Los orígenes de los Baali no están claros, pero son tan antiguos como los demás Cainitas. Los Baali son arcanos como los primeros ritos siniestros elaborados al amor de una hoguera primitiva y cuyo propósito rea el de controlar las fuerzas que operaban en el mundo, en lugar de someterse de por vida a su capricho. Una antigua tribu humana deseaba conseguir este poder para sí y pactó con las tinieblas y la noche. Con el transcurso del tiempo, estas oscuras fuerzas han recibido un sinnúmero de nombres y formas: los Nidos, los Señores y otros muchos más insólitos. Los Señores fueron llamados Ba'al en el idioma de aquel tiempo y por ello sus servidores eran conocidos como Baali y después Shaitan. La manera en la que estos mortales transmutaron en Cainitas está envuelta en misterio. Las dos constantes de la historia de la creación de la línea de sangre Baali son el producto de la arrogancia y la idiotez. Tal y como cuentan los relatos, un Cainita jugaba con los Baali por divertimento, para mostrarles lo estúpido de sus costumbres o para enseñarles cuál patético era su medrar con lo "diabólico". Dependiendo de la historia, deliberada o accidentalmente les infectó con su sangre. Aquellos que "sobrevivieron" a sus atenciones fueron los fundadores de esta línea impura. Los Baali contemplan su existencia como un conflicto entre dos grandes poderes. Puesto que carecen de un apelativo más conveniente, los denominan bien y mal, o luz y oscuridad. Teñidas de una intensidad mayor que la de los meros pecados y guerras de los Cainitas; estas energías abarcan toda su vida. Cada cosa y persona es parte de esta lucha; para los Baali, la única medida de valor es el ser o no capaz de participar en este juego. Los grandes poderes del bien y del mal no necesitan a los Cainitas: los vampiros carecen de alma o están ya malditos.
Lo que aprecian en realidad son las almas humanas y cualquier cosa que merezca la pena para estas energías, la merece también para los Baali. Los miembros de esta línea se han fragmentado en diversas sectas a lo largo de los años, cada una siendo devota de una versión propia de las fuerzas tenebrosas: los Niños, los Señores, demonios-insecto, dioses arcanos y muchas más. Todas estas sectas se esfuerzan por formar parte del legendario conflicto. Los Baali estaban evolucionando adecuadamente y habrían alcanzado una categoría prestigiosa como clan si no fuera porque los Salubri, hace ya tiempo, se alzaron contra ellos en una cruzada cuyo propósito era el de eliminar a los infernalistas. A pesar de que los Baali exterminaron a los mejores guerreros Salubri, la pugna redujo sus filas y poder considerablemente. La guerra santa de los Assamitas siguió de cerca el asalto Salubri, lo que debilitó más aún la línea de sangre. Los Baali contraatacaron con un ritual cuyo poder sigue implícito en la línea de Haquim, golpeando a los Assamitas con la necesidad irracional de beber sangre Cainita. De todos modos, los Assamitas son más poderosos que los Baali y sin duda son unos enemigos formidables.
Viendo disminuido su número y fortaleza, los Baali sufren el acoso constante de otros Cainitas y de la caza de brujas. Como pertenecen a un clan de sangre menor, se desconfía abiertamente de ellos y son proscritos ante los ojos de la mayoría de los príncipes. Aunque unos pocos les cortejan con el propósito de conseguir el apoyo de sus maestros infernales, los demás los utilizan como chivos expiatorios cuando algo va mal. Por su parte, los Baali procuran ser discretos, apartándose de la vista y evitando ocupar posiciones de poder. Operan fuera de los parámetros normales del sistema feudal Cainita o se hacen pasar por miembros de otros clanes. El pasar inadvertidos les permite documentarse profusamente. Reúnen información, se abren camino como los gusanos a través de la tierra hasta alcanzar puestos de influencia modesta, seducen a los que pueden y se sitúan en lugares que les permitirán avanzar más adelante. El mayor obstáculo al que se enfrentan es la fragmentación de la línea de sangre. Las diferentes sectas discuten y pelean; en ocasiones, usan la influencia que han acumulado para golpearse mutuamente, en lugar de hacerlo contra los clanes enemigos.
Los chiquillos reciben la doctrina del culto de sus sires cuando son Abrazados y se espera que obedezcan los dictámenes del maestro. Transcurridos entre cinco y diez años, se les permite que luchen por sí mismos aunque, a menudo regresan para informar a sus sires, de igual manera que éstos lo hacen con sus maestros y así hasta que los primeros contactan con los señores infernales. Los Baali valoran la lealtad de sus chiquillos, pero no una ciega que interpretarían como manifestación de una mente débil. La antigua María la Oscura, que recientemente diabolizó al Matusalén Toreador Michael, se encuentra huyendo por Europa. Los Baali hacen todo cuanto está en su mano para ayudarla a disimular su rastro, siempre y cuando esto no haga peligrar sus vidas. Desgraciadamente, sus acciones han renovado el fervor por aniquilar la amenaza Baali y algunos miembros se niegan a protegerla.
Apodo: Shaitan, Diablos, Demonios.
Apariencia: Los Baali dedican todos sus esfuerzos a mezclarse, de forma que sus ropas siguen la moda típica de la región en la que se encuentran. Puesto que gustan de influir sobre otros, sus prendas suelen ser de buena calidad. No son de una raza específica. Muchos de ellos, particularmente los antiguos, poseen escarificaciones litúrgicas.
Refugio y presa: Los Baali tienden a rodearse de cultos intégrados por humanos débiles que les sirven como alimento. La ornamentación religiosa les fascina, por lo que a menudo establecen sus hogares en templos o estructuras de fe abandonadas.
Abrazo: Se alimentan y esclavizan a los débiles de voluntad, pero Abrazan a los fuertes. Tratan de evitar a los pagados de sí mismos, manipuladores egocéntricos y prefieren a aquellos seres humanos que al haber entrevisto el inmenso conflicto en el que se encuentra sumido el universo se han visto atraídos hacia las tiniebla. Entre éstos se incluyen a los aficionados al ocultismo o aquellos devotos que salvaguardan su fe hacia los dioses arcanos en la cuna de la civilización cristiana, también eruditos a la búsqueda de significados universales. Al Abrazo le precede un extenso proceso de doctrina que culmina en la inducción al culto del sirte, siendo el discípulo un acólito de honor. Durante el Abrazo, los Baali vierten su vitae en un corazón destripado e impelen a sus elegidos a que se abran camino a través de una corrupta fosa de cuerpo yacentes para alcanzarlo. Creen que esta es la manera de asegurarse de que sólo los candidatos más fuertes consiguen entran en el clan. Cuentan leyendas que los Baali conocen la manera de convertir a miembros de otros clanes al suyo propio.
Creación de personajes: Los Atributos Mentales o Sociales suelen ser los primarios, mientras que los demás son secundarios. Son comunes los Conocimientos de todos los campos pero especialmente aquellos en Ocultismo, Academicismo y Lingüística. Los Talentos tales como Intimidación, Subterfugio y Liderazgo son recurrentes. La mayoría de los Baali siguen el Camino del Pecador (concretamente la Senda del Demonio), pero algunos escogen el Camino de los Reyes en su lugar.
Disciplinas de la línea de sangre: Ofuscación, Presencia, Daimonion.
Debilidades: Los Baali son particularmente vulnerables a los símbolos religiosos; a menos que hayan sido abandonados durante al menos medio siglo, los miembros de la línea tendrán que huir en cuanto los avisten. Las cruces, estrellas de David, cánticos de los versos del Corán, todos ellos los vuelven locos. Asimismo, los Baali sufren el doble de daño cuando se enfrentan con algún poder cuya base es la fe.
Organización: Los refugios de los antiguos se conocen con el nombre de nidos y los chiquillos pasan varios años con ellos en éstos nidos hasta que están preparados para deambular en soledad. Los chiquillos suelen seguir siendo leales a sus sires en las pugnas y competitividades entre nidos. Los distintos Baali adoran diferentes aspectos de los poderes demoníacos; por esto sus rutinas y rituales difieren también. Y son precisamente estas diferencias las que les conducen a pelearse entre ellos.
Cita: "Sólo un poco más, un poquito más lejos y sabrás cuál es la verdad..."
Estereotipos:
• Los Altos Clanes: Todos creen ser caballeros y damas, pero conseguiremos que se inclinen ante nuestros señores. Sin embargo, en estos momentos nos vemos obligados a evadir su atención.
• Los Bajos Clanes: No serán nunca nuestros aliados pero son peones maravillosos. Manipularemos a los insatisfechos, oprimidos, acosados y esclavizados.
• Salubri: Aunque nos lleve mil años, las escasas reminiscencias de esta patética línea de sangre caerán.
• Tremere: No estamos seguros de si debemos huir de estos brujos o contemplarlos desde cierta distancia como hermanos. Vigilalos con atención u verás en qué lado de la línea se sitúan. De cualquier forma, sean conscientes de su lujuriosa ambición por el poder.
• Assamitas: No les permitas averiguar tu linaje o perderás tu no vida. Estos fanáticos te exterminarán antes de mirarlos. Una vez les castigamos por sus acciones en nuestra contra: es evidente que ha llegado el momento de volverlo a hacer.
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