Por brutal que un entorno como las estepas pueda ser para
los mortales, lo es mucho más para los Cainitas atrapados
en ella. ¿Cómo arreglárselas para cruzar cientos de millas de
campo abierto en busca de presas en medio de planicies apenas
pobladas, todo ello antes de que el Sol salga en unas
horas? Los Anda se las apañan, lo que los hace
realmente únicos entre los Cainitas.
El primero de su linaje fue Dobrul el
Bravo, quienes algunos dicen que fue el
Chiquillo de la misma Ennoia, la Antediluviana del Clan Gangrel. Hasta el día de
hoy los Gangrel y los Anda han reconocido
y respetado su ascendencia común, pues cada
cual reconoce al otro como un pariente lejano, e
incluso de vez en cuando se alían unos con otros. Aun así, los Anda se diferencian de su Clan
de origen y su verdadera lealtad está con sus
hermanos mortales, no con los demás Cainitas.
Esta lealtad los mantiene al margen de
los demás vampiros y hace que la vida en la
estepa sea posible. La mayoría de vampiros
comprenden la necesidad de un rebaño,
pero muy pocos se asocian con quienes
conocían en sus anteriores vidas como
los Anda.
Ellos no piensan en los mongoles
con quienes viajan como rebaño y tampoco creen
haber tenido vidas “anteriores”. Creen que se les
ha otorgado un rol especial en el destino del pueblo
mongol. Mientras sus hermanos se encargan de las
horas diurnas ellos son los jinetes de la noche,
los predilectos de la madre tierra Etugen,
quienes contemplan la faz adormecida de
Tengri y protegen a su gente en la oscuridad.
Sus métodos son simples, aunque efectivos.
Durante el día, la mayoría del tümen mongol
avanza y al anochecer los Anda se alzan para
seguirlos, uniéndose al resto antes del amanecer. En el este, los enemigos de los mongoles
se guardan de acercarse a un kuriyen por la
noche, en especial siguiendo el rastro de su
marcha. Los ejércitos occidentales no han
aprendido esta lección, ni lo harán en breve.
Los Anda no
dejan supervivientes que hablen de los monstruosos jinetes
que se materializan en la oscuridad tras los emboscados, como
si hubieran nacido de la misma tierra, para darse un festín
con la sangre del campo de batalla mientras avisan al kuriyen
mongol del inminente ataque.
Por supuesto, esta relación
simbiótica dista mucho de ser
perfecta. No es fácil atemorizar
a un guerrero mongol, pero son
tan supersticiosos como cualquiera.
No puede negarse que los
Anda son criaturas
sobrenaturales;
poseen poderes difícilmente explicables a los mortales y estallan en llamas
si se exponen al Sol. Puede servir como explicación que sean
los escogidos de Tengri, pero esto difícilmente es un don.
Los mongoles mortales aceptan y respetan a los Anda, pero
también muestran cierta inquietud en su presencia. Sólo
los locos se permiten estar a gusto junto a un depredador
claramente superior.
Es bueno que estas criaturas duerman
de día y se muevan sólo de noche, evitando así a los mortales
un contacto prolongado con los Anda. Sin duda, Tengri es
un dios sabio.
Cuando se quedan aislados en la estepa y sin alimentos,
los mongoles se nutren con la sangre de sus caballos.
Lo mismo sucede con los Anda, quienes
prefieren alimentarse con la sangre de sus
enemigos, o incluso con la de animales,
pero que tomarán la de sus hermanos
mortales en caso de necesidad. Los
mongoles mortales lo aceptan como una
extensión natural, aunque desagradable, de lo
que es habitual entre su gente.
Sobrenombre: Tártaros.
Apariencia: Los Anda proceden
prácticamente en su totalidad
del pueblo mongol. El “típico”
mongol a menudo se retrata
con tez oscura, bajo, ancho
de espaldas, con piernas
arqueadas y pelo negro, a
menudo recogido en trenzas
o afeitado en elaborados
diseños, o ambas cosas. Algunas veces los hombres se
cortan las mejillas para evitar
el crecimiento de vello facial,
las cuales dejan profundas cicatrices
como testimonio. Sólo
esto no basta para abarcar
la vasta variedad dentro del
imperio mongol, constituido
por docenas y docenas de tribus
y culturas.
Refugio: Pese a que la mayoría de Anda viajan con los
ejércitos mongoles y no tienen refugios tradicionales, no
siempre es así. Algunos se vinculan a determinadas familias,
a menudo las suyas propias, y cuidan de su bienestar en las
duras estepas orientales a cambio del regalo de su sangre. En
estos casos, los Anda tampoco disponen de refugios tradicionales, aunque pueden establecer guaridas en tres o cuatro
lugares a lo largo del año, desplazándose para adecuarse a los
movimientos de su Rebaño. Otros establecen una residencia
más permanente en las ciudades mongolas, como Karakórum
o Sarai, donde sirven a la jerarquía mongola en diversas e
importantes tareas.
Trasfondo: La mayoría de Anda son jinetes procedentes de las tribus orientales que mantienen relaciones
étnicas y políticas con Mongolia. A medida que conquistan
civilizaciones asimilan a los más dignos: el propio kan tiene
consejeros chinos, y muchos tümen viajan con médicos árabes.
A medida que la horda avanza hacia el oeste incorporan
a sus ejércitos nuevos habitantes de las estepas, como los
kipchak y los cumanos, rubios y de ojos azules, y un gran
número de súbditos del reino de Georgia ha jurado lealtad
al Ilkanato. Cualquiera de ellos puede ser Abrazado por los
Anda, pues los únicos requisitos son la capacidad
de sobrevivir a la vida nocturna en la estepa
y una inquebrantable lealtad al kan.
Creación de personajes: Rara vez
poseen una Naturaleza y Conducta diferentes. Aunque los mongoles pueden ser
uno de los adversarios más astutos en
la batalla, de forma individual suelen
ser directos. Como cabría esperar,
prefieren los Atributos Físicos y
las Técnicas, con énfasis en
Tiro con Arco y Equitación.
Disciplinas de Clan:
Animalismo, Fortaleza,
Protean.
Debilidad: Los Anda
sufren el tipo de soledad que
se siente cuando te apartan del
grueso de tu gente, y especialmente de la cálida faz de Tengri.
Durante una hora tras la puesta de
Sol y la última hora antes del amanecer, sus reservas de dados están
limitadas por el valor de su Camino
como si estuvieran actuando de día.
Organización: Aunque los Anda a
menudo viajan con los ejércitos mongoles
y forman, por consiguiente, parte de su
estructura y se encuentran bajo el mando de
un noyan mortal (al menos de forma nominal) sus costumbres
nocturnas implican que la mayoría de las veces actúan de
forma independiente. Debido a esto imponen su propio orden
a sus actividades, y a menudo las estructuran en base a la jerarquía mortal que les es más próxima. Como toda la sociedad
mongola, la vida como Anda es una meritocracia: los que se
encuentran en posiciones de poder y tienen la capacidad de
tomar decisiones son los más hábiles y capaces de gestionar
esa responsabilidad. Los Anda lo reconocen otorgando el
título de Noyan a ciertos individuos entre los suyos. Los que
poseen este título no sólo son capaces, sino que se espera
que sean los mejores líderes posibles. Aunque los Noyan son
habitualmente los de mayor edad y menor Generación entre
sus pares, esto no es una certeza ni un requisito.
Cita: "¿Os llamáis supervivientes, pero intentáis reclutar nuestras hachas?
Dejad que os muestre la fuerza de los supervivientes. Nuestras hachas palidecen frente
a nuestro punto de vista. Caminaremos y entonces pagaréis por nuestro punto de vista."
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