en el Clan Gangrel. Regresaron,
en cierto modo, siglos después cuando una Cainita
llamada Muricia buscó independizarse de su Clan.
Invocando arcanos poderes para alterar su Sangre,
sin saberlo prendió en su interior a un remanente de
la infame independencia de Ádísa. Desde entonces,
las Ahrimanes vuelven a merodear por las noches,
aunque bajo una apariencia y líder distintas.
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