Seducidos y abandonados por sus sires, los Caitiff están por todas partes en los
márgenes de la sociedad de la Camarilla. Sin clan y no deseados, los Caitiff son los
resultados de los asuntos de una noche, enamoramientos, Abrazos en frenesí y
errores absolutos. La mayoría conserva recuerdos vagos, en el mejor de los casos,
de su sire y del Abrazo; algunos no se acuerdan de nada. Andando a tumbos en
la neblina de una nueva existencia, finalmente todos descubrieron las claves
para la supervivencia –habitualmente en la forma de otro Caitiff que cuida
de ellos– o murieron intentándolo.
La única marca distintiva de un Caitiff es la falta de marcas distintivas.
Algunos Vástagos teóricos postulan que con el tiempo tiene lugar
una especie de “impresión de carácter” entre el sire y su chiquillo, permitiendo al vampiro más joven adquirir las características físicas de
su sire como le pide la sangre. Los Caitiff, no obstante, no desarrollan totalmente esas semejanzas —los Caitiff descendientes de
Nosferatu, por ejemplo, pueden ser feos pero rara vez tienen la
apariencia monstruosa de sus ancestros vampíricos. De la misma manera, otros Caitiff abrazados por los Malkavian pueden
ser un poco raros pero no necesariamente presas de trastornos
totalmente desarrollados, los Abrazados por los Ventrue pueden
tener preferencias en su alimentación, pero no excluyen a ninguna
presa, etc. Un observador informado puede adivinar por lo general
con una exactitud razonable cuál pudiera ser el linaje de un
Caitiff, pero no suele merecer la pena intentarlo siquiera.
Los Caitiff ocupan los puestos en la sociedad de la
Camarilla que nadie quiere. Aunque la Camarilla puede acoger a veces a los sin clan gracias a su difuminado
sentido de paternalismo, los clanes cuidan primero de los
suyos y dejan las sobras a los Caitiff. Algunos Caitiff desprecian la participación activa en la política de la ciudad
como ciudadanos de segunda clase, mientras que otros
aprovechan cualquier oportunidad para abrirse paso entre
la clase dirigente. Mientras tanto, la mayoría de los sin clan evitan su
participación en estos asuntos por razones de supervivencia, prefiriendo
disfrutar de los supuestos beneficios de la pertenencia a la Camarilla sin
verse arrastrado hacia las cuestiones políticas.
Apodo: Basura.
Apariencia: Los Caitiff a menudo parecen versiones mal vestidas
de sus primos aceptados, imitando el estilo Toreador o Brujah con su
presupuesto limitado. Pocos demuestran características auténticamente
destacadas que indiquen su clan de procedencia (los desdeñosos Ventrue han dicho que los Caitiff tienen una apariencia “genérica”), y los
Caitiff han tomado esta ofensa como una irónica insignia de
honor. Si se mira de cerca cualquier banda de aspirantes a
vampiros mortales suele encontrarse a uno o dos Caitiff, vestidos con su mejor disfraz y pasándoselo lo mejor posible.
Refugios: Los Caitiff se refugian cuando y donde pueden.
Sus favoritos son los apartamentos en sótanos y los pisos abandonados, ya que nadie quiere estos lugares y no es probable
que se expulse a los Caitiff en cuanto se han establecido.
Trasfondo: Los Caitiff son ante todo un invento del último siglo, especialmente de los años posteriores a la Segunda
Guerra Mundial. Los Vástagos alarmistas señalan que la explosión en la cantidad de sin clan es un presagio de la Gehena,
pero los vampiros más sensatos ven en problema como sintomático de una ruptura en las normas sociales tradicionales.
Los Caitiff a menudo se juntan, formando cuadrillas por
desesperación y para defenderse. Los grupos de sin clan suelen
tener una esperanza de vida corta; se hacen añicos, se fragmentan y se reforman con gran regularidad. Los Caitiff proceden de
todos las extracciones. La mayoría recibe el Abrazo como un
accidente del destino, y no por una situación planeada, con lo
que no se puede decir que exista el candidato “típico’ para Caitiff. Todo lo que comparten los Caitiff es el don de haber estado
en el lugar equivocado en el momento incorrecto.
Creación de personajes: Los Caitiff tienen que sobrevivir
en las calles con poca ayuda o sin ella, y con unas condiciones
negativas que la mayoría de los neonatos no pueden afrontar
por sí solos. Aunque los Caitiff tienen una amplia distribución
de capacidades mentales, sociales y físicas, los que sobreviven
más tiempo cuentan con los Atributos Mentales o Físicos como
su Atributo Primario. Callejeo, Subterfugio y Supervivencia
con habilidades comunes entre los Caitiff, pero la experiencia y
la educación de un Caitiff pueden hacer que tenga cualquiera.
Disciplinas: Cualquiera (por defecto, Fortaleza, Potencia
y Presencia)
Debilidades: Los Caitiff pueden adquirir cualquier Disciplina durante la creación de personajes, pero después tienen
que pagar seis veces su valor para cualquiera de los poderes
comprados con puntos de experiencia.
A un nivel más básico, los Caitiff sufren un estigma social
por no formar parte de un clan aceptado. Como consecuencia
de esto, los Vástagos mejor situados se sienten con el derecho
de desairar o denigrar a los Caitiff. Hasta que un Caitiff se asienta en un círculo social o una ciudad, tiene un +2 a la dificultad
en todas las tiradas Sociales con los vampiros que no son Caitiff.
Organización: De vez en cuando, alguien trata de organizar a los Caitiff en una estructura similar a un clan. El intento
fracasa inevitablemente, en parte por la fragmentación innata
de la sociedad Caitiff y en parte porque a los clanes establecidos les interesa mantenerles desorganizados. En el ámbito
cotidiano, la organización Caitiff funciona, en el mejor de los
casos, a nivel local, y con frecuencia a ningún nivel.
Cita: No pedí que me hicieran esto. No pedí ser un
vampiro. Pero alguno de vuestros eminentes hijos de perra
me mordió, y ahora soy uno de vosotros; que me condenen si
creéis que voy a ser un peón durante el resto de la eternidad.
Estereotipos:
• Camarilla: Bueno, los Sabbat nos quieren muertos, y
puedo soportar las gilipolleces de los Camarilleros. Prefiero
que se rían de mía que me disparen, ¿no? Pero las cosas están
cambiando. No importa si quieren mantener el poder lejos
de nosotros. En estos días, hay suficiente como para que nos
quedemos con parte.
• Sabbat: Ya, claro, te ofrecen el mundo –después de tiran
al suelo, te sacuden en la nuca con una pala y entierran tu
culo. Y eso si se molestan en pararse y charlar en vez de tumbarte de primeras dadas. No me gustan, no confío en ellos y
les dispararía en cuanto les viera.
La Vista desde Fuera
• La Camarilla
Bueno, es mejor que sirvan como amortiguadores y
primera línea de defensa que se cambien de bando y se
unan al Sabbat. Permitiendo el ingreso de los sin clan,
protegemos la Mascarada, nos defendemos y mantenemos
tranquilas las calles. Esos beneficios compensan el precio
de tener que ver de vez en cuando a un Caitiff en el Elíseo.
— Danielle Foster, primogénito Brujah, San Luis.
• El Sabbat
Hey, colega, el Sabbat es estupendo. No tienes que
aguantar las tonterías que escuchas en la Camarilla –
aquí estamos organizados. Nos llaman Chulos, no Caitiff,
y ¡podemos expresarnos! Es mucho mejor que soportar
la mala leche de los Toreador y esperar sus sobras. Ven
a una reunión, colega –Te lo juro, si no te gusta puedes
largarte sin sufrir daño alguno.
— Kai Simmons, reciente iniciado del Sabbat
• Los Independientes
Los sin clan son una distracción. El truco consiste en
asegurar que distraigan a nuestros contrincantes, en vez
de a nosotros. Un justicar que está ocupado persiguiendo
a un clan especialmente perjudicial de Caitiff no se entretiene hurgando en nuestros asuntos. Es así de sencillo.
— Rafael Giovanni
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