Un Maeghar típico no permanece mucho tiempo en un lugar no tiene posesiones de las que hablar más allá de una querida colección personal, y no tiene lazos con humanos ni otros vampiros. Vaga de un lugar a otro, consumido sólo por su propio ser y aparentemente perdido al mundo. Para algunos Maeghar esta desconexión se ha vuelto tan profunda que han perdido su conexión con la vida y ahora se enfoca sólo en el mundo de las cenizas y la muerte, e incluso ahí sólo es un visitante ocasional cuya luz parpadea entre la realidad y la ilusión. A menudo disponen de un considerable conocimiento ecléctico, formado por fragmentos recogidos aquí y allá. Desde entonces los Maeghar se han abierto camino hasta la Tal’Mahe’Ra. Puede que no estén interesados en la ideología de la secta (eso depende de cada individuo), pero las dos partes conectan bien e sentido práctico. La Verdadera Mano Negra ofrece a los Maeghar una forma de permanecer desconectados del mundo en conjunto y disfrutar de un respaldo módico, mientras que los Maeghar traen una combinación única de conocimiento y poder a la mesa. Lo más importante, aunque un Maeghar puede visitar ocasionalmente Enoch, su disposición a viajar los convierte en una representación perfecta para la secta en el mundo.
Cada Maeghar es tan único como las circunstancias que provocaron su creación. No encaja en ningún molde ni estereotipo. Sin embargo, cada Maeghar lleva una marca física que expone la esencia feérica que se encuentra en su corazón. Esta marca puede ser sutil, como piel blanca como la nieve y cabello de ébano, o más obvia, como tener seis brazos. A veces esta marca puede llevar a la adquisición de un Mérito o Defecto como Presencia Inquietante para piel de porcelana o Ambidextro para representar miembros adicionales. Un Maeghar es una criatura independiente que valora su soledad. Si se encuentra con otro de los suyos, ambos disfrutan de una conversación no muy apasionada, pero muy educada, para determinar si la otra parte está interesada en intercambiar información o favores. Si es así, los dos hacen el intercambio. Si no es así, continúan su camino sin rencores. Reconociendo la necesidad de algún tipo de apoyo en un mundo oscuro y peligroso, muchos Maeghar han terminado en la Tal’Mahe’Ra y proporcionan servicios a la secta. Para crear a otro Maeghar, un sire siempre debe Abrazar a un mortal con sangre feérica. Si no lo hace, el chiquillo resultante siempre es un Caitiff, ya que carece de la chispa única para convertirse en Maeghar.
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