Los vampiros europeos creen que los Laibon fueron creados por Cainitas que emigraron a África antes de que el Sahara separara el sur del Continente Oscuro del resto del mundo. Los Laibon, por su parte, opinan que descendieron de los espíritus de la tierra y contemplan las historias sobre Caín como perversiones de sus propias creencias. África todavía es un lugar salvaje, donde el baile entre depredadores y presas se danza frente a la mirada de todos. Las bestias salvajes dominan las llanuras y los bosques de acacias. Los Laibon aprenden lecciones de los espíritus de estos gráciles depredadores. El estudio y la afinidad con los animales les han otorgado un profundo entendimiento y control sobre sus Bestias. Las entienden no como entidades separadas dueñas de sus actos, sino como una parte de sí mismos que los acerca al espíritu animal del cual proceden. Esta afinidad los convierte en cazadores fascinantes. Luchan para adquirir la elegancia de la pantera, la velocidad del leopardo y la fortaleza del león. Como muchos de estos grandes depredadores, tienden a poseer enormes territorios que defienden fieramente contra vampiros intrusos.
Los Laibon tienen poco trato los unos con los otros. Al igual que muchos depredadores, una vez que el chiquillo adquiere la independencia, no tiene más parentesco con su sire que el que tendría otro miembro de la misma especie. Los Laibon se envían mensajes a través de ghouls y aliados, pero no entran en el territorio de otro sin una invitación expresa y ésta se concede en muy pocas ocasiones. Es más, la mayoría no se comunicará entre sí a menos que acontezcan eventos de importancia para la unidad del clan.
Debido a que sus territorios son extremadamente extensos y que carecen de la proximidad de otros Cainitas no están en contacto con la Guerra de los Príncipes, disfrutan de mucho más tiempo libre que otros vampiros. Algunos dedican estos momentos a embarcarse en sabios objetivos como, por ejemplo, aprender idiomas de tierras distantes y perfeccionar el sublime arte de contar historias. La mayoría conoce los mitos de creación de su gente de memoria y se los contarán a cualquier Cainita que les pregunte. Como ritual de tránsito, los neonatos Laibon viajan durante mucho tiempo antes de asentarse en un dominio. De manera ocasional, un antiguo que esté aburrido de su hogar lo hará también. Los Laibon aseguran que uno no puede gobernar sobre su territorio sin comprender qué se extiende más allá de él.
Unos cuantos han viajado hasta Europa, pagando la hospitalidad de sus anfitriones con hermosos relatos sobre tierras lejanas o mediante bellísimas representaciones de gracia y ferocidad. Ahora que se han establecido rutas de comercio a lo largo y ancho de África, los vampiros islámicos se han trasladado a los territorios de los Laibon. Los vampiros africanos no aprecian ni la intrusión de sus familiares árabes ni el esparcimiento de creencias extranjeras en sus regiones y aniquilan con rapidez a todos aquellos Cainitas del exterior que encuentran en su región. Los jóvenes viajeros Laibon llevan consigo mucho más que historias; portan mensajes y advertencias, además de violencia cuando parece que ésta es la única manera de aclarar los asuntos. Pese a que poseen un estricto control sobre sus Bestias y temperamentos, no vacilan a la hora de golpear a sus enemigos si es necesario.
Apodo: Esfinges.
Apariencia: La mayoría de los Laibon poseen la tez oscura y sus cuerpos son fuertes o enjutos. Unos pocos han sido Abrazados en las civilizaciones del Medio Oriente. Muchos tienen cicatrices rituales que forman parte de la traición de sus tribus. Esto provoca que se les confunda con los Seguidores de Set o los Baali. Los viajeros adoptan las vestimentas de las áreas en las que se encuentran en un vago intento por mezclarse con los demás.
Refugio y presa: Los viajeros viven en las habitaciones que les facilitan sus anfitriones o edificios abandonados o en desuso. Se ponen de acuerdo con los que les cobijan para asegurarse de que mortales son los más apropiados para alimentarse. Una vez asentados en una ciudad, prefieren morar con ciertas comodidades por lo que utilizan a sus vecinos como ghouls o alimento. Los Laibon harán lo que esté en sus manos para evitar que otros vampiros se asienten o nutran en su área. Si uno de ellos se acomoda en la ciudad de otro, su dominio se extenderá sólo al edificio en el que reside o al vecindario. En caso de que vuelva a su hogar, su territorio abarcará varias aldeas y las llanuras o bosques que las rodeen o atraviesen.
Abrazo: Los Laibon se sienten atraídos por la elegancia, la velocidad, fuerza y capacidad de combate, así como por la curiosidad y la ambición. Prefieren a los chiquillos que poseen un equilibrio de todas estas características. Últimamente han comenzado a Abrazar fuera de sus tierras, pero sus requisitos para hacerlo son muy estrictos. Además de ser un cazador sublime, un chiquillo europeo debe ser inteligente (aunque no necesariamente culto) y estar dispuesto a desechar las creencias ciegas del vengativo Dios de los Europeos para aprender la fe animal de los Laibon.
Creación del personaje: Los Laibon aprecian una amplia variedad de capacidades y fortalezas. Cualquier clase de Atributo puede ser primario, aunque los Mentales y Físicos son más recurrentes que los Sociales. El Autocontrol o Instinto suele ser elevado, lo que refleja el dominio que tienen sobre su Bestia. Las Naturalezas más comunes son Superviviente, Defensor y Solitario: la Conducta depende de los gustos del Laibon. Entre las Habilidades más habituales se encuentran Supervivencia, Expresión, Sigilo y Armas Cuerpo a Cuerpo. Lo más típico es que sigan variaciones de los Caminos de la Bestia y del Cielo.
Disciplinas de la línea de sangre: Abombwe, Animalismo, Fortaleza.
Debilidades: El control de los Laibon sobre su Bestia (como el uso de Abombwe) les cuesta una décima parte de todo lo que consumen e invierten. Cada vez que un miembro de la línea de sangre utiliza o consume sangre, la Bestia "gasta" un punto (o dos si el cambio total en la reserva de sangre es de cinco o más en una escena). Por ejemplo, si un vampiro Laibon emplea dos puntos para mejorar sus Atributos, perderá tres en realidad. Si drena diez puntos de sangre de un mortal, sólo obtiene ocho.
Organización: En Europa, los Laibon son vagabundos solitarios, a los que normalmente se les dedica poco más que curiosidad. No es habitual que coincidan los unos con los otros cuando están de viaje y dedican poco tiempo a las conversaciones cuando ocurre; aunque son respetuosos y correctos entre ellos, prefieren la compañía de los extraños. En su lugar de origen reclaman el dominio sobre vastos territorios y se evitan cuanto pueden. Algunos vampiros aseguran haber visto pequeñas congregaciones de Laibon o haber sido testigos de extraños rituales y de la narración de historias en arcanos y metódicos idiomas, pero estos comentarios se desechan por su fantasía. En efecto, ningún Laibon admitirá la verdad que hay en ellos.
Cita: "No deberías haber entrado en mi dominio, estúpido Cainita. Ya nunca lo abandonarás".
Estereotipos:
• Los Altos Clanes: ¿Y éstos son los regentes de nuestros parientes europeos? Desde luego tenemos poco que temer de semejantes criaturas desunidas y pendencieras. Mientras se mantengan alejados de nuestras tierras, no habrá motivos para luchar, pero si intentaran conquistarnos...
• Los Bajos Clanes: Una chusma desequilibrada. No puedo imaginar qué clase de espíritu demente las creó.
• Baali: Mantén alejados a estos adoradores del diablo de nuestros territorios y destruyelos en cuanto los encuentres. No se les debe permitir medrar en nuestros dominios.
• Tremere: Ten cuidado con estos traidores: poseen la mirada de los conquistadores.
• Gangrel: Siento una insólita afinidad con algunas de estas bestias. En efecto, aún les queda un fragmento de espíritu en el interior.
• Ventrue: Anfitriones elegantes y audiencias educadas, pero los tratarán de manipular siempre. Elije tu refugio con rapidez y no dependerás de ellos.
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