Los viejos Gangrel hablan de un grupo de traidores que
abandonaron al Clan para que se pudriera siglos atrás
en el campo de batalla, de la madre de una Línea de Sangre
que dio la espalda a los suyos y huyó al Oeste. Estos
Antiguos escupen el nombre de Lhiannan cuando lo
pronuncian, recordando su falta de coraje y astucia en la
batalla. El odio por la Línea de Sangre es tan profundo
entre los Antiguos Gangrel como el miedo a que lo
que los Lhiannan afirman sea verdad.
La mayoría de Cainitas,
salvo un puñado de
Gangrel salvajes y
algunos vagabundos
desafortunados, nunca se ha topado con
un Lhiannan. Todos los que lo
han hecho cuentan experiencias
similares de hostilidad y de un distanciamiento de los
Cainitas al mantener que proceden de un Progenitor
distinto. Afirman proceder de un ancestral ser
conocido como la Bruja. Hablan de espíritus y
de la naturaleza como aspectos del poder, y
rechazan agresivamente cualquier intromisión
en su territorio. Cuando puede encontrarse a
un Lhiannan, suele llevar una vida solitaria en
áreas extremadamente rurales. Todos quienes
los ven los reconocen inmediatamente como
seres inhumanos. Incluso los mortales que los
han visto afirman conocer de forma innata
su naturaleza sobrenatural.
En los últimos años, sin embargo,
han expandido sus horizontes. Persisten
rumores de desesperación entre sus
filas, han sido vistos a las afueras
de pequeñas villas y pueblos, y
han empezado a relacionarse con
quienes antes habrían matado nada
más verlos. Incluso los hay que
hablan de un grupo de Lhiannan
que busca a otros de la Línea
de Sangre para fortalecer
sus espíritus y aumentar su
número. Quienes hablan
con ellos han oído historias de cómo la mengua del
espíritu en su interior podría llevarlos a la
extinción. Hay grupos de Cainitas cristianos
que han llegado a la conclusión de que los
Lhiannan están poseídos por un demonio
que intenta controlarlos, mientras que otros
creen que quieren Diabolizarse unos a otros
para recuperar el poder de la Línea de Sangre.
Sea cual fuere la razón de su reciente
levantamiento, los Lhiannan se han visto
envueltos en la Guerra de los Príncipes al
buscar una solución para su inminente
extinción. En la mayoría de los casos, esto
implica verse envueltos en los intereses
de los Cainitas.
Sobrenombre: Brujas, Bestias.
Trasfondo: Los Lhiannan Abrazan basándose
en la edad, la
inteligencia y
la procedencia
geográfica cercana. Entre ellos son
raros los Abrazos, pero cuando
los conceden
escogen mortales
no mayores de ocho
años con gran capacidad de
memorizar, a los que adoptan y
tutelan hasta alcanzar la madurez.
Los Lhiannan nunca Abrazan a
la ligera y cada nuevo Chiquillo
sirve a un propósito, pues cada
uno de ellos forma parte de la
memoria viviente de su lugar
de nacimiento. Con el paso de
cada año parece que su número
se reduce; algunos eruditos nodistas afirman haber oído
rumores de Lhiannan
incapaces de transmitir
su Maldición.
Apariencia: Los Lhiannan toman la apariencia de místicos
salvajes, vestidos con capas de pieles manchadas de sangre
que cubren ropajes de cuero y lana teñidos de blanco, verde
o marrón. Su piel está adornada de extraños glifos de tintes
azulados que apuntan a la práctica de las hechicerías de Ogham.
Estas criaturas portan cráneos de animales como máscara y a
menudo también torques de metales finamente confeccionados alrededor de sus cuellos. Desde que los progenitores de la
Línea de Sangre viajaron al Oeste tiempo atrás, el origen de
los Lhiannan más jóvenes se ha vuelto más variado, mientras
que los Antiguos suelen proceder de Europa oriental.
Aun así, todos los Lhiannan portan consigo un aura
sobrenatural de resonancia primitiva. Incluso
los mortales creen que los ha investido algo
más allá del mundo natural.
Refugio: A menudo los Lhiannan
escogen la cueva más amplia, el valle
más oscuro o los lugares más sagrados de sus territorios como refugio.
Enterrarse a sí mismos en el suelo
es también algo común.
Disciplinas: Animalismo,
Presencia, Ogham.
Creación de personajes:
Los Lhiannan se centran en
los Rasgos necesarios para
sobrevivir en la naturaleza.
Los Chiquillos suelen tener valores excepcionales
de Astucia y Resistencia,
y tienen predilección
por Trato con Animales,
Intimidación, Supervivencia, Sigilo y Pelea.
Debido a su Debilidad,
los Lhiannan no suelen tener
valores altos de Generación. A menudo crean Rebaños de
cultistas y en muchas
ocasiones mantienen a
sus Sires como Mentores.
Debilidad: Los rumores
que conciernen a los Lhiannan y a su desesperación
seguramente provienen de su Debilidad. Todo Lhiannan,
desde el momento de su Abrazo, siente el fragmento espiritual
en su interior. Los Sires se debilitan al compartir el espíritu
que poseen con el Chiquillo recién Abrazado. Cuando un
Lhiannan Abraza, su Generación aumenta en uno al final del
Abrazo. Por ejemplo, si un Lhiannan de Novena Generación
crea un Chiquillo, su Sangre pasa a ser de Décima Generación, y el Chiquillo recién Abrazado también pertenece a la
Décima Generación. Un Sire se convierte en hermano de
Generación de su propio Retoño. Los Lhiannan de mayor
edad se preguntan cómo pudieron expandirse tanto pese a
esta Debilidad, pero si disponen de una respuesta no la han
compartido.
Los Lhiannan obtienen su fuerza de la naturaleza y su
poder disminuye en áreas urbanas. Por cada semana que un
Lhiannan pase fuera de la naturaleza virgen sus reservas de
dados se reducen en 1. Estas penalizaciones son acumulativas, pero nunca pueden reducir una reserva de dados hasta
que sea menor que su valor básico de Resistencia. Deben
descansar un día entero en plena naturaleza para
eliminar todas las penalizaciones al despertar.
Organización: Históricamente, los
Lhiannan no han tenido organización
alguna. Incluso los Sires expulsarán a
sus Chiquillos al cabo de unos años. Sin
embargo, en épocas más recientes, los
miembros menos territoriales de la
Línea de Sangre han ido en busca
de otros Lhiannan. Todavía
no se ha generado ninguna
organización a partir de
estos esfuerzos.
Cita: "No hay “guerras”; hay sólo una guerra, la lenta paciencia de un árbol ahogando a sus competidores a lo largo
de los siglos. Así empieza el final; espera para avanzar una pulgada mientras asientas los pies".
Estereotipos:
• Cainitas: No somos
como ellos. No saben
nada del verdadero poder y
no sienten la presencia de los
espíritus como nosotros.
• Lupinos: He oído sus aullidos,
pero no salgo en su busca. Los
espíritus me dicen que no lo haga.
• Gangrel: Bestias sin alma.
Reivindican que pertenecemos a su
linaje, pero escupen sobre nuestro
nombre. Aún es hora que vea uno
lo bastante valiente como para
adentrarse en mi bosque.
Cobardes.
• Tremere: ¿Afirman tener conocimientos de la magia que
hay en la Sangre? ¡Ja! Que vengan a buscarme y les mostraré
que la verdadera magia proviene del espíritu en mi interior
y no de los humores que hay bajo mi piel.
• Ventrue: Construyen sus empalizadas y sus muros bien
altos para mantener lejos los peligros de la naturaleza. No
tengo interés alguno en el vacuo corazón de las ciudades.
• Ravnos: Los Hijos e Hijas de Caín que moran los trillados
caminos entre las ciudades harían bien en quedarse en esos
caminos. Cuentan que los bosques pueden ser peligrosos.
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